SÁBADO
“ Pedir, buscar, y llamar ”
según san Mateo 7, 7-11
El Evangelio nos hace la comparación entre el interés mezquino que mueve al hombre y el amor desinteresado del Padre providente y amoroso es tan desproporcionada a favor de Dios, que no queda más remedio que volverse hacia quien puede darnos cuanto le pidamos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Nos toca pedir para que el Señor nos dé lo pedido. Nos toca buscar, siempre en la línea de la buena noticia, para que el Señor nos haga encontrar lo buscado. Nos toca llamar para que el Señor nos abra… nos abra a todos los regalos que él está dispuesto a ofrecernos.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente?
Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».
Señor, como hicieron tus discípulos, yo también hoy te pido con sencillez y humildad: Enséñame a orar. No necesito la enseñanza de los sabios ni de los entendidos de este mundo. Tampoco necesito lecciones de oración de otras religiones. Ni siquiera de la religión judía. Quiero que me enseñes Tú y sólo Tú. Quiero que me transmitas tus sentimientos, tus emociones, tu latido interior, cuando orabas al Padre en la soledad y silencio de una noche en Galilea o en Jerusalén. Quiero orar como orabas Tú.
VIERNES
“ Quien a vosotros escucha, a mí me escucha ”
La expresión ¡Ay! repetida expresa una lamentación por parte de Jesús, pero no una condena. Jesús ni condena, ni castiga, ni amenaza. Es importante descubrir estos sentimientos tan nobles y profundos de Jesús para cambiar nuestras actitudes de enfrentamiento, de venganza y de rechazo.
según san Lucas 10,13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».
En realidad, todas las guerras son “fratricidas”. No hay guerras de naciones contra naciones, de religión contra religión, de hombres contra hombres. Todas son guerras de “hermanos contra hermanos”. La historia es vieja y se repite: “Caín sigue matando a Abel, su hermano”
JUEVES
“ Os mando como corderos en medio de lobos ”
Según san Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Poco antes había enviado a los Doce. A todos con la misma consigna de proclamar que el Reino de Dios está cerca de vosotros y de curar enfermos. A todos con la misma consigna de prescindir de medios materiales. Aquello fue un ensayo. Ninguno de ellos, ni los Doce ni los setenta y dos, estaban capacitados para entender lo del Reino de Dios; carecían de la experiencia de la cruz y de la resurrección.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino!
Jesús los envía, porque la mies es mucha y hay que apresurarse por esos campos dorados del verano. Y aunque se dispone a subir a Jerusalem, es preciso que se anuncie la Palabra. Aprisa. Cueste lo que cueste.
Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Los apóstoles no deben estar apegados al dinero ni a la comodidad. Jesús además advierte a los discípulos de que no recibirán siempre una acogida favorable: a veces serán rechazados; incluso puede que hasta sean perseguidos.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario.
Pero esto no les tiene que impresionar: deben hablar en nombre de Jesús y predicar el Reino de Dios, sin preocuparse de tener éxito.
El éxito se lo dejan a Dios. Jesús advierte a los Doce que podrá ocurrir que en alguna localidad sean rechazados. En tal caso deberán irse a otro lugar
No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciban, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
la misión apostólica debe siempre comprender los dos aspectos de predicación de la Palabra de Dios y de manifestación de su bondad con gestos de caridad, de servicio y de entrega”
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Como los Doce y como los setenta y dos, todos debemos preparar caminos para que el Señor llegue a los corazones. La base de todo es el conocimiento de las Escrituras. Luego viene la oración que, manando de las Escrituras, será el alma de la misión. Porque al prójimo se llega mejor a través de Dios.
“ Las has revelado a los pequeños ”
según san Mateo 18, 1-5. 10
Entre quienes reciben la Palabra y se dejan transformar por el anuncio del Señor, están los pequeños.
Son todos aquellos a quienes el mundo considera inferiores o demasiado simples
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: -«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?»
Si nos detenemos a pensarlo y a “sentirlo” ese anuncio es una más maravillosa noticia que el ser humano puede recibir. Sólo que a veces no queremos ser esos pequeños, nos gusta estar entre los “sabios y entendidos” y esa revelación se nos desdibuja un poco, porque creemos “saber” lo suficiente sobre Dios y su salvación.
