YA ES SEMANA SANTA

YA ES SEMANA SANTA
Ver pinchando la imagen

Páginas

lunes, 31 de octubre de 2022

A QUIEN INVITAMOS

 Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,12-14) 

En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado:

No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados

"Cuando des una comida no llames a tus amigos, hermanos, parientes ni vecinos ricos..." Así ocurre en el mundo: las invitaciones mutuas son la garantía de una sociedad en la que nadie le debe nada a nadie. 

Todo se calcula y se mide, la rentabilidad es la norma y el éxito es el primer valor; un mundo donde todos "trepan" y donde los otros sólo cuentan cuando sirven a mis intereses y satisfacen mis deseos y necesidades. 

 La forma de actuar del Reino es todo lo contrario: 

 -grande es el que sirve;

-vive el que muere así mismo; 

 -rico es el que se desprende de todo para ser colmado con lo que recibe y acoge.

Qué movía al fariseo para invitar a Jesús. 

TU Y YO

Qué nos mueve a nosotros cuando hacemos una invitación. 

Jesús insiste en la gratuidad sin esperar a que nos devuelvan la invitación. 

 Tenemos que tener en cuenta.... Dios nos ha llamado gratuitamente y nuestra vida tiene que convertirse en parábola de esa gratuidad. 

No calculemos lo que damos, no contabilicemos nuestras virtudes: son gracias de Dios. 

Hacemos el bien por amor y para amar.

Recompensa poder seguir amando

ZAQUEO BAJA, HOY ME HOSPEDARE EN TU CASA

 En el Evangelio de hoy nos aparece la conversión de Zaqueo, el encuentro con Cristo le cambio la vida, – cuantas personas son (o somos) testigos de esa misma experiencia, un antes y un después en sus vidas marcadas por ese encuentro personal con el Dios vivo-, Zaqueo es llamado por su nombre y el Señor se detiene ante él, no pasa de largo, le pide alojarse en su casa.




En nuestro mundo cuanto más subimos de posición mejor nos va....tatus profesional y ganarás más ....prestigio y lograrás ser influyente... Etc

Pero Jesús nos dice lo contrario; ¡baja! 

Si quieres verme baja de tus seguridades y de tu “estar en la higuera”. 

Zaqueo, tal vez muy al contrario que muchos de nosotros, quería ver a Jesús. Tenía todo pero le faltaba el cariño de la gente, la paz del corazón y el conocer cara a cara a Cristo. Poco o nada le debió costar el dar un brinco del sicómoro y presentarse como lo que era, como un pecador, ante aquel personaje del que tantas cosas había oído pero que, por su pobre vida, tan lejos estaba de lo que Jesús predicaba y exigía a sus amigos.

En contra de lo que nos imaginamos, no somos nosotros los que buscamos a Dios; Él es el primero en buscarnos. 

No hemos sido hecho para amar a Dios, aunque también, sino para que Dios pueda amarnos. ¡Somos buscados por Alguien! Ése es el secreto de nuestra fe y de nuestra felicidad: "Zaqueo baja, hoy me quedo yo en tu casa". 




 Zaqueo no había pedido nada y fue Dios mismo el que le suplicó: "quiero hospedarme en tu casa"

Y TU YYO

¿ Donde podemos encontrar a Jesús ? En los necesitados, en la Palabra de Dios  y vivo y cercano en la  Eucaristía.



 ¿Estaremos a la altura de tan singular huésped? Si es así, este encuentro te cambiará totalmente la vida, como cambió la vida de Zaqueo. 

 ¡Baja de ahí! Estamos en un momento delicado en el cristianismo de occidente. Necesitamos despertar y hacer despertar de nuevo el interés por Jesucristo. 

 Han pasado muchos siglos desde aquel suceso. Lo que no ha caducado es la misericordia ni la iniciativa de Dios que, un día y otro, sale a nuestro encuentro para que demos un salto de tantos árboles que el mundo pone delante de nosotros y que, lejos de permitir una visión más nítida de Dios, su frondosidad nos ciega y nos distancia del camino de la fe.

Eso sí, hay árboles sagrados desde los cuales podemos contemplar y vivir muy bien y con abundancia de fruto en la presencia del Señor:

 -el árbol de la eucaristía nos permite contemplar la entrega de Jesús

 -el árbol de la oración nos hace tener visión personal de Dios 

-el árbol de la caridad nos abre los ojos ante la realidad sufriente que nos rodea -el árbol de los sacramentos nos despierta los sentidos para gustar las cosas de Dios 

-el árbol de la iglesia desde donde vemos la grandeza de ser y de vivir como familia e hijos de Dios, etc.



