El exterior de la iglesia es espectacular, grandioso juego de volúmenes de la iglesia del monasterio, que se aprecia desde la entrada del recinto en dirección a la parte note del edificio, con su gran torre de cuatro vanos apuntados por cara y la galería porticada lateral llamada "Pórtico de los Caballeros".
La fachada septentrional está formada por 19 arcos apuntados, dispuestos de dos en dos entre recios contrafuertes.
En la pared del brazo del crucero se abre un rosetón.
IGLESIA
La iglesia de Las Huelgas sigue
- tres altas naves alargada, una excepcion para un monasterio femenino que solían tener una sola nave,
- crucero,
- además de cabecera de cinco ábsides.
Los arcos son muy apuntados y los vanos de iluminación amplios.
Se aparta de la severidad del cisterciense en lo referente a la ornamentación arquitectónica, con elementos muy particulares que demuestran la influencia francesa, como en las bóvedas angevinas de planta cuadrada achaflanada y en las columnillas voladas sobre repisa. Se cree que la reina Leonor mandó traer desde Angers a alguno de los arquitectos.
En el interior de esta iglesia destacan los elegantes altares, y los sepulcros reales de reyes, príncipes e infantas, especialmente el del propio rey Alfonso VIII y su esposa Leonor de Inglaterra, con grandes escudos en sus frentes.
El del rey con un gran castillo y en el del reina los tres leones de la Casa de Plantagenet.
En el interior destaca la bóveda angevina del crucero, de planta cuadrada, con ocho arcos formeros, dos diagonales y otros dos en los ejes, que componen la bóveda sexpartita cupuliforme.
Nave central
En el presbiterio se contempla el gran retablo del siglo XVIII,
obra del arquitecto Policarpo de Lanestosa, el escultor Juan de Pobes y el dorador Pedro Guillén. Adornado con columnas salomónicas, tiene en su parte central la imagen de la Asunción y en el ático el Calvario cobijado en una concha muy adornada con numerosos ángeles músicos.
En el lateral , el órgano barroco
El púlpito es de hierro forjado y
está montado sobre un soporte que le permitía girar de manera que las monjas pudieran escuchar mejor al predicador desde la clausura.
Muro de separación
Representando "Las Navas de Tolosa"
Coro de las monjas
En la nave central, con los arcos perpiaños que la flanquean también cegados en el siglo XVI, pudimos ver las bellísimas tumbas del rey Alfonso y la reina doña Leonor (muertos ambos en 1214),
la primera de ellas con las armas de Castilla y la segunda con los leopardos coronados de la Casa de Plantagenet inglesa (Leonor era hermana del mítico Ricardo Corazón de León).
Colocado en la zona alta del muro de separación entre la iglesia y el coro, se encuentra el Descendimiento
Retablo del coro, separa la nave central del ccrucero, de estilo renacentista
Este grupo escultórico, de autor desconocido, se sitúa cronológicamente en la segunda mitad del siglo XIII. El recubrimiento vegetal de la Cruz con hojas de acanto es una señal distintiva para que se entienda como "árbol de la Cruz".
También había otros sepulcros exquisitamente decorados, como el de doña Berenguela, hija de Alfonso VIII, y
el de Blanca de Portugal (hija de Alfonso III de Portugal y nieta de Alfonso X "el Sabio" de Castilla, que no fue reina pero sí señora de las Huelgas Reales).
Las paredes, cubiertas con hermosos tapices que nos explicaron que no eran tales, sino "reposteros", que se diferencian de los tapices en que en éstos las figuras están cosidas sobre el fondo del tapiz... Nunca te acostarás sin aprender una cosa más.
Nave del crucero
que en este caso tiene un muro de separación con el resto de la iglesia debido a la condición de clausura.
Reablo barroco
Naves laterales
Las capillas absidiales que están pegadas a la mayor también responden al estilo angevino. Se cree que esta obra se hizo entre 1180 y 1215 con artistas de la reina Leonor, mientras que el resto fue de 1215 a 1220 con los maestros franceses de Fernando III el Santo.
