EVANGELIO
Hoy iniciamos con toda la Iglesia el nuevo Año litúrgico: un nuevo camino de fe. “Hoy comenzamos el camino de Adviento, que culminará en la Navidad. El Adviento es el tiempo que se nos da para acoger al Señor que viene a nuestro encuentro.
1 «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Se lo dice a los apóstoles y hoy, no lo dice a ti y a mi.
Y Adviento es tiempo de esperanza. Sin esperanza no se puede vivir.
Nosotros no esperamos “algo” sino “Alguien”. Alguien que se escribe con mayúscula porque es hombre y más que hombre, es el Hijo de Dios.
2 Atentos, nos nace un Niño. Vigilad
Son días de muchas preocupaciones y quizás nos olvidamos de lo más importante, que nace un Niño.
Dios se hace presente en este mundo, una gran novedad.
Nosotros esperamos porque Dios no nos defrauda y siempre piensa en nosotros.
Es un tiempo de gracia, favorable, todo un regalo que se nos concede para acercarnos a Dios, para dejarnos hacer por Él,
Vigilar y estar en vela es dar testimonio de Jesús para que el evangelio llegue a todos los confines de la tierra; vigilar y estar en vela es hacer posible el mensaje de las bienaventuranzas en nuestro mundo, es llevar la alegría de la Palabra a toda raza, pueblo o nación.
ISAIAS
1 Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre desde siempre es «nuestro Libertador»
Padre y Salvador. Un Padre, que ama profundamente a su pueblo y que únicamente busca su felicidad y su salvación
2 ¡Ojalá rasgases el cielo y descendieses!
Dios no se ha quedado en su cielo, sino que ha bajado para ser uno de nosotros y enseñarnos a practicar la justicia y la solidaridad. Este Dios ha venido para salvarnos y liberarnos.
Esto sucedió, en realidad, en el s. I, con Jesús de Nazaret, el profeta nuevo de Galilea, desde cuando comienza a contarse una historia nueva.
Y en esta difícil situación que vivimos nos echase un capote
3 Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano.
la imagen del profeta Isaías que aparece en la liturgia del día, la del barro en manos del alfarero, «Señor, tú eres nuestro padre; nosotros la arcilla y tú nuestro alfarero: todos somos obra de tu mano»” Por eso la exhortación que se nos hace es a estar preparados y a “«¡Velad!».
De ahí que teniendo a Dios como “padre y redentor”, no importa sentirse como el “barro en manos del alfarero”, porque de sus manos siempre sale un vaso nuevo.
SAN PABLO
1 Aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
En el Portal solo estaban José, María y Jesús, el buey la mula.
Esta Navidad, aunque algunos se empeñan en decir que no habrá Navidad. Si hay Navidad , un Niño va a nacer y no nos puede encontrar dormidos. Celebraremos la Navidad como Dios manda y parecida a las antiguas Navidades.....................una Navidad espiritual.
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