Todos estamos demasiado en el suelo, demasiado preocupados por nosotros mismos, por nuestras cosas, como para poder ver a Jesús pasar y `¿que mas cosas nos alejan de El ¿

Dios viene a salvarnos y perdona nuestras faltas

Nos proponemos cambiar  para agradar a Jesús diciéndole:

SOY UNA  PECADORA WUIERO SER MEJOR




 

ULTIMO ROSARIO DE LA AURORA EN PAMPLONA

Quinto domingo de Octubre. 



Los Auroros han recorrido a las 6:00AM las calles Chapitela, Mercaderes, Mañueta, Carmen, Navarrería, Plazuela san José, Salsipuedes y atrio de la Catedral de Pamplona. 

Tras su canto ha comenzado el rezo del rosario en la catedral. 




ULTIMO DIA DEL MES DEL ROSARIO

 




Quien quiera bendiciones paz y alegría, rezará el Rosario todos los dias.
Cantar a María los Hjjos de Dios y rezar el Rosario para recibir Esperanza en este tiempo de tantas dificultades.




jueves, 27 de octubre de 2022

DOMINGO XXX DEL TOEMPO ORDINARIO

VIERNES

“ Escogió de entre ellos a doce ”


según san Lucas 6, 12-19 

Era una de sus costumbres. Cuando tenía que adoptar una decisión fuerte, Jesús se retira solo a orar. También cuando, como en esta ocasión, va a elegir a doce de sus seguidores para ser sus apóstoles. “Pasó la noche orando a Dios”.

En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. 

Jesús sabe que la predicación de su buena noticia, esa que alegra el corazón del hombre, la va a poder realizar personalmente durante un breve tiempo. Sabe que le espera la muerte, la cruz, la resurrección y su vuelta al cielo.

Por eso, elige a estos hombres, que van a ser los primeros continuadores de su misión

Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 

El Señor quiso elegir a los Apóstoles para que fueran compañeros en su vida y continuadores de su obra después de su muerte. El Señor es quien lleva la iniciativa, Él es quién nos llama, quien nos elige, quien cuenta con cada uno de nosotros y nos brinda la oportunidad de ir a trabajar a su viña. Los apóstoles eran hombres de su tiempo, con defectos, con debilidades. Y, sin embargo, Jesús los llama para hacer de ellos pescadores de hombres.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

De nada vale postularse, aquí no hay currículum que valga ni apetencia por cargo alguno: Jesús escogió a los apóstoles cuyos nombres se le revelaron en la oración y Dios sigue llamando hoy a quienes elige.



Orar antes de decidir, orar para discernir el plan de Dios, orar en vistas a las grandes decisiones de la vida tanto en el ámbito personal como en el comunitario. La oración no es un momento separado de la vida, es una actitud previa que nos introduce en la experiencia personal y eclesial. Así debería ser el modo de proceder de toda la Iglesia, primero y siempre la oración. Solo después de recogerse en silencio y orar largamente, se confía la misión.


JUEVES

“ ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ”


san Lucas 13, 31-35 

En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Sal y marcha de aquí, porque Herodes quiere matarte». 

Jesús les dijo: «Id y decid a ese zorro: “Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día mi obra quedará consumada.

Posiblemente Jesús se enterneció. Qué bien....un  Dios tan cercano, tan íntimo, tan verdadero. Tiene cercanía, cariño, ternura, sufrimiento, compasión.

Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! 

Un Dios así conmueve,  incentiva,  motiva a seguirle, aunque haya que ir a Jerusalén. 

Lo que más le duele a Jesús es que el maravilloso proyecto de su Padre de “pasar por la vida haciendo el bien” sea rechazado.

Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido. Mirad, vuestra casa va a ser abandonada. 

Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”».

Jesús elegirá la muerte antes que dejar de cumplir su misión. Hay algo que vale más que la misma vida: la misión que Dios nos ha encomendado a cada uno. 

 Haz que yo ame mi tarea, mi vocación, mi misión. Es verdad que da miedo, pero Dios no nos abandona. El mismo que dice: “Como el Padre me ha enviado así os envío” (Juan 20,21), también nos dice: “Como el Padre me ha amado a mí así os he amado yo” (Juan 15,9). Las locuras de Jesús sólo se entienden desde el amor.

MIÉRCOLES

“ Esforzaos en entrar por la puerta estrecha ”




según san Lucas 13,22-30 

Ante la pregunta: ¿serán muchos los que se salven? Jesús dice: «Entrad por la puerta estrecha» ¿Qué puerta es esa? Cuando pensamos en una puerta estrecha pensamos en la puerta de esta Iglesia el domingo de Ramos, que en muy pocos minutos pasan cientos de personas con las ramas de olivo, o las puertas de un gran centro comercial el primer día de la rebajas.

