El evangelio de hoy nos “toca” con ternura en las circunstancias actuales, en las que, para no contagiarnos y no caer enfermos del COVID19, “no debemos tocarnos”.
Experimentamos la ausencia del “toque” y la gran necesidad de “tocarnos”.
Deseamos poder abrazarnos nuevamente, en un movimiento duplo del dar y recibir, del caminar juntos, de ayudarnos mutuamente… de cultivar una mística que restaura la armonía de toda la creación en su diversidad.
La magia de un Abrazo
¿Cuántos significados se esconden detrás de un abrazo?
Que es un abrazo si no comunicar, compartir
e inculcar algo de sí mismo a otra persona?
Un abrazo es expresar la propia existencia.
a los que nos rodean, cualquier cosa ocurra,
en la alegría y el dolor.
Existen muchos tipos de abrazos,
pero los más verdaderos y los más profundos
son aquellos que transmiten nuestros sentimientos.
A veces un abrazo,
cuando el respiro y el latido del corazón se convierten en uno,
fija aquel instante en mágico en lo eterno.
Otras veces incluso un abrazo, si es silencioso,
hace vibrar el alma y revela aquello que aún no se sabe
o se tiene miedo de saber.
Pero más de una de las veces, un abrazo
es arrancar un pedacito de si
para donarlo a algún otro hasta
que pueda continuar el propio camino menos solo.
PABLO NERUDA
Fuente: Dominicos.org
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