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miércoles, 23 de diciembre de 2015

NACIMIENTOS DEL SIGLO XV

DURANTE EL  SIGLO XV


Las figuras que se realizaban para un nacimiento son las principales del portal, es decir la Virgen y el Niño, un San José, la mula y el buey y una serie de ángeles.

A veces apareen los 3 reyes magos pero la escena principal del Nacimiento, Jesús on María y José


 Italia sigue siendo el foco por antonomasia de la creación de estos nacimientos.

 En Nápoles, Pietro y Giovanni Alamanno, en 1478, realizaron un Nacimiento para la iglesia de San Giovanni a Carbonara el cual se encuentra hoy en el Museo da Certosa de San Martino.

Las figuras que lo componen es la Virgen, San José, los Reyes Magos, una Sibila y una serie de ángeles músicos.


File:Pietro e giovanni alamanno, presepe di san giovanni a carbonara, 1478, 02.JPG


File:Pietro e giovanni alamanno, presepe di san giovanni a carbonara, 1478, 05.JPG  

File:Pietro e giovanni alamanno, presepe di san giovanni a carbonara, 1478, 01.JPG

Fotos de commons.wikimedia.org

Nacimiento de Guido Mazzoni
De 1485-89  se encuentra en el Duomo de Módena.

En esta ocasión, las grandes figuras realizadas en terracota policromada, se compone de una Natividad en la que son los pastores los que vienen a adorar al Niño.

En España, 

El Nacimiento más antiguo que se conserva pertenece a este siglo XV, cuya influencia proviene de los Nacimientos napolitanos.

Belén de Jesús
Se trata del Belén de Jesús (Palma de Mallorca) realizado posiblemente por la familia de los Alamanno a finales del siglo XV.

 Las imágenes de la Virgen y San José, así como algunos ángeles músicos pertenecen a esta época mientras que los pastores y ovejas son del siglo XVI y el Niño del siglo XVIII.
Las ovejas, asomadas a la boca de la cueva
El Belén de Jesús

En la iglesia de la Anunciación de Palma de Mallorca, conocida popularmente como La Sang, existe una capilla junto a la entrada más baja que el resto del templo que más parece una cueva o una gruta. Allí recaló durante la Desamortización el Belén de Jesús, el más antiguo de España y puede que hasta de la cristiandad en uso.


 Ese es solo uno de los misterios de este Nacimiento que por primera vez en su historia no podrá ser contemplado en Navidad, por encontrarse en fase de prerrestauración.

Las figuras del belén son de madera. Las figuras de San José y la Virgen tienen 1,42 y 1,18 metros de altura.
 Los seis ángeles músicos con instrumentos musicales: arpa, cítara, órgano portátil y flauta, miden una media de altura de 80 cm.


La mula tiene 1,30 m. y el buey agachado también.
Sobre la cueva hay tres pastores de aproximadamente un metro de altura.

Uno suena la cornamusa, otro bate un tambor y el tercero coge un barril con las dos manos. Hay 9 ovejas que alternan color blanco o negro y dos grandes perros negros con collares de púas.


El milagro del 1536


La tradición cuenta que una tormenta llevó las piezas hasta las Islas Baleares, tal como se representa en una pintura del s. XVIII que se conserva en la misma iglesia. «Hacia el año 1536, un navío que procedía de Italia y que llevaba figuras escultóricas de los siete misterios de la Madre de Dios se encontró en medio de un fuerte temporal», relata el historiador balear Josep María Osma Bosch.
 El capitán, Domingo Gangonne, prometió que entregaría como exvoto uno de los misterios si lograban salvarse.

 La primera luz que divisaron fue la de la lámpara de Nuestra Señora de las Nieves que permanecía encendida noche y día en el antiguo convento de Nuestra Señora de Los Ángeles, o de Jesús, de Palma.



 «Los Ángeles de California se llaman así por este convento, porque allí estuvo de postulante Fray Junípero Serra», subraya en un breve inciso el historiador antes de continuar contando cómo la luz de este convento, emplazado en el actual Hospital Psiquiátrico, guió a la embarcación hasta la isla.

 Los monjes acudieron en su auxilio y Gangonne, cumpliendo con lo prometido, dio a elegir al prior un misterio. «Escogió el del nacimiento, pero el capitán se negó, pidiéndole que eligiera otro o ninguno», prosigue Osma. Sin embargo, cuando el capitán intentó partir de nuevo «no pudo, el barco se quedaba anclado» pese a las favorables condiciones meteorológicas y de la mar. Gangonne lo interpretó como una señal del cielo y entregó las figuras a los monjes del convento de Jesús.

 Gabriel Llompart recogió en «El belén cuatrocentista del Hospital Provincial de Palma de Mallorca» este relato legendario que contribuyó a la devoción del Belén de Jesús en Palma, donde fue expuesto en el convento de los franciscanos hasta la Desamortización.

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