Domingo 23 de octubre la Jornada Mundial de las Misiones -Domund- con el lema “Seréis mis testigos”.
Antes de su Ascensión al Cielo, Jesús encomienda a sus discípulos la tarea de la evangelización. Los discípulos reciben la misión de dar testimonio de Jesús en todos los lugares de la tierra con la fuerza del Espíritu Santo.
El Domund es una fecha para pensar, orar, agradecer y ayudar a nuestros misioneros.
El Domund nos recuerda el mandato misionero que despierta nuestra conciencia de que todos somos misioneros. La misión no es vocación de unos pocos sino llamada universal para los seguidores de Cristo
El Arzobispo de Navarra, Monseñor Francisco Perez, que con frecuencia leo sus cartas pastorales nos dice:
Dios nos invita a salir de nosotros mismos por amor a Él y al prójimo. Es una oportunidad para compartir, servir e interceder, momento para escuchar la invitación del Señor: “Seréis mis testigos” (Hch 1, 8).
Dios nos ha revelado que su amor es para todos y para cada uno de nosotros.
Ahora bien, la respuesta a su llamada ha de ser una respuesta personal, libre y consciente.
La fe cristiana es un encuentro con Cristo que cambia la vida. Después de conocer al Señor nadie puede permanecer indiferente. Conocer a Jesús es conocer el amor que Dios nos tiene; el amor de Dios se ha manifestado en que ha enviado a su Hijo para que el mundo se salve por Él (cfr.Jn 3, 16-21).
Pero además de cambiarnos la vida, de llenarla de esperanza y de sentido, el amor de Dios nos lleva a anunciar y compartir “lo que hemos visto y oído”. Jesús nos envía al mundo no sólo para realizar la misión sino también y sobre todo para vivir la misión que nos confía; no sólo para dar testimonio sino también y sobre todo para ser sus testigos.
Somos llamados a comunicar la Buena Noticia del Evangelio. El anuncio de Cristo va unido al ejemplo de vida cristiana.
Que María, Reina de las Misiones, presente en el comienzo de la Iglesia misionera en Pentecostés, sea nuestra guía y modelo en el camino de la fe.
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