Un camino de cuarenta días a imagen del pueblo judío, cuarenta años camino de la liberación definitiva.
Con la mirada puesta en la Pasión, Muerte y Resurrección. Un camino que hemos de recorrer junto a Aquel que «se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz» (Flp 2,8). Un tiempo de conversión para renovar la fe, avivar la esperanza y ensanchar la caridad...........Dios es fuerza, vida y amor
El Papa Francisco, en su mensaje cuaresmal para este año, nos anima a dejarnos seducir por la grandeza de ese Dios «que nos ama antes de que nosotros mismos seamos conscientes de ello». En este sentido, nos alienta a que «recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos convierte en hermanos y hermanas en Cristo».
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, a mirarnos por dentro y a arrojar de nuestros corazones todo aquello que nos estorba e impide que Dios y los hermanos habiten en él.
Conversión
Tenemos que dejar de lado todo aquello que elevamos lo humano echando por tierra todo lo sagrado.
Tenemos que tener intuición divina........................ver en todo a Dios. Santificar todo el día con su presencia donde nos encontremos.
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