En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». 

Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. 

Pero Jesús cuando habla de la puerta estrecha, no habla de una puerta por la que tengan que pasar muchas personas y por eso se queda estrecha. Está hablando de que delante de cada uno hay como dos puertas una ancha y otra estrecha. La ancha es la puerta del egoísmo que nos lleva a la condenación y la puerta estrecha es la puerta de la exigencia, del esfuerzo, de la abnegación, de la mortificación del propio egoísmo. (Benedicto XVI, Ángelus 26 agosto 2007)

Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. 

Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. 

Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. 

Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos»



El Señor nos está diciendo a nuestro corazón que merece la pena pasar por la puerta estrecha, que merece la pena mortificar nuestro propio egoísmo, que merece la pena amar la justicia y la verdad, que merece la pena un compromiso sincero en favor de la paz y la reconciliación.


MARTES

“ ¿A qué se parece el reino de Dios? ”



según san Lucas 13, 18-21 

Es una pregunta complicada, con fácil contestación. El reino de Dios es algo sencillo, algo presente en la vida, en la naturaleza, en el propio hombre. Nosotros somos reino de Dios.

En aquel tiempo, decía Jesús: «A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? 
Jesús Maestro con sencillez, con claridad, con brevedad y con gran profundidad comparte con los suyos los secretos del Reino. Ambas parábolas, a pesar de su brevedad, son sumamente provechosas. 
Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas». 
Nos invitan a dejarnos impulsar por un doble dinamismo: Uno interior, crecer desde la entrega, como el grano de mostaza, no desde la vanidad de la apariencia y otro, exterior y dirigido hacia fuera: transformar el ambiente como la levadura en la masa, irradiar e influir. 
No son opciones alternativas, desechable la una de la otra. Deben ser simultáneas y obedecen a dos urgencias hoy para el cristiano: a seguir creciendo en profundidad y en sabiduría ¡nos falta tanto por aprender! Y a descubrir la misión que no sólo se reduce a la transmisión de ideas, sino al contagio de la vida.
Y dijo de nuevo: «¿A qué compararé el reino de Dios?
 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Un mensaje de esperanza es lo que nos comunican ambas parábolas. El crecimiento del reino, el crecimiento del bien es tan lento que no lo percibimos la inmensa mayoría de las veces, pero que no lo percibamos no quiere decir que no se este dando


Señor, leyendo hoy el evangelio, me dan ganas de decirte: hazme pequeño, como ese granito de mostaza. No quiero presumir de saber mucho, de tener mucho, de valer mucho. Quiero presumir de mi pequeñez. Y eso es lo que te ofrezco: “eso poquito que hay en mí”. Tú, Dios Padre, sabrás que vas a edificar “con lo poco que soy”.

LUNES

“ Mujer, quedas libre de tu enfermedad ”



según san Lucas 13,10-17 

En el Evangelio de hoy nos aparece el encuentro del Señor con una mujer necesitada de curación y como actúa devolviéndole la salud. Esto da ocasión a reflexionar sobre la acusación presentada a Ntro. Señor como transgresor de la ley.

sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo. 

La mujer representa a las buenas personas que viven enredadas consigo mismas. Son incapaces de levantar los ojos y volar hacia lo alto en alas de la acción de gracias y de la alabanza.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. 

Es Jesús quien toma la iniciativa. Nadie le ha pedido nada. Libera a la mujer y la endereza en su cuerpo y en su dignidad. La mujer disfruta ahora de horizontes amplios. Mira a Jesús a los ojos. Y alaba, y canta, y glorifica a Dios.

Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente: «Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado». 

Pero el Señor no quebranta la santidad del sábado, más bien da una interpretación auténtica de la misma: es un día para hacer el bien, es una ocasión para salvar en lugar de destruir. Podemos aplicar esto pensando que Dios nos da cada día como una oportunidad para amar, para servir, para hacer el bien. Nos enseña que la auténtica religiosidad va siempre unida a la caridad.

Pero el Señor le respondió y dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar? 

Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».

Nos enseña que la auténtica religiosidad va siempre unida a la caridad. El amor al prójimo es un mandamiento semejante al del amor a Dios. Él no sólo quiere nuestra alabanza, sino también el respeto por nuestro prójimo. Dios ama a cada persona humana por sí misma, es por eso que toda vida humana es sagrada. Jesús al ver a la mujer encorvada sintió compasión de ella y la curó.

 Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

Señor nos  quieres erguidos mirando al  cielo. Si escuchas  con fe su Palabra vivirás siempre mirando al cielo.


