CONVENTO DE LAS COMENDADORAS DE SANTIAGO
El convento de las Comendadoras de Santiago el Mayor se encuentra en situado en la plaza de las Comendadoras de Madrid (España).
Historia
Aunque el convento fue fundado en 1584 con el legado del presidente de órdenes Íñigo de Cárdenas y Zapata y su esposa Isabel de Avellaneda, hasta 1650 no se llevó a cabo la verdadera fundación con la llegada desde Valladolid de varias monjas comendadoras de la orden de Santiago por orden de Felipe IV.
La fundación del convento, que se regiría según las reglas y jurisdicciones de la Orden de Santiago, por expreso deseo del rey Felipe IV.
Según se cuenta, para la fundación del convento existió la discrepancia de si traer las primeras religiosas del monasterio de Santa Fe, en Toledo, o del convento de Santa Cruz, en Valladolid. Finalmente, se decidió traer a estas últimas porque la beata María Ana de Jesús vio unas estrellas viajeras en el cielo, que interpretó como mensajeras de la voluntad de Dios.
El acuerdo se firmó en la famosa imprenta de (Elvira) Quiñones.
IGLESIA
La iglesia, datada en el año 1697, es el elemento más destacable.
INTERIOR
Constituida por una planta de cruz griega, y en el centro, una cúpula sobre pechinas, es obra de los hermanos Manuel y José del Olmo, en tanto que el convento es posterior, de 1753.
En 1774 Carlos III encargó a Francesco Sabatini la construcción de un nuevo edificio, que vino a completar la urbanización de la manzana.
RETABLO
Destaca en su interior el hermoso lienzo del pintor Luca Giordano que representa al Apóstol Santiago en la Batalla de Clavijo, y que se encuentra en el retablo mayor.
¡el cuadro de mayores dimensiones pintado por Luca Giordano durante su estancia en España!
Un coloso de 25 metros cuadrados, realizado a finales del siglo XVIII para el altar mayor de la iglesia, en el que se representa la célebre batalla de Clavijo (incluyendo la aparición del Apóstol Santiago) entre los ejércitos de Ramiro I y Abderramán II.
A pocos metros de él nos encontramos con otra sorpresa pictórica: un cuadro de Cavarozzi (un pintor con una producción muy escasa dado que falleció con apenas 35 años), que estaba documentado pero que hasta ahora se encontraba en paradero desconocido.
Al comienzo de la Guerra Civil, las religiosas se vieron obligadas a abandonar el convento al ser el edificio incautado y ocupado por milicias. Durante la guerra, fue empleada como «checa», y se sustrajeron cuantiosas obras de arte, reliquias, mobiliario y otros objetos históricos valiosos, en gran parte recuperados tras la guerra.
En 1939, la dictadura franquista instaló una cárcel masculina para prisioneros republicanos, hasta 1941, cuando las religiosas recuperaron todo el edificio.
El inmueble fue declarado Monumento histórico artístico en 1970.
En noviembre de 2016, la iglesia se está convirtiendo en un espacio multiusos. Con anterioridad, en 2009, la Comunidad de Madrid había invertido dos millones de euros en la rehabilitación del conjunto iglesia-convento.
OTRAS DEPENDENCIAS
Una de las joyas que guarda esta iglesia es la Sacristía de los Caballeros.
Esta bella sacristía fue encargada por el rey Fernando VI y realizada por Francisco Moradillo entre los años 1746 y 1753. Era el lugar donde los Caballeros de la Orden de Santiago se preparaban para ser investidos caballeros en la propia iglesia. Una auténtica joya del barroco madrileño de planta elíptica decorada con columnas y ocho estatuas que representan a reyes y maestres de la Orden de Santiago.
Era el lugar donde los Caballeros de la Orden de Santiago se preparaban para ser embestidos caballeros en la propia iglesia. Una auténtica joya del barroco madrileño de planta elíptica decorada con columnas y ocho estatuas que representan a reyes y maestres de la Orden de Santiago.
https://www.viendomadrid.com/2012/02/iglesia-del-convento-de-las.html
Tras una breve conversación en la Antesacristía, Emanuela Gambini nos introduce en la Sacristía de los Caballeros, una sala monumental que sorprende al visitante tras la aparente modestia de la puerta que da acceso.
