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martes, 6 de octubre de 2020

MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL II, NAJERA

 La cueva


 La cueva donde se halló la imagen, integrada en el templo, es una de las muchas que existen en la zona de Nájera y que han tenido diversos usos a través del tiempo.




 Según dice la tradición, en esta cueva se había realizado una pequeña capilla en la que se veneraba la imagen de la Virgen. En 1044 el rey, que estaba cazando con cetrería, siguiendo a su halcón encontró la pequeña capilla con la Virgen junto a un ramo de azucenas, una lámpara y una campana. Los triunfos que siguieron en las guerras de conquista contra los musulmanes fueron atribuidos por el rey a la imagen hallada. Coro monacal, con la sillería y las pinturas. 


Hasta la construcción del retablo mayor, la imagen de la Virgen se mantuvo en este lugar. Luego fue sustituida por otra que se hallaba en la capilla del Alcázar Real, que es la que se puede ver actualmente desde 1845.



 Esta talla es de finales del siglo XIII. Fue restaurada en 1998.

 La cueva ha sido uno de los sitios elegidos por muchos nobles y religiosos para su entierro. Hasta las obras de restauración de finales del siglo XX, estas sepulturas estaban situadas en el suelo del recinto.

PANTEONES Y CAPILLAS


Panteón Real Sepulcros de los reyes de Nájera-Pamplona.




A los pies de la nave central, a ambos lados de la entrada a la Cueva, se hallan los sepulcros de los reyes del reino de Nájera-Pamplona, precursor del reino de Navarra.




 Aquí están enterrados los reyes de las dinastías Jimena, o de los Abarca, que se mantuvo en el trono desde 918 hasta 1076, y la que prosiguió a García Ramírez que reinó desde 1135 hasta 1234. Esta dinastía proviene de la de los Abarcas.

El conjunto escultórico formado por las arcas funerarias es muy posterior a la época de los cuerpos que los ocupan. Son de estilo renacentista con cierto aire plateresco.









 La ornamentación es austera, sobre las urnas sepulcrales realizadas en piedra blanca se ubican las figuras yacentes de los diferentes personajes con sus atributos de rey y una cartela-epitafio. Hacia 1556 se procedió a la construcción de este panteón. 



Reina Doña Blanca mujer de Don Sancho Rey


 Panteón de los infantes 

Al lado derecho de la nave central se halla el llamado Panteón de los infantes, aquí se recogen los restos de aquellos personajes reales que no llegaron a ser reyes.





 Entre todas las sepulturas destaca la de Blanca Garcés, conocida como Blanca de Navarra.

 El sepulcro de Blanca de Navarra, del que solo se conserva la tapa, es el único original del conjunto.

 Data del siglo XII y es una pieza de talla románica. Está adornado con bajorrelieves que representan escenas del Evangelio y de la vida de la difunta, que murió muy joven. 



 Panteón de los duques de Nájera

A la izquierda del presbiterio se encuentra el panteón de los Manrique de Lara, duques de Nájera desde que en 1482 lo creasen los Reyes Católicos. Los duques de Nájera gobernaron la ciudad hasta el año 1600, cuando no dejaron sucesión. Entre las sepulturas destaca la del primer duque, apodado el Fuerte, Pedro Manrique III de Lara que fue relevante en la corte de Fernando de Aragón, participando con él en la conquista de Granada y luego como virrey de Navarra después de la conquista de este reino en 1512. También descansa aquí Juan Esteban Manrique de Lara, que fue virrey de Navarra en 1521 y a cuyo lado luchó san Ignacio de Loyola en el cerco de Pamplona.


Capilla de la reina doña Mencía López de Haro 

En una de las esquinas del lateral oeste del claustro se abre la capilla que contiene el sepulcro de la reina de Portugal Mencía López de Haro. Esta señora fue esposa, en segundas nupcias, del rey portugués Sancho II Capelo.



 Cuando este rey murió en el año 1248 Mencía volvió a Nájera, donde residió hasta su muerte en 1272. El sarcófago es del siglo XIII y está decorado con las armas de Portugal y de los López de Haro.




 Al lado de la tumba de Mencía están las de sus hermanos y la de Garci Lasso Ruiz de la Vega, que murió en la batalla de Nájera en el año 1367. La capilla albergó un Cristo que fue muy venerado.

 Mausoleo de Diego López de Haro, el Bueno

 El linaje de los López de Haro ostentó los títulos de condes de Nájera y de señores de Vizcaya desde que el rey Sancho el Mayor se los otorgó hasta el siglo XIV.