 DOMINGO

/El que se humilla será enaltecido ”

Este domingo Jesús nos invita a detenernos con el evangelista Lucas en esta parábola del fariseo y el publicano para que revisemos nuestra actitud y postura ante Dios, desterrando de nosotros toda soberbia y enaltecimiento, y prefiriendo siempre la humildad y la sencillez. Acogiéndonos siempre a la misericordia de Dios, que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.



según San Lucas 18, 9-14 

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. 

Los fariseos eran personajes de conducta ejemplar; los publicanos eran personajes públicos corruptos.

El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. 

El fariseo no miente en lo que dice: Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Además, da gracias a Dios por eso. Lo malo es que se siente satisfecho consigo mismo y se atribuye a sí mismo las cosas buenas que hace.

El fariseo no cree necesitar el perdón porque no es consciente de su pecado. El pecado del espíritu, la soberbia, el creernos buenos y mejores que otros, es un pecado más grave que los pecados de la carne. Como el fariseo no siente la necesidad de ser perdonado, sale del templo sin ser perdonado.

El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. 

El publicano, que sí era consciente de su pecado, recurrió a la misericordia de Dios y salió del templo perdonado.

Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».



En todos nosotros están presentes los dos, el fariseo y el publicano. Será bueno preguntarnos si cuando entramos en una iglesia lo hacemos más como fariseos que como publicanos.




martes, 25 de octubre de 2022

MISTERIOS DOLOROSOS 3 MISTERIO

   

 Te ofrecemos María diario corona de amor y al ceñirla en tus sienes esperamos los bienes de tu bendición.


3  MISTERIO DOLOROSO     LA  CORONACIÓN DE ESPINA



«Los soldados del procurador trasladaron a Jesús al palacio, poco después toda la cohorte se congregó alrededor de él. Fue desnudado y le pusieron encima un manto color púrpura con una corona de espinas trenzada sobre su propia cabeza, con una caña en la mano derecha, mientras doblaba la rodilla. La gente se burlaba de él diciendo: «Salve, Rey de los judíos». 

Nuestro Señor fue condenado por afirmar que era el Rey de los judíos. 

Y, de hecho, Él es verdaderamente Rey, de los judíos y de todos los pueblos. 




Él es Rey, no por una unción externa sino interior. Es la unión de su naturaleza divina con su naturaleza humana lo que lo hace, como hombre, Rey de toda la creación. Siendo siempre Dios, aún hecho hombre, no puede no ser Rey.

NOSOTROS

Dios regala su propia corona de espinas a sus amigos. 

Un Rey que nació en la pobreza, y vive en las miserias de nuestros  corazónes.



 Tenemos un Rey que prefirió una corona de espinas, y guardar silencio mientras llevaba su amor hasta el extremo. Nuestro Rey murió en la cruz; nuestro Rey se llama Jesús."

 Oremos para que, los sinsabores y los sufrimientos, sean una ofrenda que, ante el Señor Eucaristía,

En cada misterio de dolor no olvides los sufrimientos de la humanidad. No hay esquina sin cruz, personas que no hayan sufrido decepciones o traiciones, proyectos coronados con las espinas de la mala suerte. Caídas y alzadas. No olvides que, en el horizonte, aguarda la cruz como semilla de Redención.

MISTERIOS DOLOROSOS 2 MISTERIO

 

 Te ofrecemos María diario corona de amor y al ceñirla en tus sienes esperamos los bienes de tu bendición.


2 MISTERIO DOLOROSO     LA FRAGELACIÑON DEL SEÑOR





Pilatos le dijo:»¿Luego tú eres rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.» Le dice Pilatos:»¿Qué es la verdad?» Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún delito en él. Pilatos entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.

Jesús ha aceptado beber el dolor de su pasión hasta la última gota. El procurador romano, para complacer a los acusadores de Jesús, ordena que lo azoten. 

No se trata de simples golpes. La flagelación romana era una tortura atroz. El azote que empleaban estaba compuesto por varias tiras de cuero que llevaban bolas de metal y puntas de hueso. Cada golpe desgarraba la piel del condenado, que terminaba con heridas en todo el cuerpo y perdía abundante sangre. 


Él soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido curados” (Is 53, 4-5). Señor, que en nuestra misión evangelizadora sepamos hacer nuestro el dolor que tú sientes ante tanto pecado de la humanidad.

NOSOTROS



Ahí lo tienes: es Rey de Reyes y Señor de Señores. -Está escondido en el Pan. recibiendo los golpes por ti y por mi

Se humilló hasta esos extremos por amor a ti.

