Paralelo al Puente de Santa María, cruza el rio Arlanzón,
Une la Plaza del Conde de Castro con la Plaza del Cid,marca el camino que siguió el Cid en su destierro al reino de Valencia.
Construido en 1242, pudiendo existir anteriormente otro. El nombre de San Pablo debido a su proximidad al convento dominico San Pablo, actualmente desaparecido, en su lugar el Museo de Evolución Humana
Cruzado el puente, y antes de entrar en la ciudad, los viajeros se encontraban con la también desaparecida Puerta de San Pablo, que fue reconstruida en el siglo XVIII, y que daba acceso a la plaza del Mercado Mayor.
A lo largo de su historia, este puente fue reparado en varias ocasiones, debido a las múltiples riadas que lo derribaron con frecuencia. Destacan las actuaciones llevadas a cabo en el siglo XVI y las que se efectuaron en el siglo XVIII, a cargo del arquitecto Julián de Arbaiza.
A mediados del siglo XX la Corporación Municipal decidió ampliar la anchura del puente. Coincidieron esos años con un momento de gran efervescencia cidiana en la ciudad.
Por ello se pensó desarrollar, en torno al puente, una complejo proyecto arquitectónico-escultórico que honrara al Cid, diseñado por el arquitecto Fernando Chueca Goitia, la obra fue inaugurada por el jefe del estado de la época; General Francisco Franco, un 23 de Julio de 1955 siendo por aquel entonces alcalde de la ciudad Florentino Díaz Reig.
La obra se realiza en bronce con una altura aproximada de cuatro metros, izada sobre un pedestal de planta cuadrangular (5´2 x 4´7 x 6´3 m.) y conformado por distintos materiales: el zócalo de granito gris, el cuerpo central de granito rosáceo y la parte superior se remata con piedra caliza, todo ello impregna al conjunto un relevante cromatismo contrastando con el pardo metal de la escultura.
El Cid se dispone a cruzar el Arlanzón y salir de la ciudad de Burgos, camino del destierro, Campeador a lomos de Babieca, barba florida y capa al viento, blandiendo firme la Tizona señalando al horizonte, flanqueado por los suyos, ocho de los cuales permanecen firmes como estatuas de piedra sobre el puente de San Pablo.
Sólo se desarrolló en parte. El puente quedó exornado con ocho esculturas de personajes relacionados con este héroe.
Para su realización se convocó un concurso nacional que fue ganado por Joaquín Lucarini, quien ejecutó en 1954, en la dura piedra de Hontoria, unas recias estatuas que se adecuaban muy bien a los cánones estéticos dominantes en este momento.
La disposición de las figuras a los lados del puente sugieren la fórmula escenográfica de un cortejo de piedra que acompaña al héroe en la salida de la ciudad hacia el destierro.
La primera escultura, en el pretil derecho del puente, es la de Doña Jimena,
esposa del Cid, a continuación, aparece el abad del Monasterio de Cardeña: San Sisebuto.
Le sigue la figura de Bengalbón (Abelgalbon),
alcalde de Molina de Aragón, amigo del Cid. Contiguo está Jerónimo de Perigord,
personaje que aparece en el “Cantar” como un ilustrado clérigo que se une al Cid en su lucha contra los moros, recibiendo el obispado de Valencia.
En el pretil izquierdo del puente de San Pablo encontramos a Diego Rodríguez,
el único hijo varón de “Mío Cid”, “El Burgalés cumplido” Martín Antolínez,
Martín Muñoz, conde de Coimbra
y por último, Alvar Fañez Minaya,
sobrino del Campeador y su hombre de confianza que le acompañara en todo su destierro.
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