Entrega a los demás porque vives en mi corazón, aunque no recoja las recompensas.
Una entrega incondicional.
Esto lo hago precisamente, como dice San Pablo, para dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y todo lo hago por causa del Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
NO CONSIGUE NADA EL QUE NO SIEMBRA
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