EL PARALÍTICO, UN HOMBRE HUMILDE Y CON FE, SOLO QUIERE LEVANTARSE, MOVER SUS PIES.
En la enorme piscina, destinada a lavar a las ovejas para los sacrificios del Templo, había muchos enfermos que buscaban sanación, porque se decía que el Ángel del Señor bajaba a remover las aguas y eso daba sanación.
Jesús es quien toma la iniciativa. Es Él quien se acerca al paralítico y le pregunta: “¿Quieres quedar sano?”
La piscina de Betesada del siglo XXI
Cualquier lugar de nuestra vida, muchas personas nos encontramos postrados en nuestras camillas sin podernos levantarnos. Camillas de la envidia, del orgullo, del odio, de la soberbia, falta de oración.....
El Señor se acerca a nosotros pero con el ruido imposible escucharle.
Si queremos levantarnos como el paralítico somos nosotros los que tenemos que acercarnos al Señor.
Si quieres levantame y contigo puedo andar mejor.
¿De que camilla me tengo que levantar? que nos aleja de Ti, de Tu presencia.
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