Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Nos acercamo a El cuando nos damos cuente de nuestra pequeñez y de nuestra debilidad..
Pequeñez que toma forma de cansancio, de problemas que nos agobian, de tropiezos.
En estos momentos si nos acercamo a EL, nos enseña la paciencia , la humanidad que necesitamos para aprender a llevar nuestra pequeñez mal aceptada.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas.
Jesús nos promete el descanso y anima a cargar con su yugo, yugo que es simbolo de obediencia a la voluntad del Padre.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Jesús nos dice que su yugo es más llevadero porque lo llevamos con Él. Él camina a nuestro lado, soporta nuestra carga, nos anima en el sendero, aligera nuestro desánimo, de ese modo nuestra carga personal, familiar, comunitaria o social se nos vuelve aceptable, capaz de ser transformada, se nos vuelve liviana.
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