LA LEPRA DEL SIGLO XXI

 LOS LEPROSOS

Los leprosos en tiempos de Jesús vivían aislados  en las afuera de la ciudades y cuando se encontraban con personas  ellos mismos gritaban : Impuros . impuros,

Y todos se alejaban.

LEPRA DEL SIGLO XXI

La pandemia.

Nos preocupa, nos aleja de los familiares y de los amigos, nos faltan los abrazos las sonrisas.

Lo dicho.......................una gran lepa, que ya dura casi in año

Y tenemos que hacer lo que hizo el leproso con Jesús, acercarnos a El y decirle: Señor si quieres curanos, su quieres sananos.

La padademis ya se ha vivido otras veces: la fiebre española, la peste en 1885

Por lo tanto tenemos que recurrir a dos tipos de vacuna, una de la ciencia y rezar para los científicos acierten.

 La otra vacuna que nos ofrece Dios y reza para que Dios nos ayude, muchas personas han vuelto a la Iglesia ante esta situación. Ante esta situación decir a Nuestro Padre Dios: si quieres curanos, su quieres sananos.

El relativismo

Ya el Papa Benedicto hace varios años nos hablaba de él.

¡Qué es? una corriente filosófica que afirma que todos los puntos de vista son igualmente válidos.

Nada es cierto, nada es bueno, nada existe. Todo se puede relativizar.................si sobran los enfermos, la eutanasia. Si  sobran los niños....................el aborto. pero que nadie toque la cigueña del campanario.

La gran lepra es el relativismo puro y duro que roza con la inhumanidad y cuando hay inhumanidad, la inhumanidad se convierte en el gran peligro de la humanidad.

Esta lepras son retrocesos sociales.

Ante esto mucha fe  y sobretodo mucha fe en la oración

¿Qué podemos hacer?

- En una sociedad donde no siempre predomina el bien común, la Eucaristía de cada domingo, el encuentro con la Palabra y con el Resucitado, nos dará fuerza y valor para demostrar nuestro cristianismo.

- La oración, personal o comunitaria, nos brinda esa oportunidad para recuperarnos de otros tantos rechazos cuando presentamos, con respeto pero con valentía, nuestra forma de entender el mundo, la sociedad, el hombre, etc., desde la fe.

¡ESTAS DE NUESTRO LADO, SEÑOR! 

 Y sentimos que, Tú como nadie, sabes estar cerca de nosotros, que te encanta vivir y compartir nuestras aflicciones que sabes, como ningún médico lo hace, acercarte a cada enfermo, a cada situación y preocuparte, día y noche, por aquel que sufre amargamente.