En el contexto de la religión católica, se denomina así el conjunto formado por el edificio donde viven congregaciones y el conjunto de frailes o monjas de las distintas órdenes mendicantes (franciscanos, dominicos, carmelitas, agustinos) que lo ocupan.
Se desarrollaron a partir del siglo xiii, época de consolidación de las ciudades, de las universidades y de las órdenes mendicantes.
La Real Academia Española anota que puede usarse como sinónimo de monasterio, y puede asociarse al contexto físico, como edificio, de otros términos relacionados como abadía, cenobio, convento, monasterio, priorato, e incluso clausura/claustro, colegiata e internado religioso.
Pero ha de señalarse que no son términos estrictamente sinónimos, ya que, mientras que los miembros de un convento (sus frailes) llevan una vida mixta entre la contemplación y el apostolado activo ("viviendo en el mundo", involucrados en la caridad, la enseñanza y el proselitismo), los habitantes de un monasterio (que no son frailes, sino monjes, estrictamente hablando) profesan una vida puramente contemplativa, haciéndose la distinción entre las órdenes mendicantes que ocupan los conventos, y las órdenes propiamente monásticas.
Fruto de esta motivación diferenciada, los monasterios suelen hallarse en entornos apartados y rurales, mientras que los conventos son más propios de un contexto urbano.
Historia
Historia
Asociado quizá en su origen a la idea o filosofía del encuentro (de «cum venire», "encontrarse"), el origen de los conventos se registra a partir del siglo xiii como establecimientos de actividad religiosa en Occidente de las llamadas órdenes mendicantes, que a diferencia del cenobita no se apartaban de la gente sino que vivían entre ellas con la misión de predicarles su credo.
En España, y tomando como modelo la ciudad de Madrid,entre el siglo xvi y el xix, las conventos y monasterios poblaron gran parte del espacio de la villa histórica, los arrabales y el perímetro exterior inmediato.
En 2007 se catalogaban todavía «37 monasterios madrileños –34 de ellos femeninos–, donde habitaban entonces 515 monjas y 50 monjes de clausura».
Arquitectura
En la arquitectura de un convento destacan el templo, iglesia o capilla, y espacios recoletos al aire libre como el claustro.
El edificio o conjunto de edificios suele incluir además comedor o refectorio y una sala de reuniones o sala capitular, celdas o pequeños aposentos privados para sus habitantes, además de cocinas, almacenes, y primitivamente, huerto.
Celdas
Se llaman celdas a los aposentos de los frailes o monjes en los conventos y monasterios.
El abate Fleuri dice que las celdas de los primeros monjes que vivían en los desiertos eran una especie de chozas o casillas pequeñas separadas las unas de las otras, como las de los cartujos y camaldulenses.
En ellas vivían algunas veces dos o tres monjes, y por esto se llamaron por algún tiempo celdas los monasterios pequeños o prioratos.
Los llamaron también casas y uno y otro nombre parece que se derivaron de las habitaciones de los esclavos, puesto que los cenobitas y anacoretas solo adoptaron lo que era propio de las gentes más pobres y miserables de la sociedad.
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