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lunes, 2 de enero de 2023

ULTIMO ADIOS A BENEDICTO XVI

 

VELATORIO EN LA BASÍLICA DE SAN PEDRO





El cuerpo del Papa Emérito Benedicto XVI fue colocado este 2 de enero en la Basílica de San Pedro del Vaticano para que los fieles puedan acudir a rezar ante sus restos mortales y decirle adiós. 


l cuerpo de Benedicto XVI se introdujo esta madrugada en la basílica de San Pedro. Después de que sus allegados más íntimos lo velaran en el monasterio Matter Ecclesiae, un furgón lo recogió y llevó a la basílica. Quienes le cuidaron en sus últimos momentos le siguieron un comitiva.

 A partir de la mañana de este lunes, el cuerpo de Benedicto XVI estará en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan tener “un último encuentro con el Papa Emérito, para saludarlo y para decirle adiós”, dijo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. 



 El Vaticano informó que el traslado del cuerpo se llevó a cabo a las 7:00 a.m. 



A su llegada, se realizó un momento de oración presidido por el arcipreste de la Basílica de San Pedro, el Cardenal Mauro Gambetti. 

El rito duró alrededor de 30 minutos





 Entre los presentes se encontraban el secretario personal de Benedicto XVI, Mons. Georg Gänswein, y el maestro de las celebraciones litúrgicas, Mons. Diego Ravelli.


Existen muy pocas imágenes de la “familia” que ha cuidado de #BenedictoXVI durante los últimos años de su vida. Loredana, Cristina, Carmela, Rosella, su secretaria Sor Cristina y el arzobispo Georg Gänswein reciben el pésame de las autoridades.






EL PUEBLO DESPIDE  A UN GRAN PAPA




Los restos mortales de Benedicto XVI reciben el homenaje de cientos de fieles 
Tras un rito privado, los restos del Papa emérito fueron trasladados esta mañana desde el Monasterio Mater Ecclesiae, en la Basílica Vaticana, hasta el Altar de la Confesión. 

El papa emérito Benedicto XVI yace a los pies del baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro, al igual que Juan Pablo II en 2005.


El pontífice viste una sencilla casulla roja sobre un alba blanca bordada, lleva una mitra sencilla y no lleva una estola. En sus manos tiene el rosario con el cual rezó hasta el final para sostener a la Iglesia, como recordó el Papa Francisco en los primeros días de su agravamiento. 

 No siendo un pontífice reinante, no vestía el palio u otros ornamentos pontificios. No llevaba sus zapatos rojos (eran negros), esos que fueron símbolo durante sus ocho años en el solio de Pedro, ni tampoco no sonaron las campanas de la Basílica. Sencillez, recogimiento y silencio se respiraba en la Basílica.


Permanecerán allí tres días, hasta el funeral, donde se espera una afluencia de 50-60 mil personas. Mientras tanto, miles de fieles hacen fila para presentar sus últimos respetos a Joseph Ratzinger. 



El primero en entrar fue e seguido de la Primera Ministra, Giorgia Melon

El primero en entrar, a las 8.50 horas, en una basílica vaticana aún cerrada al público y con las luces tenues, fue el Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella. 




Con él estaba su hija Laura. Se detuvieron unos instantes en el lado derecho, con las manos juntas, para rezar y rendir homenaje al Papa emérito Benedicto XVI, cuyo cuerpo está expuesto desde hoy y hasta el 4 de enero a la veneración de los fieles en el Altar de la Confesión, exactamente igual que ocurrió con ocasión de los funerales de Juan Pablo II.. Y es precisamente en la tumba de las Grutas Vaticanas donde antes estaba enterrado Wojtyla donde será enterrado Ratzinger, según ha confirmado hoy el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni.

Ministros y cardenales




 Inmediatamente después de Mattarella llegaron la Primera Ministra, Giorgia Meloni, el Presidente del Consejo, Alfredo Mantovano, y el Ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida. 



La señal de la cruz, un breve arrodillamiento, y luego ellos también ocuparon sus lugares en uno de los cuatro bancos laterales. Al otro lado estaban el cardenal Michael Harvey, arcipreste de San Pablo Extramuros, y algunas religiosas recitan el rosario en voz baja. El cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro, se encontraba en el centro saludando a los presentes. El cardenal, esta mañana, ha presidido el rito, que ha durado de 7.15 a 7.40 horas, tras el traslado del cuerpo del Papa emérito desde Mater Ecclesiae, el monasterio envuelto en vegetación en los Jardines Vaticanos que Joseph Ratzinger había elegido como residencia tras renunciar al papado en 2013.






Largas filas en San Pedro 




Muchos volvieron a la plaza de San Pedro esta mañana, esperando en doble fila desde primeras horas de la mañana, envueltos en bufandas y abrigos.





 Las primeras estimaciones hablan de 15.000 personas. Se esperan entre 30 y 35 mil personas al día durante los tres días de exposición del féretro, del 2 por la mañana al 4 de enero por la tarde (horario hoy de 9.00 a 19.00 horas, mañana y pasado mañana de 7.00 a 19.00 horas). Ya lo había anticipado el sábado el prefecto de Roma, Bruno Frattasi, añadiendo que para el 5 de enero, día del funeral presidido por el Papa Francisco, se espera una afluencia de unas 50-60 mil personas.




Últimas palabras de Benedicto XVI: "¡Señor, te amo!"

«Señor, te amo», fueron sus ultimas palabras. Las mismas que retumban en ese silencio de la multitud y los gestos piadosos de la gente que le recordaban como «fiel» hasta el final a la Iglesia.




«Ver avanzar la gente como un fluir de las cuentas del Rosario y que yo discurría en mis manos, fue experimentar una especie de paralelismo espiritual». Y luego Burgaretta compartió con Aleteia estos versos: 

 «Las semillas entrelazadas de ese cuadrado, teoría paralela en progresión, lo pequeño y lo grande en armonía, a pesar del frío de la mañana y del peldaño como asiento bajo el cielo. Grandes y pequeños, pero una sola la medida: la obediencia madurada.»





Cerca de 40.000 personas han entrado en la basílica de San Pedro del Vaticano para rendir homenaje a Benedicto XVI,




https://www.hola.com/actualidad/galeria/20230102223908/capilla-ardiente-benedicto-xvi-vaticano/1/


LAS MANOS DE UN GRAN PAPA 

Manos que miles de veces se elevaron y consagraron ante un altar bendito. 
Manos santas en la imposición de ordenación de muchos sacerdotes 



Manos que diario abrazaron El Rosario. Con éste Rosario sostuvo a la Iglesia con sus oraciones, durante casi 10 años y hoy lo reza con ella a Dios. Benedicto XVI fue llamado a la Casa del Padre, para celebrar las Primeras Vísperas ante María; había llegado el día que tanto había esperado. 

Su cuerpo está revestido de la solemnidad que debía y amaba: mitra blanca, casulla roja y también la dalmática. 
 El Papa Emérito de Roma, toma posesión de la diócesis celestial.



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