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miércoles, 21 de octubre de 2020

CAMINO FRANCES BURGOS - HONTANAS III

 

TARDAJOS

Abandonamos el albergue.

Se atraviesa el Río Úrbel por un antiguo y bonito puente medieval. 



La ruta gira hacia el sur y busca con rapidez el pequeño pueblo de Rabé de las Calzadas (km 12,5)


RABÉ DE LAS CALZADAS


El 20 de febrero de 1085, el rey Alfonso VI donó la villa al Hospital del Emperador, situado en la ciudad de Burgos, barrio de san Pedro de la Fuente y en 1128 Alfonso VI

 hizo donación de dicho hospital con todas sus pertenencias a la mitra burgalesa, ostentando desde entonces su titularidad los obispos y arzobispos de Burgos.
Su castillo fue construido en 18 41 sobre la colina de la Névera, que domina todo el valle del Arlazón


Conserva su iglesia dedicada a Santa Maria







 Por la calle Santa Marina sobrepasamos la fuente - decorada con veneras - hasta la plaza Francisco Riberas y salimos por Baldomero Pampliega.

 La ermita de Nuestra Señora del Monasterio, a la salida del pueblo, con una puerta del siglo XIII.



Lo que nos espera de ahora en adelante es, simplemente, la meseta castellana. Sin trampa ni cartón, con sus pros y sus contras. Largas rectas a más de ochocientos metros de altura sin más compañía que nuestra propia sombra y grandes extensiones de cereal

sin horizonte aparente pero con multitud, eso sí, de perdices, alondras, cogujadas y demás aves con querencia a los cultivos. Saltarse la meseta implica romper la unidad del Camino y restar su sentido.

 Casi a tres kilómetros de Rabé, a mano derecha, se encuentra la fuente de Praotorre, donde se han habilitado unas mesas para el descanso (Km 15,4).


La pista continúa con su llevadero ascenso hasta alcanzar una zona más plana que da acceso al valle donde se asienta Hornillos (Km 17,9).

 La pendiente, la propia inercia y el peso de la mochila obligan a bajar con cuidado la pedregosa cuesta, apodada Matamulos.
Después de cruzar una carretera y el cauce del río Hormazuela entramos en Hornillos del Camino, población amoldada al Camino con una calle principal de paso orientada de este a oeste.


Vista de Hornillos del Camino


HORNILLOS DEL CAMINO

La primera parte de su nombre, Hornillos, parece proceder de Forniellos, es decir, pequeños hornos dedicados a la alfarería y obtención de yesos.
 La última parte del mismo, Del Camino, confirma la clara vinculación jacobea que tuvo y aún tiene el núcleo, uno de los ejemplos más singulares de pueblo-camino, con una única calle, la calle Real, auténtica sirga peregrina.

 Si en la Edad Media llegó a acoger tres hospitales para romeros, de los que aún se conserva el del Santo Espíritu al principio del núcleo, en la actualidad el lugar cuenta con un apartado propio dentro del moderno resurgir de las peregrinaciones.


Iglesia de Santa María


Fue en esta localidad, en 1990, donde se comenzó a escribir una nueva página de la hospitalidad voluntaria jacobea.







 La catalana Lourdes Lluch, después de haber cubierto la ruta, quiso devolver al Camino algo que había recibido a lo largo de su experiencia jacobea, un estilo de acogida cálido. Por ello no dudó en invertir sus vacaciones sirviendo y dando ayuda a los propios romeros. Alquiló una casa en Hornillos y, sin saberlo, volvió a impulsar una costumbre de antaño, la de aquellas personas que se dedicaban a acoger a peregrinos.




La iniciativa, que tuvo eco en varias publicaciones jacobeas, animó a otros antiguos caminantes a dedicar parte de su tiempo libre atendiendo refugios del Camino. Este movimiento, en constante crecimiento, se coordina desde ese año a través de las distintas federaciones o asociaciones de amigos del Camino.

El gallo una antigua leyenda local, que cuenta como unos franceses llegaron al pueblo en la época de la Guerra de Independencia y robaron todas las gallinas. 
A la salida de Hornillos, el panorama es similar al precedente: una interminable pista de parcelaria que asciende por la meseta cerealista.

 La única distracción se encuentra a los bordes del camino, decorados por montones de piedra que sacan los agricultores de sus cultivos.
 Cinco kilómetros después de Hornillos nos encontramos con una cruz de Santiago (Km 25,5)




 y setecientos metros más adelante con el cruce hacia el albergue San Bol, situado a la vera del río del mismo nombre.

ARROYO SAM BOL
Aquí había un monasterio dedicado a San Boal, y muy cerca se levanta actualmente el albergue de Sambol, 1992.



Tras una hora más de caminata llegamos, por fin, a Hontanas, agazapado y oculto hasta el último momento





HONTANAS

El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en castellano.


Vista de la localidad

 El sacerdote boloñés y asiduo peregrino (viajó a Compostela tres veces durante los años 1666 y 1673), Domenico Laffi, relató que en Hontanas los pastores rodeaban sus cabañas con un muro para defenderse de los lobos.



Hoy, varios albergues, hostal y casa rural ofrecen comodidad y descanso al caminante del siglo XXI.
Tiempo de descanso.





Fotos de internet




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