Te ofrecemos María diario corona de amor y al ceñirla en tus sienes esperamos los bienes de tu bendición.
3 MISTERIO DOLOROSO LA CORONACIÓN DE ESPINA
«Los soldados del procurador trasladaron a Jesús al palacio, poco después toda la cohorte se congregó alrededor de él. Fue desnudado y le pusieron encima un manto color púrpura con una corona de espinas trenzada sobre su propia cabeza, con una caña en la mano derecha, mientras doblaba la rodilla. La gente se burlaba de él diciendo: «Salve, Rey de los judíos».
Nuestro Señor fue condenado por afirmar que era el Rey de los judíos.
Y, de hecho, Él es verdaderamente Rey, de los judíos y de todos los pueblos.
Él es Rey, no por una unción externa sino interior. Es la unión de su naturaleza divina con su naturaleza humana lo que lo hace, como hombre, Rey de toda la creación. Siendo siempre Dios, aún hecho hombre, no puede no ser Rey.
NOSOTROS
Dios regala su propia corona de espinas a sus amigos.
Un Rey que nació en la pobreza, y vive en las miserias de nuestros corazónes.
Tenemos un Rey que prefirió una corona de espinas, y guardar silencio mientras llevaba su amor hasta el extremo. Nuestro Rey murió en la cruz; nuestro Rey se llama Jesús."
Oremos para que, los sinsabores y los sufrimientos, sean una ofrenda que, ante el Señor Eucaristía,
En cada misterio de dolor no olvides los sufrimientos de la humanidad. No hay esquina sin cruz, personas que no hayan sufrido decepciones o traiciones, proyectos coronados con las espinas de la mala suerte. Caídas y alzadas. No olvides que, en el horizonte, aguarda la cruz como semilla de Redención.
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