 Oremos para que, en los golpes de cada día, sepamos recordar y frecuentar la Eucaristía como el mejor bálsamo que cura las cicatrices de incomprensiones, soledades y traiciones.

domingo, 23 de octubre de 2022

CUARTO ROSARIO DE LA AURIRA EN PAMPLONA

 Hoy a las 6AM los Auroros de Santa María de Pamplona han recorrido las calles de la parroquia de San Agustín, entonando sus dulces melodías, rezando por las almas del purgatorio y la paz en el mundo.



El Rosario de la Aurora ha sido esta mañana a las 7AM en la parroquia de San Agustín,


rezando los asistentes el 5 misterio por las calles San Agustín, Tejería, Estafeta, Mercaderes, Ayuntamiento y Santo Domingo, donde ha comenzado a las 8h la Misa presidida por Juan José Cambra.




EL FARISEP Y EL PUBLICANO

 ¿Recordáis el Evangelio del domingo anterior? Nos sugería aquella idea de que hay que rezar, con confianza y constantemente. 

 Hoy, de nuevo, Jesús pone delante de la pantalla de nuestra vida el trato personal que hemos de tener con Dios. Nos marca una hoja de ruta para alcanzar la perfección en la oración. 



La parábola que acabamos de escuchar en el evangelio de hoy es como un espejo para verse y preguntarse: ¿A cuál de esas oraciones se parece la mía?

 ¿Es distante o cercana? ¿Altanera o humilde? ¿Egoísta o gratuita? ¿Cuántos watsApp, e-mail enviamos (con nuestra oración) al que nos ha dado la vida? 

La primera es bonita, y larga. Un himno de acción de gracias. El fariseo, toma su vida, la pone delante de Dios le da gracias por ella.¿Habrá cosa más linda? Pero la calificación que da Jesús es fulminante: ¡suspenso! ¿Qué será lo que ha echado a perder esta oración que parecía tan bonita? 

En cambio, la oración del públicano es pequeña y torpe. Salta a la vista que es un pecador: míralo, no se atreve a levantar los ojos, se queda atrás, se golpea el pecho. Ni una palabra se lo curre en su defensa. Ahora la calificación de Jesús es: ¡justificado! Algo grande ha debido de ocurrir, lo cierto es que el publicano ha bajado el templo con el alma recién nacida.


¿Que le pasa a la oración del fariseo? Muy sencillo: está podrida. Es bonita por fuera, pero está muerta por dentro. El fariseo no está dando gracias a Dios, está haciendo valer ante Él sus pretendidos méritos. No ama a Dios, solamente se ama así mismo.

 El Publicano, en cambio, sí se sabe que es pecador. Se sabe pobre: es consciente de que esas monedas que llenan su vida no tienen valor ante el Señor. Entra en el templo sabiendo que necesita que le perdonen. No hace falta más, ni se le ocurre mirar aquel fariseo y menos aún juzgarlo, bastante preocupación lleva con él con la carga que le oprime. Se cree el último.


La oración, entre otras cosas, nos sitúa en el centro de nuestra existencia: en Dios. Con El, todo. Sin Él, nada. Al fin y al cabo, por lo que hemos de luchar es por agradar a Dios y no por engordar o satisfacer nuestro ego. 

La sinceridad de nuestra oración, para darle gusto a Dios, no la hemos de medir por la cantidad de palabras, las rimas o la poesía que empleamos en ella o los mismos cantos que nos pueden ayudar a sintonizar más con Dios. 


 Qué grande es recordar aquello de: “Señ￱or dame una alforja; para que en su parte delantera vea mis propios defectos y, en la parte de atrás, deje los fallos de los demás;

 Señor; dame una alforja; para que en la parte de adelante meta las virtudes de los demás y, en la de atrás, sepa llevar con afán de superaci￳n las mías”.

ORACION


Miremos nuestra oración, ¿Verdad que a veces no es la voluntad de Dios lo que buscamos si no que él se amolde a nuestros planes? ¿ Que no es luz lo que queremos, sino que Dios confirme en lo que ya hemos traemos decidido?
Acercanos con humildad y alegria

 A la oración hay que acudir con el alma abierta, con una sola pregunta en los labios: ¿qué quieres de mí, Señor? . Desde la certeza de que nada es nuestro, -solo el pecado-, de que todos esperamos de Él: la luz, la fuerza, seguros de que él nos ama. Totalmente Confiados. Plenamente disponibles.

DIA DEL DOMUND

 

Domingo 23 de octubre la Jornada Mundial de las Misiones -Domund- con el lema “Seréis mis testigos”. 
Antes de su Ascensión al Cielo, Jesús encomienda a sus discípulos la tarea de la evangelización. Los discípulos reciben la misión de dar testimonio de Jesús en todos los lugares de la tierra con la fuerza del Espíritu Santo.

