MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL,
El monasterio de Santa María la Real de Nájera es un conjunto religioso situado en la ciudad de Nájera, en la Comunidad Autónoma de La Rioja (España).
En él se encuentra el panteón de los reyes del reino de Nájera-Pamplona, antecesor del reino de Navarra. Al encontrarse Nájera en pleno Camino de Santiago y haber sido sede de monarcas navarros, la relevancia del monasterio de Santa María la Real fue elevada.
Situado en la plaza principal de Najera
MONASTERIO
El monasterio fue fundado por el rey Don García Sánchez III “el de Nájera” y su esposa Doña Estafanía de Foix que lo mandaron construir en 1052.
El origen de su fundación se pierde en la leyenda que relata cómo el monarca encontrándose de cacería persiguió a su presa hasta una cueva donde encontró una misteriosa imagen de la Virgen y junto a ella un jarrón de azucenas, una campana y una lámpara.
Tiempo más tarde el rey reconquistó la población riojabajera de Calahorra a los musulmanes y construyó el monasterio de Santa María La Real como una ofrenda a la Virgen que le había ayudado. A su vez instituyó la Orden Militar de los caballeros de la Terraza o de la Jarra, una de las órdenes más antiguas de España.
El exterior
El exterior del Monasterio de Santa María la Real de Nájera es una mezcla de diferentes estilos, fruto de su dilatada historia.
Las necesidades de defensa hicieron que los muros fueran altos y que los contrafuertes tuvieran función de bastiones
El siglo XVII dejó la decoración de los muros y puertas y la torre cuadrangular.
El pórtico de la iglesia se realizó entre los años 1621 y 1625. Puerta de Carlos I en gótico flamígero y escudo real con águila bicéfala.
Dentro del monasterio distinguimos dos espacios fundamentales: el templo con el panteón Real, y el claustro, llamado de los Caballeros. El acceso al claustro se realiza por la llamada Puerta de Carlos I. Esta puerta es de estilo Gótico flamígero y aparece muy ornamentada; sobre ella hay un gran escudo real con las armas de Carlos I y un águila bicéfala. Este escudo se realizó en honor al rey, que contribuyó generosamente a la construcción del claustro. Vista de la cúpula con trampantojo. A la derecha pasamanos de la Escalera Real.
Al lado de la puerta, arranca la escalera de acceso al claustro superior. Esta escalera es de estilo renacentista y está cubierta por una cúpula semiesférica decorada con casetones pintados en trampantojo. El motivo central de la decoración es un ave: el pelícano. En ella figura la fecha de su construcción, año 1594, y recibe el nombre de Escalera Real.
EL TEMPLO
Cabecera de la iglesia
El aspecto exterior de este templo es un tanto desconcertante dada su altura y los cilindros que abundan en sus esquinas lo que le confiere un aspecto de fortificación.
Al oeste de la iglesia hay una puerta de entrada del siglo XVII a la que se llega bajando una escalera para neutralizar el desnivel.
En 1052 se inaugura y consagra el primitivo templo para la Virgen de la Cueva. El estilo de esta construcción era románico con influjos mozárabes.
El templo actual
El templo actual se construyó entre 1422 y 1453, es de estilo Gótico florido, presentando formas esbeltas a la vez que sencillas.
Las bóvedas son de crucería simple, a excepción de la del cascarón del ábside central, que es estrellada
; los ábsides laterales son cuadrangulares, y el triforio presenta ventanales casi triangulares
.
El interior consta de tres naves separadas por 10 columnas.
Debajo del coro se abre la cueva en la que se cree que apareció la imagen de la Virgen, lugar en el que se ha mantenido desde entonces.
Altar Mayor
El retablo
El Retablo fue realizado hacia 1690 por Francisco de la Cueva y Mateo de Rubalcaba y está caracterizado por la grandilocuencia y la exuberancia.
Su estilo barroco, con grandes columnas salomónicas muy adornadas con racimos y hojas de vid.
De abajo hacia arriba podemos ver tres hornacinas con réplicas de los tres elementos que el rey encuentra en la cueva junto con la Virgen. Una jarra con azucenas (emblema del monasterio), una lámpara y una campana.
En el centro, Santa María la Real, obra maestra del románico riojano caracterizada por el frontalismo, el hieratismo, la sobriedad y por presentar al niño como Dios bendiciendo al pueblo. A su derecha San Benito y son García y a su izquierda Santa Escolástica y doña Estefanía.
y la representación de los reyes fundadores.
Un friso recuerda la leyenda del hallazgo, encima de él un calvario y coronando el conjunto el escudo de Felipe I
En la nave lateral izquierda hay una réplica del retablo mayor que existía antes de que se construyera el actual. Parte del original se conserva en el museo de Amberes, al que llegó después de ser vendido en el siglo XIX. Su autor fue Hans Memling.
Coro
En el coro destaca la sillería, de estilo gótico.
Fue realizada entre los años 1493 y 1495, atribuyéndose la dirección de la obra a los hermanos Andrés y Nicolás Amutio, y fue financiada por el abad Pablo Martínez de Uruñuela (están representados en el respaldo de la segunda silla inferior izquierda).
Las tallas de los respaldos, así como de las misericordias, son todas diferentes y representan símbolos religiosos, escenas de la vida diaria y a personajes relevantes de aquel tiempo. Destaca la talla de la silla abacial, en la que se representa al rey García el de Nájera.
El conjunto de la sillería está coronado por dos grandes lienzos. En uno de ellos se aprecia una galería con seis parejas de reyes debidamente identificados. Finaliza el conjunto con una representación barroca de una congregación benedictina sobre un friso con columnillas que cierra un paisaje rococó. Acabó muy deteriorada en el periodo de abandono del conjunto monumental de finales del siglo XIX.
LA IMAGEN DE LA VIRGEN
La imagen que dio origen al complejo religioso es una escultura medieval en madera tallada y policromada solo por el frente. Muestra a la Virgen que sostiene al niño Jesús, que imparte la bendición con la mano derecha mientras sostiene una bola en la contraria.
La imagen fue restaurada en 1948 por el instituto Príncipe de Viana.
La Corona Imperial del Estado, que forma parte de las Joyas de la Corona Británica, fue realizada en 1838 para la coronación de la reina Victoria. En el centro de la cruz de la parte frontal lleva un rubí, procedente de una virgen del Monasterio de Santa María la Real de Nájera y que fue llevado a Inglaterra como botín del Príncipe Negro tras prestar ayuda a Pedro I el Cruel en sus guerras.
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