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: -«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Y así nuestros oídos, nuestra mente, nuestro corazón, no se abren a Él con la alegría ilusionada de quien espera al Dios que es novedad cada mañana y cada tarde de nuestra vida.
Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos.
El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mi. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. »
El niño se deja querer. De sus padres, de sus hermanos, de su familia y de todo el mundo. Dejarse querer, dejarse obsequiar, dejarse regalar por un Dios “Abbá” es lo más importante en nuestra vida cristiana.
En el cristianismo ni siquiera el amar es lo primero, sino el dejarse amar. “En esto consiste el amor: en que Él nos amó primero” (1ª Jn. 4,10).
MARTES
“ Dios está con nosotros ”
según san Lucas 9,51-56
Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén.
En el Evangelio de hoy vemos como el Señor no es recibido, no se le acoge,
Y envió mensajeros delante de él. De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos.
Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
también contemplamos la reacción de los discípulos, el ser rechazados no lo encajan muy bien, y les sale lo peor de ellos mismos, reaccionan con ira y violencia, solicitan permiso para actuar con violencia: “Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?”, cuánta paciencia tiene el Señor con sus discípulos, vuelve a corregirlos, el mal solo engendra mayor mal, les señala otro camino, vencer el mal a fuerza de bien, saber devolver a la ofensa, perdón.
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.
Estamos llamados incluso a amar a los que no nos quieren.
LUNES
“ El más pequeño de vosotros es el más importante ”
según san Lucas 9,46-50
En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante. Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado.
Los discípulos discuten sobre cuál de ellos es el más importante. Jesús llama a un niño, lo coloca junto a sí en el centro del grupo, y nos lo presenta como modelo de vida. Y nosotros llegamos a comprender que así es, cuando aprendemos a mirar a las personas con los ojos de Dios.
Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».
Porque el corazón de Dios siente especial debilidad por los más pobres, los más desgraciados, los más pródigos, los más pecadores. No nos dejemos deslumbrar por lo glamuroso, ni vayamos por la vida tratando de brillar y sobresalir. Los ojos de Dios quedan prendados de la sencillez y la insignificancia del niño.
Entonces Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y, se lo hemos prohibido, porque no anda con nosotros».
Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro».
Padre, concédeme, ponerme delante de ti como lo que soy, como un niño que sabe que siempre cuanta con su Padre.
DOMINGO
Los textos que nos propone la liturgia de este XXVI domingo del Tiempo Ordinario nos revelan a un Dios generoso, un Dios que no discrimina ni excluye, sino que derrama su gracia y su Espíritu sobre todos, sin distinción.
DOMINGO
“ El que no está contra nosotros está a favor nuestro
según San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48
En el Evangelio de hoy nos ofrece dos enseñanzas fundamentales. Llamada a Evangelizar, viendo lo bueno, venga de donde venga, y otra, nos avisa contra cualquier acción que pueda ser ocasión de escándalo.
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Para Evangelizar lo primero revisarnos, cómo es nuestra actitud para con los demás, y si esos no piensan como nosotros, apreciar lo bueno. “NO SE LO IMPIDÁIS”.
La iglesia nos propone los caminos de comunión, la importancia del dialogo, de acercar posturas, de evitar la división.
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y el que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa.
El segundo punto, tiene que ver con el escándalo.
El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
El escándalo puede trabajar en contra de la evangelización, en un momento derrumba todo los construido, el mal suele desencantar y hace perder la esperanza.
Para la nueva evangelización se necesitan hombres y mujeres con deseos de trabajar por el bien, la verdad y la justicia, pero intransigentes con el mal. Propagadores del bien, denunciadores del mal. Misericordia con el pecador, intransigencia contra el pecado.
Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te hace pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna.”
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojoa la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
El escándalo puede trabajar en contra de la evangelización, en un momento derrumba todo los construido, el mal suele desencantar y hace perder la esperanza. Para la nueva evangelización se necesitan hombres y mujeres con deseos de trabajar por el bien, la verdad y la justicia, pero intransigentes con el mal. Propagadores del bien, denunciadores del mal. Misericordia con el pecador, intransigencia contra el pecado.
Los que estamos dentro de la Iglesia, hemos de reconocer que, todavía, nos solemos parecer más a esos discípulos de corazón pequeño: "Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en su nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no era de los nuestros"; que a la actitud abierta, confiada, generosa de Jesús: "el que no está contra nosotros, está a favor de nosotros"
No hay comentarios:
Publicar un comentario