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lunes, 21 de septiembre de 2020

SAN MATEO EVAGELISTA Y LA PINTURA

En 1560 el cardenal francés Matteo Contarelli adquirió una capilla en la iglesia romana de San Luis de los Franceses y en su testamento dejó ordenado que a su muerte, que se produciría veinte años después, se realizase una decoración de la capilla con escenas relativas a san Mateo, su santo patrón, tanto en el altar como en los muros

. Para los trabajos dejó reservados unos fondos, con las correspondientes instrucciones, de las que se ocupó su albacea Virgilio Crescenzi, que tardó más de diez años en materializarlo. Tras buscar a varios pintores, en 1599 la obra fue finalmente encargada a Caravaggio por recomendación del cardenal Francesco Maria Del Monte, embajador del duque de Toscana en el Vaticano, que ya le había adquirido dos pinturas y acogido en su casa.




 El encargo solicitado consistía en realizar una escena para la pala de altar con la imagen de "San Mateo Evangelista", inspirado por un ángel, y otros dos grandes lienzos para las paredes laterales con episodios de su vida, por un lado "La vocación de san Mateo" o el momento en que es elegido por Cristo como uno de los Apóstoles (a la izquierda), y por otro "El Martirio de san Mateo", siguiendo una tradición no confirmada que afirmaba que el apóstol había sufrido martirio en Etiopía (a la derecha).

SAN MATEO EVANGELISTA




La composición está orientada en sentido ascendente. En esta versión, San Mateo, sin rastros de analfabetismo y con mayor autonomía, escribe sin ayuda del ángel, que se limita a dictarle enumerando los versículos con ayuda de las manos, que presentan, como era frecuente en las obras del artista, gran expresividad.

 En concreto, como revelan estas, se trata del segundo versículo, en el que Abraham da inicio a la estirpe de Cristo.[6]

 Además, el ángel se encuentra en las alturas, marcando su autoridad y la diferencia de jerarquía entre ambos.


 La actitud del santo refleja seguridad y firmeza, y, su postura sobre la banqueta, muestra gran inestabilidad y desequilibrio —que se oponen a la equilibrada corriente clasicista—, acentuada por la posición de esta sobre el suelo.

 Los paños con los que aparece vestido son de carácter más suntuoso y solemne y cubren su cuerpo en mayor medida que los de su versión precedente. Asimismo, se le añade una aureola sobre la cabeza para conferirle un carácter más sagrado y remarcar su santidad y distanciarlo más del pueblo que en su versión anterior.

LA VOCACIÓN DE SAN MATEO 

Está realizado al óleo sobre lienzo. Pertenece al ciclo de la Vida de san Mateo que le fue encargada en 1599 para decorar la Capilla Contarelli en la iglesia romana de San Luis de los Franceses,1​ donde aún se conserva.



Caravaggio  Iglesia de San Luis de los Franceses de Roma


En esta tela la figura de Cristo, reflejado como un vagabundo de pies sucios, y San Pedro irrumpen en la oficina del recaudador de impuestos de Cafarnaúm.




La cabeza de Cristo parece flotar en el lienzo y su mano se alza en un gesto tomado prestado del fresco La Creación de Adán de Miguel Ángel. Señala a Leví, que con una mueca dubitativa, mira a Jesús pareciendo decir ¿Es a mí a quién llamas?

 que con una mueca dubitativa, mira a Jesús pareciendo decir ¿Es a mí a quién llamas?



MARTIRIO DE SAN MATEO



 Caravaggio logra un cuadro de historia con una composición mucho más compleja que sus primeras obras, donde el santo cae sangrante a los pies de su verdugo. Los matices de crueldad dados por el pintor a los personajes de esta pintura evocan, por momentos, a El sacrificio de Isaac o Judith y Holofernes. Estudios realizados con ayuda de los rayos X han demostrado que el pintor cambió los personajes varias veces, lo que indica la complejidad de la composición hasta el resultado final.

OTROS PINTORES


Juan de Pareja, Museo del Prado de Madrid

El tema de la obra versa sobre la Vocación de San Mateo, quien es llamado por Cristo cuando se encontraba en una taberna, según unos autores jugando a las cartas, según otros contando las recaudaciones que había obtenido como "inspector de hacienda" de los romanos. La escena está sorprendentemente ambientada en el interior de un palacio español del siglo XVII.

 Los personajes visten a la moda española, excepto Cristo, como aparición intemporal. El propio San Juan parece un rico mercader, vestido a la oriental con riquísimas joyas y tocado de pieles. Mira sorprendido a Cristo mientras hace un gesto de incredulidad. 

Vocación de San Mateo

1621. Terburgghen. Pintura de flandes. Escuela de Ultrecht. Caravaggista.


La vocación de San Mateo, óleo sobre tabla de Marinus van Reymerswale (1530 aprox.), Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid







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