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domingo, 31 de enero de 2021

CONVENTO DE SAN PASCUAL BAILÓN EN MADRID

CONVENTO DE SAN PASCUAL





Originariamente fue fundado en 1683 por don Juan Gaspar Enríquez de Cabrera, duque de Medina de Rioseco y miembro del Consejo de Estado de Carlos II.


 Hizo traer las monjas fundadoras desde el convento de Almonacid de Zorita (Guadalajara) y convirtió en iglesia, su teatro palaciego, enriqueciendo el templo con una excelente colección de pintura de maestros notables.




Cuenta la leyenda que cuando la beata María Ana de Jesús pasó por aquí soltó una de sus famosas profecías: "Aquí se representarán diversas comedias". Que se cumplió, pues fue teatro en el palacio del Almirante, quien posteriormente fundaría el convento. 

 Fue consagrado a nuestra Señora de la Inmaculada Concepción y a San Pascual. 

Ya por entonces se le conoció abreviadamente como convento de San Pascual Bailón. 

 En 1836, con la promulgación de la orden de desamortización de Mendizábal, las religiosas fueron trasladadas a la Descalzas Reales. 

El edificio desamortizado fue convertido en un almacén de maderas. 


En 1852, el entonces duque de Medina de Rioseco, Mariano Téllez Girón Beaufort, reclamó la posesión del convento por derecho de reversión, con lo que las religiosas pudieron volver. 

 En 1861, con la ampliación del Paseo de Recoletos, parte del convento fue expropiado por el Ayuntamiento, y demoilido.


 A partir de 1866, según proyecto del arquitecto del Duque de Medina de Rioseco, que también lo era de Osuna, Juan J. Urquijo, se construyó el edificio actual, que poco después volvieron a habitar las religiosas.

 El convento fue ocupado por las Brigadas Internacionales y las monjas se tuvieron que refugiar en un piso en Madrid. Todas, menos dos de las monjas que prefirieron buscar refugio en un piso de unos familiares por la zona de Ventas. Alguien las delató y las asesinaron pegándolas unos tiros en plena calle.

 Tras la guerra civil, en 1940, se restauró el edificio para solventar los daños sufridos.


 En 1953 se sustituyó parte del forjado de la cubierta y en 1980 se restauró el interior, incluidos retablos y pinturas, y se pintó la fachada.

IGLESIA

 La fachada de la iglesia es convenientemente austera, como corresponde a un templo de la orden franciscana. 







Hornacina con la Inmaculada flaqueada por los escudos
 

Interior






La planta, de cruz latina, consiste en una nave única de tres tramos, con capillas hornacinas entre los contrafuertes, y cubierta por una bóveda de cañón. La cúpula coronada con lucernario se apoya sobre pechinas y remata el crucero. 

 El retablo 


El estilo ecléctico de final del s XIX lo percibimos en cada uno de los detalles decorativos. 

El retablo mayor se inspira en el Neoclasicismo, está tallado en madera imitando mármol. 

Dividido en tres cuerpos: el de abajo con el Sagrario y, a los lados, modernas esculturas del Sagrado Corazón de Jesús y de María (ambas del taller de Olot). 


En la parte central, San Pascual Bailón en la gloria adorando la Eucaristía, con unas curiosas ovejas talladas a sus piés. A los lados, esculturas de San Francisco y Sta. Clara. Arriba la Inmaculada Concepción. 

Como remates una gran cruz que parece se choca con el techo y los mismos escudos que aparecían en la fachada.




 El hecho de las ovejas junto a San Pascual Bailón se debe a que este santo aragonés, cuando era niño ejercía de pastor de ovejas y se ponía muy contento, bailando, cada vez que oía las campanas de la iglesia cuando indicaban que se celebraba la Eucaristía.

Son impresionantes las cubiertas abovedadas con sus frescos, realizados a principios del s XX, representando escenas relacionadas con san Francisco y Sta. Clara.



 La cúpula central representa hechos de la vida de Sta. Clara y, en las pechinas, los evangelistas. 

A los lados del crucero encontramos los retablos más bonitos: el de la Inmaculada con un lienzo en la parte de arriba de San Antonio de Padua. 



Al otro lado del crucero el de la Virgen del Carmen.

 


 Desde un punto de vista arquitectónico, San Pascual es uno de los pocos ejemplos de estilo denominado ecléctico que quedan en Madrid, puesto que aúna tendencias arquitectónicas y artísticas variadas, que van desde el gótico al neobarroco, pasando por la tradición arquitectónica de la orden franciscana.

Las capillas a los pies de la iglesia representan a Cristo Crucificado, San Antonio de Padua y, a la derecha, la de la Virgen del Pilar. Toda la decoración interior de madera se restauró tras la Guerra Civil, que es la otra etapa crítica para las monjas.


ADORACIÓN EUCARÍSTICA

 Como bien dice una placa situada a la izquierda del altar mayor, el Papa León XIII, a instancias de la reina regente MªCristina, se ha dignado a conceder el jubileo perpétuo de 40 horas para esta Iglesia de San Pascual (firmado el 23 de enero de 1889, es decir, apenas 4 después de crearse la diócesis de Madrid).




Esas 40 horas recuerdan las 40 horas que transcurrió Jesús desde que murió en la cruz hasta que resucito.

 Por tanto, en esta Iglesia se mantiene la Adoración Eucarística en silencio, todo a oscuras menos la Custodia y, para facilitar la oración, no están permitidas visitas, ni fotos, ni dada que pueda molestar.

 Actualmente está ocupado por un grupo de religiosas clarisas franciscanas. 


 Del convento no hemos dicho nada, es de estricta clausura y se extiende por los laterales y parte trasera de la iglesia. 

Estas clarisas siempre han tenido mucha fama en el barrio. Su iglesia era frecuentada por la alta aristocracia que residía en la zona a fines del s XIX y principios del XX.

 Actualmente existe la costumbre de llevar huevos a estas Clarisas antes de la celebración de una boda, para pedir que no llueva ese día. No se si nuestros actuales reyes siguieron esa costumbre, porque en su boda llovió a cántaros.

En 2011, la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid incoó expediente para la inclusión del monasterio e iglesia de la Inmaculada y San Pascual de Madrid en el Inventario de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid.



 Otro famoso convento de San Pascual Bailón en la Comunidad de Madrid es el que mandó hacer Carlos III en Aranjuez y del que he sacado estas imágenes de su altar mayor, donde aparece una parecida iconografía de este santo pintada por Meng




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