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miércoles, 8 de febrero de 2023

BETANÍA




Aldea en la falda oriental del Monte de los Olivos, a unos 2,5 km de Jerusalén, en el camino de Jericó.
En esta ciudad vivía Lázaro, Marta y Marís a quienes Jesús visitó en varias ocasiones.
Aquí también vivía Simón el leproso, en cuya casa  María ungió a Jesús.
La Ascención del Señor ocurrió muy cerca de este lugar.

La celebridad de Betania no se debe solo a las diversas estancias del Señor, sino que proviene especialmente del impresionante milagro que allí realizó: la resurrección de Lázaro. Desde los primeros tiempos del cristianismo, la tumba de este amigo de Jesús atrajo la devoción de los fieles, que ya en el siglo IV levantaron alrededor un santuario. 




La denominación bizantina del lugar -‘to lazarion’- inspiró sin duda el nombre árabe de Betania: Al-Azariye. De la casa, sin embargo, se perdió el rastro. 

Antiaguamente aparece mencionada con el nombre de Ananías y situada como una población que pertenecía a la tribu de Benjamín. Aquí se establecieron judíos desterrados a la vuelta de Babilonia.
Sepulcro de Lazaro



El sepulcro se encontraba, como es natural, fuera de la población, a unos 300 metros conforme a las normas judías. El nombre árabe el- Azariye, población hoy día de mayoría musulmana, se deriva de Lazarium, mencionado hacia el año 385 por la peregrina Egeria, para la cual la tumba de Lázaro era el lugar más importante de Betania.

 A principios del siglo IV se enseñaba a los peregrinos, según afirman Eusebio de Cesarea (330 d.C.) y el peregrino de Burdeos (333 d.C.), la cueva sepulcral en que fue sepultado Lázaro (Jn 11,38) y de donde fue llamado a la vida por el Salvador.




San Jerónimo y la peregrina Egeria atestiguan, además, hacia fines del siglo IV la existencia de una iglesia en el mismo lugar. Durante las excavaciones dirigidas por S. J. Saller en los años 1949-53 se descubrieron restos de tres iglesias superpuestas, edificadas sucesivamente y en tiempos distintos.




 Al lado de la iglesia del siglo IV, se construyó una basílica de tres naves con piso de mosaicos. Allí había un atrio, hoy día obstruido por la mezquita, por el que antes se accedía a la gruta sepulcral de Lázaro, cuyas paredes estaban cubiertas con grafitos y símbolos cristianos.

 La tumba de Lázaro, al igual que la de Jesús, constaba de antecámara y cámara propiamente sepulcral, excavadas en piedra (cf. Jn 11,38; 20,4-7), aunque con una diferencia importante: la tumba de Lázaro estaba cubierta con una losa en plano horizontal, mientras que la de Jesús lo estaba con una piedra redonda en plano vertical.



No es posible localizar, en cambio, el lugar donde vivía Lázaro con sus hermanas (Jn 11,1; 12,1), que se encontraría, naturalmente, en el pueblo antiguo. San Jerónimo decía que el "albergue de María y Marta", es decir su casa, se encontraba a una cierta distancia de la tumba de Lázaro.


El convento benedictino construido por los cruzados en 1143 fue abandonado tras la caída de Jerusalén en 1187, quedando en ruinas con la única excepción de la tumba y la bóveda de cañón. 

Hacia 1384 ya existía una mezquita sencilla en el pueblo.45​ En el siglo XVI, los otomanos construyeron una mezquita más grande, llamada al-Uzair en honor al santo patrón de la ciudad, Lázaro de Betania, que ha permanecido sobre la tumba desde entonces. 





La iglesia católica adyacente de San Lázaro, construida entre 1952 y 1955 bajo los auspicios de la Orden Franciscana, se construyó sobre los restos de otras mucho más antiguas. En 1965 se construyó una iglesia ortodoxa al oeste de la tumba.2

 Hoy en día se puede acceder a la entrada de la tumba desde la calle, subiendo unos escalones desiguales excavados en la roca. Una descripción realizada en 1896 hablaba de veinticuatro escalones desde la entonces moderna calle, que llevaban a una cámara cuadrada que hacía las veces de lugar de oración, desde la que una nueva escalera descendía hasta una cámara inferior considerada la tumba de Lázaro.
​ Esa misma descripción es aplicable en la actualidad


La casa de Simon el leproso, donde Jesús cenó una semana antes de su resurrección,2​ es conocida por los lugareños como la Torre de Lázaro y se mantiene gracias a los fondos de la Iglesia Ortodoxa.


Con la invasión de los árabes, el lugar con la capilla que conmemora este lugar fue profanado. A fines del siglo XVI transformaron las ruinas de la iglesia antigua en mezquita y prohibieron a los católicos acercarse al sepulcro de Lázaro.

 
 Más tarde los franciscanos, custodios de Tierra Santa, consiguieron mediante una buena cantidad de dinero, abrir otro acceso al sepulcro.

 El Santuario de Lázaro, Marta y María 

En el santuario, construido en 1954, sobre el presbiterio, un mosaico muestra el encuentro de Jesús con Marta y María, antes de la resurrección de Lázaro. 

 
La basílica, de tres naves divididas por columnas con capiteles corintios y pavimentadas con ricos mosaicos, debió de arruinarse por un terremoto. A finales del siglo V o principios del VI, se edificó otra iglesia aprovechando en parte la estructura de la antigua, pero desplazando la planta todavía más hacia el este. 
Se mantuvo hasta el tiempo de los cruzados, cuando fue restaurada y embellecida. También en el siglo XII, se levantó una nueva basílica sobre la tumba de Lázaro; al tratarse de una cámara excavada en la roca, quedó convertida en cripta. 



Y además, por iniciativa de la reina Melisenda, se instituyó en Betania una abadía de monjas benedictinas. Este complejo de edificios cambió entre los siglos XV y XVI, ya que en la zona del atrio y de la tumba se construyó una mezquita y se dificultó la entrada a los peregrinos cristianos. 
Entre 1566 y 1575, los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa consiguieron que se les permitiera el acceso a la gruta de Lázaro, pero tuvieron que abrir una nueva vía excavando un pasadizo escalonado desde el exterior del recinto. Es el túnel que se utiliza todavía hoy, aunque la propiedad sigue siendo musulmana.



En el lado oriental, sobre los restos de las basílicas bizantinas, la Custodia edificó en 1954 el santuario actual. Tiene forma de mausoleo, con planta de cruz griega y una cúpula que arranca de un octógono. Cada uno de los brazos está decorado con una luneta de mosaico, donde se representan las escenas evangélicas más destacadas relacionadas con Betania: el diálogo de Marta y Jesús; el recibimiento de las dos hermanas después de la muerte de Lázaro; la resurrección de este; y la cena en la casa de Simón.


 El arquitecto ha logrado un sugestivo contraste entre la penumbra de la iglesia y la luz que inunda la cúpula, que simbolizan la muerte y la esperanza de la resurrección.




Mosaico de Marta, María y Lázaro

Recienteme, la Custodia de Tierra Santa ha levantado sobre el lugar una devota iglesia



 Esta la construyó el arquitecto Barluzzi en 1952-53, y está levantada sobre los restos de las antiguas basílicas adyacentes a la tumba de Lázaro.


 





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