 El mausoleo de Diego López de Haro, llamado el Bueno, X señor de Vizcaya (1170-1214) se sitúa al lado de la entrada a la iglesia, por la que se accede a los pies de la nave central, en el muro sur del claustro. 



A los pies del sarcófago de don Diego está el de su segunda esposa, Toda Pérez de Azagra, que murió en 1216. Las urnas son románicas, pero hay añadidos renacentistas en las decoraciones exteriores. Los bajorrelieves muestran escenas del sepelio y los personajes que en ellos aparecen van ataviados con ropajes del siglo XIII.



 EL CLAUSTRO

 El Claustro de los Caballeros 




El claustro del monasterio se llama "Claustro de los Caballeros" porque fue el lugar elegido por muchos nobles que pagaban con sus riquezas al monasterio para disponer de un lugar piadoso para su enterramiento.






Puerta de Carlos I de España. V de Alemania




 
La entrada al Claustro del Monasterio se hace a través de esta puerta llamada así por los benedictinos en agradecimiento a las ayudas recibidas para su construcción.




 Podemos ver su escudo policromado y, coronando la Escalera real, una gran cúpula de media naranja con casetones pintados donde puede leerse la fecha de construcción: 1594.


De salida ya al claustro, se accede al jardín a través de la Puerta del Árbol de Bien y del Mal (14) para contemplar la primorosa ejecución de las tracerías caladas como su hubieran sido realizadas por una bordadora, todas diferentes.








Entre los años 1517 y 1528 se construyó el claustro, que combina el gótico florido de las bóvedas y pilares, con el plateresco de las tracerías de los arcos.



Cuenta con sus cuatro pandas cubiertas con bóvedas tardogóticas de crucería compleja





. Lo más bello son los arcos apuntados de finales del gótico que cobijan delicadas columnillas y tracerías platerescas.




 Todas ellas son distintas y en el entramado vegetal y geométrico que las preside vemos también animales y ángeles.





 La mayor parte de las lápidas de las tumbas murales que se encuentran allí corresponden también a este estilo. 

 Los arcos, en número de 24, se adornan con tracerías en piedra, de motivo diferente en cada uno de ellos. Esta celosía pétrea aparece soportada por esbeltas columnillas. 

Sobre este nivel se levantó en 1578 un claustro superior.

. De aquellas tumbas solo quedan las que están ubicadas en los muros, ya que las que estaban en el suelo fueron removidas durante las restauraciones debido al mal estado que presentaban.





 El abandono y mal uso que el conjunto monumental tuvo en el siglo XIX, deterioró significativamente el claustro. Por ahora solo está restaurado el claustro inferior. 


En una de las esquinas se encuentra la Capilla de Doña Mencía.

Mencía Lopez de Haro (+1272), hija de Lope Díaz II de Haro y de Urraca Alfonso de León , manda construir la Capilla de la Vera Cruz , en el claustro del monasterio, la capilla funeraria de la Casa de Haro .


También están enterrados, Garci Lasso Ruiz de la Vega (+1367); Diego López de Salcedo († 1239); Lope Díaz de Haro († 1271), obispo de Sigüenza, y Gómez Manrique de Lara.

 Se trata de un espacio funerario habilitado para contener los sepulcros de Doña Mencía López de Haro, esposa del rey portugués Sancho II Capelo, de dos de sus hermanos y de Garci Lasso Ruiz de la Vega.



En otro de los rincones de este fantástico claustro -junto a la puerta plateresca de entrada-

La puerta que da acceso al templo es un magnífico ejemplo de talla plateresca. Data de la primera mitad del siglo XVI y está decorada con medallones, motivos vegetales y animales fantásticos agrupados en paneles rectangulares. Es de madera tallada de nogal.








 encontramos dos sepulcros correspondientes a Diego López de Haro, llamado el Bueno, X señor de Vizcaya (1170-1214) 







y el de su segunda esposa, Toda Pérez de Azagra. En ambas tumbas pétreas encontramos la habituales representaciones propias del siglo XIII con plañidero/as expresando su aflicción.

En el claustro podemos encontrar varias puertas monumentales. Una de ellas se denomina de San Juan y es la que da acceso al templo desde el claustro. Se trata de una estructura renacentista con decoración plateresca.





Otra se encuentra en la panda oriental del claustro y se conoce como Puerta de los Reyes, al llevar dos escudos: uno de Castilla y León y el otro de Navarra.





 Daba acceso al antiguo refectorio y a la sacristía. 





Es de estilo gótico isabelino con vano delimitado por arcos carpaneles superados por decoración flamígera.





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