Domingo “Laetare”, es decir “Alégrate” La Semana Santa está cerca y viene con contenido, con alma.
Nos alegramos por muchas cosas: por María que en este caminar nos acompaña, porque en esta etapa final nos sentimos atraídos por Jesús y podemos comunicar nuestro sentimiento hacia los demás.
Alegres porque se acerca la Semana Santa, una Semana Santa que nos va salvar porque Dios con su Cruz nos salva a nosotros que caminamos a nuestra manera.
Alegres porque la Semana Santa con la Cruz viene la Resurrección y Dios nos recupera de la muerte para la Vida.
Alegría por María sin Ella no hubiese habido Belén, ni pesebre ni Cruz. Más alegría porque la Cruz nos lleva a la Luz.
Para participar de esta alegría solo hace falta una cosa: mirar en la dirección adecuada y no encerrarnos dentro de nosotros mismos y confiar en Dios descendió en Navidad y el Viernes Santo subirá a la Cruz, será porque nos quiere eternamente felices.
Alegres porque creemos
La fe mirar mas allá de nosotros.
La Semana Santa resume lo que creemos: En Dios Padre, en Dios Hijo y en Dios Espíritu Santo.
Dios es grande y nos salva pero nosotros tenemos que poner algo de nuestra parte, nosotros ponemos las obras. Dios nos da la fe y también responde a la fe con las obras.
Cuando hacemos las cosas bies es obra de Dios si las hacemos mal es porque hemos metido nuestras manos.
LAS MANOS DE DIOS NUNCA SE EQUIVOCAN
5.- Una vida sin Dios es un barco a la deriva, una embarcación sin ancla. La Semana Santa que llama a nuestra puerta puede ser una gran ocasión para llenarnos de entereza y de fortaleza.
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