El Domund es una fecha para pensar, orar, agradecer y ayudar a nuestros misioneros.
El Domund nos recuerda el mandato misionero que despierta nuestra conciencia de que todos somos misioneros. La misión no es vocación de unos pocos sino llamada universal para los seguidores de Cristo





El Arzobispo de Navarra, Monseñor Francisco Perez, que con frecuencia leo sus cartas pastorales nos  dice:
Dios nos invita a salir de nosotros mismos por amor a Él y al prójimo. Es una oportunidad para compartir, servir e interceder, momento para escuchar la invitación del Señor: “Seréis mis testigos” (Hch 1, 8). 
Dios nos ha revelado que su amor es para todos y para cada uno de nosotros. 
Ahora bien, la respuesta a su llamada ha de ser una respuesta personal, libre y consciente. 




 La fe cristiana es un encuentro con Cristo que cambia la vida. Después de conocer al Señor nadie puede permanecer indiferente. Conocer a Jesús es conocer el amor que Dios nos tiene; el amor de Dios se ha manifestado en que ha enviado a su Hijo para que el mundo se salve por Él (cfr.Jn 3, 16-21).


 Pero además de cambiarnos la vida, de llenarla de esperanza y de sentido, el amor de Dios nos lleva a anunciar y compartir “lo que hemos visto y oído”. Jesús nos envía al mundo no sólo para realizar la misión sino también y sobre todo para vivir la misión que nos confía; no sólo para dar testimonio sino también y sobre todo para ser sus testigos. 

 Somos llamados a comunicar la Buena Noticia del Evangelio. El anuncio de Cristo va unido al ejemplo de vida cristiana.
  Que María, Reina de las Misiones, presente en el comienzo de la Iglesia misionera en Pentecostés, sea nuestra guía y modelo en el camino de la fe.


sábado, 22 de octubre de 2022

PELICULA INFANTIL DE SAN JUAN PABLO II

 

No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!





SIGUES VIVIENDO EN MI CORAZÓN

20 DE OCTUBRE 



Hoy hace cuatro años esas campanas nos anunciaban que entrabas a tu Vida Nueva.

 A un gran amigo siempre le escucho decir...... "los seres queridos no mueren si están en nuestros corazones."

Tu querida amiga vives en mi corazón.






viernes, 21 de octubre de 2022

PARABOLA DE LA HIGUERA

 


«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”»



Mateo y Lucas escriben sobre esta parábola
A la higuera del Evangelista Mateo no se le da ninguna oportunidad: ¡Que nunca jamás brote fruto de ti! (Mt 21, 19). 
Pero Mateo escribe para cristianos procedentes del pueblo de la antigua alianza; alianza que concluye con la muerte de Jesús, cuando el velo del templo se rasga en dos, de arriba abajo (Mt 27, 51). 


Lucas escribe para quienes formamos el nuevo pueblo de Dios; ahora la norma suprema es la misericordia; misericordia que se mantiene de generación en generación, un año sí y otro también. Únicamente la misericordia nos mantiene con vida.
 Aunque no damos frutos no somos destruidos. Al contrario, somos cuidados de manera más exquisita. Como la oveja descarriada que el pastor pone sobre sus hombros. 
Los santos han sentido vivamente la propia esterilidad y han sentido, sobre todo, la infinita paciencia y misericordia de Dios hacia ellos. Santa Teresa se dirige al Señor con estas palabras: Con regalos grandes castigabais mis delitos.


la parábola de la higuera estéril, que resalta la paciencia y la misericordia de Dios frente a la impaciencia del que no encuentra los frutos que esperaba y quería cortar del todo la higuera. 

Con cuánta facilidad nosotros también tendemos a interpretar los momentos difíciles de la vida como castigo divino, ya sea para nosotros mismos o para los demás; qué tranquilizador es pensar que a los demás les va mal porque se lo merecen, así nos sentimos mejores. En cambio, Jesús nos invita a interpretar los acontecimientos desde otra clave, la de la constante llamada a la conversión que nos hace un Dios paciente y misericordioso, que quiere nuestro bien y lo busca de mil maneras cada día, sin impacientarse ni rendirse.
Señor, hoy he descubierto muchos errores en mi vida; pero ante todo me interesa fijarme en uno: reconozco que, después de tantos años intentando ser cristiano, no lo he conseguido. No sólo no conozco tus proyectos, tus ideales, tus pensamientos, tu manera de enfocar la vida, sino que no te conozco a Ti como el Dios del amor. Pienso que las desgracias son castigo tuyos sin valorar tu amor y misericordia. 