En este espacio los futuros caballeros velaban armas la noche antes de su ingreso.
Suelos, paredes y techos ofrecen un aspecto impoluto, consecuencia de una exquisita labor de restauración que, entre otras cosas, permite advertir la decoración policroma de sus paredes (verde azulado, amarillo siena y rojo carmín, los colores que representan la Orden) o el sutil suelo, algunas de cuyas baldosas originales pueden verse en la Antesacristía.
Llaman nuestra atención esculturas de distintos monarcas españoles de las Casas de Austria y Borbón, una escultura del Apóstol Santiago en madera (integrada en el elemento conocido como el Transparente), cuadros de distintos pintores de la escuela flamenca y una formidable mesa situada en el centro.
Son importante también algunos elementos que se integran en la sacristía como la serie de cuadros con escenas de la Vida de la Virgen, óleos sobre cobre, de tradición flamenca, que han sido oportunamente restaurados.
Uno de estos, “La Asunción de la Virgen”, pudiera ser de Rubens o de su escuela.
Las esculturas de los reyes de la Casas de Austria (cinco) y Borbón (tres) que figuran en hornacinas en lo alto de los muros, están hechos en yeso, simulando bronce y, según Tormo, son de calidad mediana. En la cabecera hay una escultura a caballo de Santiago Matamoros, obra moderna (1917), de F. Font.
El suelo es nuevo, imitado del anterior, cuyas losas salvadas utilizables han sido empleadas para solar la antesacristía.
Desde allí realizamos un animado recorrido por algunos puntos deliciosos. Nuestros pies nos conducen a la Capilla de la Fuente de los Caballeros, también conocida como Fuente de los Tritones.
También recorremos el Tránsito,
el Locutorio en la pared frontera al locutorio la llena provisionalmente un cuadro grande de la “Muerte de Santa Clara”, anónimo, del siglo XVII.
Un espacio de relación entre el convento y la sacristía, a través del enrejado del convento de las monjas.
y la Sala Didáctica hasta llegar a otro espacio singular: el Patio.
Centralizador de distintas dependencias del convento, constituye un notable ejemplo de la mejor tradición mural española al fresco. La paz nos embarga mientras observamos cómo el hábil empleo de trampantojos y un cromatismo idéntico al de la Sacristía de los Caballeros otorgan al conjunto una serena elegancia.
Capilla de las Niñas
Todavía henchidos de un sentimiento de tranquilidad nos adentramos en otro lugar clave: la conocida como Capilla de las Niñas. Emanuela, la guia, nos ofrece una disertación que combina la erudición con algunas anécdotas simpáticas, quizá la más singular de todas ellas el complejo proceso que permitió ubicar en dicha estancia los restos de la fundadora del convento, Mariana Vélez Ladrón de Guevara, cuyo cuadro se encuentra en las paredes de la sala tras haber sido adquirido en Alemania.
Seguimos adelante, siguiendo nuestra ruta por una serie de estancias pequeñas, espacios imposibles por su irregularidad que el genio del arquitecto Moradillo resuelve mediante la decoración. Tránsito, Transparente y capilla de la Fuente, son los nombres de estos espacios, de los cuales no visitamos, no se por qué razón, los dos últimos que figuran en el plano de la visita. Es interesante esta variedad de espacios y su integración forzada en un conjunto de variadas épocas que no se adivina desde el exterior donde el edificio aparece como un todo uniforme
Uno ellos espacios recuperados es el patio de Moradillo, centralizador de varias dependencias conventuales, que había perdido casi toda su policromía. Una acertada rehabilitación ha permitido completar esta a partir de los antiguos modelos, recreando los trampantojos.
Lastima que unos gamberros, por no llamarles otra cosa, se entretengan tirando botellas con ácidos corrosivos por encima de los muros que dañan la pintura mural.
Entrando de nuevo por la sala didáctica pasamos a la capilla de los hábitos (llamada de las flores en el plano) que guarda en una vitrina una talla en madera policromada de San Pascual Bailón y un par de lienzos del siglo XVII con la Virgen y San Agustín.
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