El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/.
EVAN DE MARCOS
Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».
El evangelista no nos dice cuánto tiempo estuvieron misionando, solo nos dice que “los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado”.
Imagino el entusiasmo de los apóstoles contando todas sus peripecias durante la misión y sus experiencias, cansados pero contentos al volver al jado delMaestro
Había llegado la hora del “informe”, de comparar notas con el Maestro, de recibir crítica constructiva de Él.
Así debería ser la Asamblea eucarística del domingo. Cada vez que terminamos la misa, con el rito de conclusión, el sacerdote nos “envía” a la aventura de la vida a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones, para que con nuestros quehaceres diarios alabemos y bendigamos al Señor.
Así, después de nuestra “misión” durante la semana, nos reunimos nuevamente el siguiente domingo en torno a la mesa con Jesús, tal como lo hicieron los apóstoles en el pasaje evangélico de hoy. Cuando el Señor nos pregunte sobre la misión que nos encomendó, ¿qué le vamos a decir?
Se marchan a un lugar tranquilo. El descanso y la alimentación son necesarios para mantenerse saludables y poder continuar predicando.
Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.
Vio la necesidad, el hambre espiritual de aquella multitud, y se sintió conmovido, al punto del sacrificio. Aquí se destaca otra dimensión de Jesús. En este pasaje Marcos nos presenta, no tanto el gran hacedor de milagros, sino el Pastor que cuida de su rebaño,
Marcos no nos ofrece detalles sobre el contenido de la enseñanza de Jesús. Debemos suponer que les hablaba de la llegada del Reino, pues Marcos había establecido esto como la misión de Jesús, desde el comienzo de su Evangelio
Nosotros, en los tiempos que corres , andamos un poco descarriados, nos falta luz y no vemos un horizonte.
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