No acabo de fiarme de Ti, de abandonarme en tus brazos, de descansar en tu corazón de Padre. El día que me crea de verdad esto, seré el hombre más feliz del mundo. ¡Ayúdame, Señor!

DOMINGO XXIX DEl TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO
“ A ver si da fruto en adelante... ”


Lucas en este texto nos ayuda a reflexionar en la llamada de Jesús a nuestra propia conversión, no por mero capricho, sino porque nos ama y sabe que sólo en Dios está el camino de la verdadera felicidad. Jesús sigue hablando y preparando el Reino de Dios, pero para ello, necesita que las personas cambiemos, que seamos capaces de reorientar nuestra actitud y forma de vida, para crear un mundo mejor, más humano y más fraterno. No acabamos de tomar conciencia de que tenemos que sembrar la paz, el amor y la justicia porque esto es lo que Dios quiere de nosotros, pero el odio y los egoísmos no nos dejan ver la luz, y esto nos impide que cambiemos.

según san Lucas 13, 1-9. 
En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 
 Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. 

Los judíos creían que la desgracia de una persona era el castigo merecido por el pecado de esa persona o de sus antecesores.
O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». 
 Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. 
La parábola de la higuera nos habla de la piedad de Dios con todos.

 Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

Esa higuera en realidad somos nosotros. Nos decimos seguidores, pero nuestro fruto no llega nunca, queremos cambiar a los demás en lugar de cambiarnos nosotros. Jesús nos nutre cada día con su Palabra, su ejemplo de vida, pero nosotros preferimos seguir viviendo de espaldas a Él, cumplir con los preceptos antes que abrir nuestro corazón y, como el barro en manos del alfarero, dejarnos amasar.

Jesús nos da siempre otra oportunidad para que seamos capaces de salir de la rutina y ser una higuera fértil. Una higuera que da el fruto generoso del amor entre todos los hermanos, haciendo visible a Dios en la tierra, pero para ello, tenemos que estar dispuestos a cambiar y trabajar en nuestra propia conversión.

VIERNES

“ Haz lo posible por llegar a un acuerdo ”
según san Lucas 12,54-59 

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. 
Cuando sopla el sur decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede. Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?

Las especies animales con mayor probabilidad de sobrevivir a condiciones adversas son las de mayor capacidad de adaptación. 
Lo mismo podría decirse de los seguidores de Jesús. Si no sabemos adaptarnos a los cambios de los nuevos tiempos nos convertimos en piezas de museo. Jesús nos invita hoy a saber interpretar y a saber adaptarnos a los nuevos tiempos. San Pablo lo hacía muy bien: Olvidando lo que queda atrás, me esfuerzo por lo que hay por delante y corro hacia la meta (Flp 3, 13).

 Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».

Para calibrar mejor y disfrutar de tal avalancha del amor que Dios prodiga sobre el mundo, es necesario activar la sensibilidad religiosa.
 Para esto, necesitamos desconectar de tantos ruidos que nos aturden. Solamente así, conectados a la Palabra de Dios, llegaremos a apreciar la esperanza a la que nos llama, la espléndida riqueza de la herencia que promete a los consagrados y la grandeza extraordinaria de su poder a favor de nosotros los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa (Ef 1, 18-19).


Tú puedes hablarnos a través de cada época. Haz que yo no esté anclado en el pasado, cerrando mi corazón a las sorpresas que Tú me ofreces en el presente.


JUEVES


JUEVES

“ He venido a prender fuego en el mundo ”


Estas palabras de Jesús no pueden entenderse al pie de la letra sino en sentido simbólico. “He venido a traer fuego a la tierra”. ¿Acaso Jesús es un pirómano? “No he venido a traer la paz” ¿Acaso Jesús es violento? ¿Qué es eso de bautismo de sangre?

según san Lucas 12, 49-53 

El fuego del que habla Jesús no es material sino espiritual, es decir, el fuego del amor. Dios se le manifestó a Moisés en una “zarza que ardía y no se consumía”.

Ese fuego de la zarza arde en nuestros corazones si nos abrimos a la Palabra de Dios y procuramos llevarla a la práctica es el fuego del Espíritu Santo. 

Una viva imagen de un Dios que arde en llamaradas de vida, en llamaradas de amor. Y ojalá que este amor avanzase en el gran bosque del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!

El bautismo de sangre alude al bautismo de la Cruz. Pero no es la sangre, ni la Cruz, ni el sufrimiento lo que nos redime, sino EL AMOR. 

 ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.

No estoy para dar la paz”. Jesús ha venido a traer la paz, la verdadera paz, pero no las “paces” a cualquier precio. Cristo no puede pactar con un mundo injusto, egoísta, materialista, hedonista. Quiere la paz, fruto de la verdad, la justicia y el amor. 

Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

La muerte de Cristo en la Cruz es la carta más bella escrita por Dios sobre el amor: el más grande, más sublime, más escandaloso.


MIERCOLES

“ Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá ”



Jesús introduce la parábola del administrador fiel y prudente para explicar a los suyos que creer en el Verbo encarnado tiene consecuencias. No se puede creer en Jesucristo, segunda persona de la Santísima Trinidad, y que todo siga su curso.

según san Lucas 12,39-48

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». 

Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? 

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. 

Nos lo grita San Pablo en la epístola a los romanos que se proclama hoy como primera lectura: somos criaturas nuevas una vez que hemos acogido con libertad el don del Espíritu Santo. Y esa criatura nueva necesita que el hombre viejo muera

En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. 

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. 

En el Evangelio, Jesús nos advierte de que ese tesoro que se nos ha concedido llevar en vasijas de barro nos obliga a comunicarlo, como una vela que enciende otras velas. Pobres los que no han recibido la buena noticia del reino de Dios, pero a ellos no se les puede imputar responsabilidad alguna. A ti, a quien se te ha anunciado, claro que sí.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


También nosotros, como los discípulos, somos administradores que debemos repartir a los demás todo lo que hemos recibido por la fe. Pero hay dos clases de administradores, los "avispados" que cumplen su función según las instrucciones que se le han dado, y los "necios" que administran para si.

MARTES

“ ¡Poneos en camino! ”




según san Lucas 10,1-9 

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. 

De dos en dos, para contarse por el camino la belleza de Dios y las maravillas que hace su misericordia. Setenta y dos para ir por todos los caminos.

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! 

Jesús los envía, nos envía, porque la mies es mucha y hay que apresurarse por esos campos dorados del verano.

Dios es optimista. Le espera la cruz en Jerusalem y él grita: "¡La mies es abundante!" La urgencia de la situación provoca un entusiasmo renovado: es preciso que se anuncie la palabra. Aprisa. Cueste lo que cueste. No es momento para lamentarnos de la poca práctica religiosa, de la pérdida de costumbres, de la moral que ya no se respeta y de la tradición que se está olvidando.

Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. 

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».



Al buen evangelizador, las estrategias les sobran, las maletas les estorban, los seguros les son inútiles. Mirad a los setenta y dos discípulos partir sin más certeza que la de ser portadores de paz y testigos de una noticia de gracia.

 La Iglesia del evangelio es una Iglesia inocente, tan absorta en la siega que se olvida de la cizaña, tan pacífica que se extraña ella misma de su audacia. Una Iglesia que solo tiene una palabra en los labios, un deseo en el corazón: "¡Shalom, paz a vosotros!"

 La mies es abundante, porque la paz de Dios ha de manifestarse.

LUNES

“ Guardaos de toda clase de codicia ”

“ Así es el que atesora para sí ”




san Lucas 12, 13-21 

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús: «Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Este hombre acude a Jesús yeso denota el prestigio de que goza ante el pueblo.

Jesús no entra en ese terreno. su misión es otra.Su dedicación es el Reino de Dios.

Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». 

Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. 

Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Que equivocado esta la persona que vive de manera egoísta, a pesar de que su heredad ha producido fruto en abundancia. Lo que más pena produce es que, en su corazón, no hay lugar ni para Dios, ni para su prójimo.

 Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».


No debemos acumular riquezas de este mundo. Mejor es atesorar las cosas que nos vienen de Dios.

El trabajo en este mundo sólo encuentra su sentido más pleno en cuanto que sirve para prepararnos la vida definitiva y eterna.

Somos ricos ante Dios practicando las obras de Misericordias.

Al cielo tenemos que llevar la Fe, la Esperanza y la Caridad.

DOMINGO




San Lucas 18, 1-8 

“ Orar siempre, sin desfallecer ”

según San Lucas 18, 1-8 

En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

Había un juez en una ciudad… Había en aquella ciudad una viuda… Habitualmente interpretamos esta parábola identificándonos con la pobre viuda e identificando a Dios con el juez injusto. A Jesús parece no importarle el feo retrato que hace de Dios. Pero algo parecido encontramos en aquellas palabras: Si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos…

 En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. 

Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”». 

¡Qué fructífero es el “trabajo” de la oración! Porque Dios acabará dándole la razón al que ora a tiempo y a destiempo, en todo momento y ocasión.

Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? 

Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».



La oración cristiana no es otra que la oración misma de Cristo, pues su Espíritu ora en nosotros como nosotros mismos no sabemos hacerlo. La oración aparece como la respiración honda que eleva al mundo hasta el destino prometido: Dios justifica el esfuerzo de los hombres.