Santo Domingo de Guzmán tiene asociados varios elementos relacionados con su vida. Por ello se le representa con diferentes símbolos:
Perro con antorcha
La leyenda (primera hagiografía de Santo Domingo)[cita requerida] narra una visión que su madre, la Beata Juana de Aza, tuvo antes de que Santo Domingo naciera.
Soñó que un perrito salía de su vientre con una antorcha encendida en su boca. Incapaz de comprender el significado de su sueño, decidió buscar la intercesión de Santo Domingo de Silos, fundador de un famoso monasterio Benedictino de las cercanías.
Hizo una peregrinación al monasterio para pedir al Santo que le explicara el sueño. Allí comprendió que su hijo iba a encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación.
En agradecimiento, puso a su hijo por nombre Domingo, como el santo de Silos
No obstante, utilizando un juego de palabras, se dice que Dominicanus es un compuesto de Dominus (Señor) y canis (perro), significando el perro del Señor o el vigilante de la viña del Señor)
En su carta del 4 de febrero de 1221 a todos los obispos de la Iglesia recomendando la Orden de Santo Domingo, el papa Honorio III dijo que Domingo y sus seguidores habían sido «nombrados para la evangelización del mundo entero».
Y en otra carta, esta vez dirigida a Domingo (18 de enero de 1221), el papa les llamaba pugiles fidei (caballeros de la fe, defendiéndola contra todo el que se oponga a ella).
Esto es lo que Domingo hizo durante toda su vida, defender la fe con el ejemplo de su vida y con su predicación incesante contra los herejes del Languedoc en el sur de Francia, y con su deseo de ser misionero entre los no-cristianos.
CLAUDIO COELLO
Azucena
Usualmente se le representa con unas azucenas en la mano. El amor por la pureza de Domingo fue tan perfecto que, en su lecho de muerte, al hacer una confesión pública frente a sus hermanos, pudo decir: «Gracias a Dios, cuya misericordia me ha conservado en perfecta virginidad hasta este día; si deseáis guardar la castidad, evitad todas las conversaciones peligrosas y vigilad vuestros corazones».
Y entonces, sintiendo remordimiento, dijo a fray Ventura, prior de Bolonia: «Padre, temo que he pecado hablando de esta gracia delante de los hermanos». La pureza de su alma y el deseo de que sus hijos le imitasen le llevaron a hacer esa revelación.
Estrella
En este fresco aparece representada la Santísima Virgen entregando el rosario a santo Domingo de Guzmán. En la escena también aparecen fray Pedro de Santa María y Ulloa, santa Catalina de Siena y la Siervita de Dios, Sor María de Jesús de León Delgado. El fresco se encuentra en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife, España).
Se nos dice en la misma leyenda que durante el bautismo de Domingo apareció una estrella sobre su frente. Por medio de su vida y predicación, Domingo fue como un faro guiando almas hacia Cristo. Desde sus años de estudiante en Palencia, España, donde vendió sus valiosos libros con el fin de conseguir dinero para ayudar a los pobres que sufrían una gran sequía, y donde llegó a ofrecerse a ser vendido como esclavo para redimir a cristianos cautivos por los moros, a aquella noche, en un viaje a Dinamarca, que pasó en conversación con el hospedero hereje, atrayéndole por fin otra vez a la fe verdadera, a su etapa en el Languedoc, donde pasó los mejores años de su vida, su enseñanza y predicación, hasta la fundación de su Orden, Santo Domingo fue siempre una estrella brillante que atrajo almas perdidas a Cristo.
La cruz, el estandarte.
La cruz de dos brazos (llamada «patriarcal») es un símbolo de los fundadores de grandes familias religiosas (patriarcas) o de importantes comunidades cristianas que han dado origen a otras muchas.
Se usa para Santo Domingo porque él fue el primero en sacar al monje del monasterio a la ciudad, convirtiéndole en apóstol: un religioso sin dejar de ser un monje.
Otras órdenes fueron fundadas inmediatamente después de los Dominicos o casi simultáneamente, como los Franciscanos, y todos siguieron la misma pauta. Fue mucho después, en el siglo XVI, cuando aparecieron las Congregaciones dedicadas al trabajo apostólico, pero sin observancias monásticas
El estandarte con el emblema dominicano es el escudo de armas de santo Domingo.
Blanco y negro: pureza y penitencia, muerte y resurrección, combinando el ideal dominicano de mortificación y alegría, renuncia al mundo y posesión de Cristo. Su lema es Laudare, Benedicere, Pradicare que significa alabar, bendecir, predicar.
El libro y la Iglesia
En algunas representaciones, Santo Domingo sostiene un libro en su mano izquierda.
El libro representa la Biblia, que era la fuente de la predicación y espiritualidad de Domingo. Era conocido como el Maestro Domingo por el grado académico que obtuvo en la universidad de Palencia, España. Sus contemporáneos nos dicen que en sus viajes por Europa siempre llevaba consigo el Evangelio de san Mateo y las Cartas de san Pablo
Las tres mitras
También se representa a santo Domingo con tres mitras, pues alude al ofrecimiento que le hicieron de tres obispados, pero los rechazó porque quería dedicarse a los pobres.
Con los albigenses
No hay comentarios:
Publicar un comentario