CORAO CASTIELLO
Cuidar el presente para asegurar el futuro.
Es la premisa que siguen los vecinos de Corao Castiellu, pueblo situado a 6,5 kilómetros de Cangas de Onís -en sentido Labra- y perteneciente a la parroquia de Abamia, donde no dan abasto para recuperar sus joyas arquitectónicas.
La última construcción robada a la maleza, gracias a los miembros del taller de empleo de la mancomunidad chica, fue
la fuente de los Moros, situada en el camín de paso a Coraí
A esta se suma
el lavadero de Llambriego, ubicado junto a la pista que baja a La Estrada y al que sólo le faltan unos remates en el depósito.
Se trata de un edificio original. Por un lado capilla, por el otro una escuelina.
Pero lo que más preocupa a la quincena de personas que residen todo el año en Corao Castiellu es la conservación de su
capilla-escuela, fundada en 1760 por Francisco de Soto.
Situada en la capilla del Santo Ángel, es la primera fundada en el concejo de Cangas de Onís y dio servicio a todos los pueblos de la parroquia de Abamia.
Se mantuvo en funcionamiento durante dos siglos, hasta los años setenta del siglo pasado.
Una escuela de otra época, con todo lo suyo: la mesa del maestro, los pupitres, un gran mapa de España y otro de Asturias, un armario con libros y estantes con material escolar... ¡Ah! Y para completar la escena, un crucifijo, un cuadro de la Inmaculada Concepción y hasta un retrato de Franco en blanco y negro.
"Fue la primera que hubo en Cangas. Venía gente de toda la parroquia hasta que cerró en los 70 del siglo pasado" explicó un vecino, con 70 años uno de los antiguos exalumnos.
Por otro lado, la capilla también podrá volver a ofrecer misas. «El párroco había decidido hace un tiempo dejar de realizar celebraciones allí por su mal estado, pero después de la reforma volverá la actividad».
En noviembre el Ayuntamiento reparó la cubierta para evitar su derrumbe por goteras y los vecinos piden ahora la rehabilitación de su interior, que aún conserva pupitres de la época, para poder celebrar de nuevo la misa de San Antón Abad, el 17 de enero.
Lo más bonito, según una vacina,"la tranquilidad y las vistas que hay de la cruz de Priena",
una opinión que comparte con su padre, de 93 años y antiguo pastor del Enol.
Su único temor es que "la estrechez del acceso al barrio de La Bolera impida a los servicios de emergencia pasar si ocurre una desgracia". Las vistas de los Picos fueron determinantes para que la periodista Yolanda Sobero, enviada especial de la televisión pública a lugares como Chechenia, Sierra Leona o Kosovo, construyera una casa de veraneo, o para que la oriunda M.ª Luisa Larrea volviera después de 42 años en Argentina. "El pueblo ha mejorado mucho en estos años pero hecho en falta las grandes tertulias de los domingos en La Quintana", cuenta la vecina, que lamenta que grandes casonas del siglo XVIII como la de La Conquista, Soto-Labra, la Cantera o los Cuetos, estén deshabitadas.
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