"Iglesia del Crucifijo" de Puente la Reina
Desde hace siglos, los Peregrinos acceden a la Villa de Puente la Reina, bajo el arco-portico que une la Iglesia del Crucifijo con el edificio monástico contiguo.
De fundación Templaria, el templo original se construyó a principios del siglo XII, con nave única y ábside de tambor, siéndole adosada otra nave al costado norte, en el siglo XIV.
La portada principal, situada al sur bajo el arco-pórtico, es apuntada con seis arquivoltas decoradas con baquetón, ondulaciones, celdillas, elementos vegetales, y figuras monstruosas, que junto a representaciones humanas completan la ornamentación.
En la antigüedad, la iglesia fue conocida como de Santa María de Hortis, Nuestra Señora dels Ortz o Nuestra Señora de los Huertos, algunos autores defienden el origen de éste apelativo por su ubicación en el “Barrio de los Huertos”,
mientras otros creen que representa un símbolo Templario en honor a la Madre Tierra. La imagen original de Nuestra Señora de los Huertos, también conocida como Virgen de La Vega, desapareció de su emplazamiento en 1834 cuando la iglesia se convirtió en almacén de pólvora.
Durante muchos años se creyó que había perecido entre las llamas, sin embargo hace unos años, ha sido identificada con una talla existente en la sacristía del templo de Santiago en Puente La Reina, bastante deteriorada y convertida en Santa Águeda. El apelativo del Crucifijo, se impuso una vez desaparecida la orden del Temple, cuando los Sanjuanistas crearon en 1469, la Hermandad del Crucifijo y el nuevo Hospital, absorbiendo una enigmática Cofradía ya existente.
Con las primeras medidas desamortizadoras, en torno a 1823, el monasterio quedó convertido en cárcel, siendo utilizado más tarde como cuartel y la iglesia como almacén de pólvora, quemándose todos los objetos de madera, desapareciendo así imágenes y retablos, librándose milagrosamente, la imagen del crucifijo que hoy contemplamos. Es ésta peculiar imagen, de Cristo crucificado en una cruz con forma de Pata de Oca, la que despierta gran interés y genera innumerables visitas de Peregrin@s al interior del templo.
La principal característica de la cruz, es que los brazos laterales forman una Y, mientras que el palo central se prolonga hasta la altura de los mismos. Por otra parte, los maderos semejan un árbol sin labrar al que simplemente se ha despojado de sus ramas, apreciándose los nudos y rugosidades de la corteza, así como los tocones de las ramas cortadas. La corona, está formada por dos gruesas sogas trenzadas con grandes espinas. Llaman la atención, los grandes pies del crucificado y el rostro sin sufrimiento.
Sobre la pared del ábside, en la que se encuentra la figura del Cristo de Pata de Oca, se adivina una reproducción de la imagen formando parte de un calvario escoltado por la Virgen y San Juan. A los lados se encontraban escenas de la pasión, muerte y resurrección.
El origen de la imagen es incierto, circulando una curiosa "Leyenda" sobre el mismo, aunque los expertos aseguran que se trata de una imagen propia de la región renana. La llegada a la iglesia se fija en torno al año 1440, fecha en la que se hace mención a: "donde se guarda un Crucifijo muy antiguo que es de gran veneración..."
Para disfrute de los peregrinos, la iglesia suele estar siempre abierta, por lo que se puede visitar fácilmente. En su interior, además de los múltiples detalles de su arquitectura, os llamará rápidamente la atención el impresionante Crucificado que da nombre al templo, tallado a mediados del siglo XIV.
Dicen de él que es una de las mejores obras de imaginería gótica que pueden verse en España, además de ser portador de innumerables leyendas.
Una de esas leyendas revela que el crucificado fue donado al templo por unos peregrinos alemanes quienes, agradecidos por el trato recibido en el hospital de peregrinos, quisieron entregar la talla.
Lo que está claro es que, tanto como peregrinos como turistas, la Iglesia del Crucifijo, a pesar de no ser un templo de grandes dimensiones, sí que despierta una enorme curiosidad que debéis satisfacer.
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