Sobre el muro de la Epístola (muro sur) está el órgano barroco.
En las naves longitudinales de lo que fue la clausura se encuentran los numerosos sepulcros de infantes y reyes. Alfonso VIII quiso hacer de esta iglesia un panteón real.
Se han podido conservar muchos de estos ricos enterramientos y muchos otros se perdieron en expolios, guerras y barbarie.
Nave izquierda de Santa Catalina
En la nave de la izquierda pudimos ver el sepulcro del primogénito de Alfonso X, el infante don Fernando de la Cerda (así llamado por la verruga pilosa que "adornaba" su cara o por tener un cabello espeso, duro y rizado, quédese cada cual con la explicación que quiera)
el único intacto tras los estragos y rapiñas de la invasión francesa de 1808 porque a su lado se encontraba la tumba de su hijo el infante Alfonso (también llamado "de la Cerda" por heredar el mote del padre, supongo) y los soldados gabachos tumbaron la pesada tapa de piedra de ésta sobre la del padre, impidiendo así que fuese saqueado el sepulcro.
Después de su defunción, el cadáver del infante Fernando de la Cerda, llamado así por la verruga pilosa que "adornaba" su cara o por tener un cabello espeso, duro y rizado, quédese cada cual con la explicación que quiera.
Recibió sepultura en el monasterio de las Huelgas de Burgos, que fue fundado en el siglo XII por Alfonso VIII de Castilla con el propósito de convertirlo en panteón real de la Casa de Castilla.
Los restos del infante Fernando de la Cerda reposan en la actualidad en un sepulcro colocado en la nave de Santa Catalina del monasterio burgalés.
El sepulcro se encuentra cobijado bajo un arco con lucillos de arcos escalonados, bajo gablete con adornos vegetales y escudos de Castilla y León cuartelados, sin corona.
Las arquivoltas interior y exterior del arco se encuentran adornadas con hojas de vid y racimos de uvas, mientras que la arquivolta central se adorna con castillos y leones.
En el tímpano del arco aparece colocado un Calvario de bulto redondo, y en el fondo aparece pintada una representación de la Jerusalén celeste.
El sepulcro que contiene los restos del hijo primogénito de Alfonso X conserva su policromía, consistente en escudos, enmarcados en octógonos, de Castilla y León, apareciendo intercalados entre ellos escudos con las armas del Reino de Aragón, por ser la madre del infante hija de Jaime I el Conquistador.
Sepulcro de Alfonso de la Cerrda
Durante la Guerra de la Independencia Española todos los sepulcros del monasterio fueron profanados por las tropas francesas, que buscaban objetos preciosos, siendo el sepulcro del infante Fernando de la Cerda el único que permaneció intacto, por estar situado delante de él el sepulcro de su hijo, Alfonso de la Cerda, que fue profanado junto con todos los demás.
El ajuar que se extrajo del sepulcro, consistente en las vestiduras del infante, su anillo, su birrete, su espada, espuelas, talabarte y otra serie de objetos, se encuentra expuesto actualmente en el museo de Telas Medievales de Burgos, ubicado en el interior del monasterio de las Huelgas de Burgos y ha sido el ejemplo más claro encontrado para saber como se enterraba a los herederos de la corona castellana.
También está el del hijo y heredero de Alfonso VIII, Enrique I, que por su pronta muerte a los 14 años, no llego a reinar; un accidente, podríamos decir doméstico, en el que parece que le cayó una teja en la cabeza, y la posterior operación de trepanación a la que fue sometido, acabo con él. Hay sospechas, no demostradas, de que su tía, tutora y regente, doña Berenguela, hermana del rey Alfonso, tuvo algo que ver en lo que podríamos considerar un golpe de estado, para seguir gobernando.
Terminando co la capilla del Buen Suceso
Nave de la derecha nave de San Juan
Fotos de internet
No hay comentarios:
Publicar un comentario