El Arzobispo Metropolitano de Cracovia, Príncipe Adam Stefan Sapieha, visitó la parroquia de Wadowice cuando yo era estudiante en el instituto.
Mi profesor de religión, P. Edward Zacher, me encargó darle la bienvenida. Así, tuve entonces la primera ocasión de encontrarme frente a aquel hombre tan venerado por todos.
Sé que, después de mi discurso, el Arzobispo preguntó al profesor de religión qué facultad elegiría yo al terminar el instituto. El P. Zacher respondió: "Estudiará filología polaca". El Prelado comentó: "Lástima que no sea teología".
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