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jueves, 11 de marzo de 2021

DETALLES DE LA VIDA DE SAN FRANCISCO JAVIER 8º DÍA DE LA NOVENA

  7-4-1506. Nace en el Castillo de Javier (Navarra, España).


OCTAVO DÍA

Javier en el Japón

Terminada su misión en Occidente y pasa al Japón, nadie había predicado allí.

Desde Malaka en 1549 en una carta decía: Cuando vaya al Japón iré a la isla donde está el rey y le manifestare la embajada que llevo de Jesucristo.

Se hizo amigo de pirata chino y le llevo al Japón en un pequeño barco.

Una travesía peligrosa llega a Kangoshima (1549) El 15 de agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra Señora.

Con el permiso del rey  predicó  y decía que eran personas que amaban las armas.

Se enfrenta a los bonzos, le odiaban a muerte, lo quisieron matar, Sin embargo otros grupos de bonzos le admiraban e incluso le acogen el sus monasterios..

Javier quería más, camina 400 km a pie para ver al emperador, kms en invierno con nieve, bandidos, de todo le paso en el camino. Lo tenía claro, nada le impedía su obsesión llevar la bandera de Cristo a esos lugares.




Llega a la ciudad del emperador y al verlo sucio y pobre le impiden entrar.

Vuelve a recorrer los 400 km de vuelta. Si como pobre no me reciben utilizaré el titulo que me corresponde: Nuncio Apostólico del Papa.

Se reviste de Nuncio y vuelve a recorres los 400 kms  y le reciben con cañones y el ejercito.

Predicación y Caridad fluían de sus labios, de sus manos caridad y de su corazón sentimientos.

En Japón a tres años de su muerte, Javier había sentido a sus pies.

POR DIOS TODO              POR CRISTO MÁS         POR LOS POBRES OTRO TANTO

Era una persona especial; se ponía sacrificios y sufrimientos por atender a los pobres, se presente siempre como pobre. Amaba la vida, sentía que se le iba y decía: Dios nos trae a la vida para algo.

Nosotros hacemos algo por Cristo.

Javier con su crucifijo conquistó en 10 años altos imperios para Dios.




NOSOTROS

Tenemos miles de cosas pero sentimos que nos falta algo,

Javier no tenía nada y lo tenía todo, solo tenia su crucifijo.

En esta sociedad de consumo es difícil dejar todo y entregarnos alas cosas de Cristo.

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