Fuego:
el fuego representa la presencia de Dios.
Este es un elemento poderoso y fuerte, no se puede controlar, por lo que simboliza a la divinidad. Además, también es un símbolo de la purificación y el castigo de Dios. Así también, el fuego representa la pasión de los fieles hacia Dios. Por su calor y su luz se lo reconoce como un símbolo de la vida, la felicidad y la unión.
Fuente bautismal:
se trata de un recipiente que contiene las aguas bautismales.
Representa la preparación y la disposición de la Iglesia y los fieles para el bautismo.
Incienso:
es un símbolo de la alabanza y las oraciones dedicadas a Dios.
Durante la Santa Misa, los inciensos se colocan en el altar. Al ser encendidos el humo y su fragancia se elevan, como las plegarias a Dios Padre. Además, el perfume del incienso crea un ambiente de buen gusto para la celebración de la Santa Misa. El Salmo 140 dice que nuestras oraciones suben como lo hace el incienso en la presencia de Dios. Lavado de manos: Los sacerdotes se lavan las manos como una representación del perdón de Dios y la purificación de sus pecados.
Luz:
ya sea natural o artificial, es un símbolo de la presencia de Dios.
Ttambién representa el ambiente de fiesta y celebración Por esto siempre se encuentra presente en los bautismos y la Vigilia Pascual.
Partir y comer el pan:
es un símbolo de agradecimiento a Dios y unidad familiar.
Este acto tiene su origen en la cena judía, principalmente en la que se realizaba en la Pascua. La costumbre invitaba a los padres de familia a tomar un pan y partirlo, repartiendo sus trozos entre todos los miembros de la familia. Mientras hacia esto, oraba a Dios agradeciéndole. El pan representa el Cuerpo de Cristo. La Biblia dice que Jesús dijo que el pan es su Cuerpo. Al partirlo y comerlo se recuerda el sacrificio y la resurrección de Jesucristo.
Las campanas
Es muy antiguo el uso de objetos metálicos para señalar con su sonido la fiesta o la convocatoria de la comunidad.
Desde el sencillo "gong" hasta la técnica evolucionada de los fundidores de campanas o los campanarios eléctricos actuales, las campanas y las campanillas se han utilizado expresivamente en la vida social y en el culto.
Son instrumentos de metal, en forma de copa invertida, con un badajo libre. Cuando los cristianos pudieron construir iglesias, a partir del siglo IV, pronto se habla de torres y campanarios adosados a las iglesias, con campanas que se convertirán rápidamente en un elemento muy expresivo para señalar las fiestas y los ritmos de la celebración cristiana.
También dentro de la celebración se utilizaron las campanillas, a partir del siglo XIII, ahora bastante menos necesarias (IGMR 109 deja libre su uso) porque ya la celebración la seguimos más fácilmente, a no ser que se quieran hacer servir, no tanto para avisar de un momento -por ejemplo, la consagración sino para darle simbólicamente realce festivo, como en el Gloria de la Vigilia Pascual.
Lavarse las manos el sacerdote
Lo hace como gesto de purificación.
El sacerdote se lava las manos para pedirle a Dios que lo purifique de sus pecados.
Manos que reciben el Cuerpo del Señor:
Las manos dispuestas para recibir la Santa Comunión han de ser signo de humildad, de pobreza, de espera, de disponibilidad y de confianza. También son signo de veneración, de respeto y de acogida, pues el Pan eucarístico no se coge sino que se acoge, se recibe.
Señal de la Cruz:
la Cruz es el eje del cristianismo.
Esta señal es una manifestación física de la confesión de fe que se realizó con el corazón. Al realizar la Señal de la Cruz se está diciendo que se reconoce la salvación que Dios nos regaló en el sacrificio de Jesús en la cruz.
Los besos:
El sacerdote da un beso al altar al comenzar y al terminar la santa misa; es Cristo quien recibe ese ósculo.
Los fieles se dan el beso en el momento de la paz. Son señales de afecto, de gratitud, de adhesión, de veneración y de reconciliación. Besamos las reliquias, el crucifijo, la mano del sacerdote que bendice y perdona. Cada uno de estos ósculos imprime un sello religioso especial en las personas o cosas que los reciben. En muchas partes no es oportuno el beso de la paz, por motivos culturales; entonces se prefiere el apretón de manos.
Golpes de pecho con la mano:
Es una de las señales más expresivas de dolor y contrición de corazón, en un pecador.
Se hace en la confesión, al momento de decir el acto de contrición. Lo hacemos en el momento del “Yo confieso” de la santa misa. Así, con ese gesto humilde, aplacamos y agradamos mejor a Dios y expresamos más sentidamente nuestra compunción ante los demás hermanos. Los golpes deben ser hechos con suavidad.
La imposición de las manos:
Significa varias cosas, transmisión de poderes superiores a personas o grupos de elección, o de algún carisma o misión, o absolución de culpas. También es signo de bendición de Dios y de consuelos en la unción de enfermos.
En el momento de la consagración manifiesta el poder maravilloso de los sacerdotes de convertir el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.
Caminar hacia el altar:
No es un simple gesto, es un rito.
Es también símbolo de nuestro peregrinar al cielo. Caminamos con otros, no solos. Así, en las procesiones, peregrinaciones, vamos con alegría, sin temores, pues sabemos que Cristo es el Camino vivo y verdadero.
http://blogdemacareno40.blogspot.com/2014/09/formacion-cofrade-liturgia-xviii-los.html
https://www.aciprensa.com/recursos/gestos-y-simbolos-de-la-celebracion-eucaristica-4990
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