En la plaza de Alonso Martines y en la esquina
.
al edificio de la Capitania General,desde cuyo balcón principal el general Franco ,en plena guerra civil asumió todos los poderes de la Junta de Defensa,sublevada contra el desgobierno de la II Republica y desde donde se proclamó el fin de dicha guerra el 1 de abril de 1939.
Por la calle de los peregrinos
y a través de la puerta de San Juan en la muralla medieval, atravesando el puente
,encontrarnos de frente con la Iglesia de San Lesmes ,patron de la ciudad y vinculada al Camino de Santiago
y a las ruinas de la iglesia de San Juan sobre las que se edifico,y por tanto colindante con los restos del Monasterio de San Juan que durante siglos socorrió a los peregrinos.
Templo gótico dedicado a San Lesme, patrón de la ciudad.
Se encuentra situada en la Plaza de San Juan, frente a la Biblioteca Pública del Estado, colindante con el Camino de Santiago.
Se encuentra en uno de los hospitales que ofrecían asistencia a los pobres y peregrinos que transitaban hacia Santiago, extramuros de la ciudad.
Se trata del Hospital de San Juan, cuya existencia está bien documentada a finales del siglo XI, y que adquiere verdadera importancia cuando es cedido a un monje benedictino francés, Adelelmo (el san Lesmes burgalés), en el año 1091.
El hospital consistía entonces en una capilla y una casa de acogida para peregrinos, donde el monje «abrigaba a los pobres, curábalos, recogía a los peregrinos, dábales limosna y granjeaba y servía a Cristo de mil maneras».
Nació en Loudun, Poitou (Francia) en el seno de una familia rica. Siendo joven, repartió sus bienes entre los pobres y vestido con ropas de sirviente fue en peregrinación a Roma. Posteriormente, se hizo monje y llegó a ser abad del monasterio de La Chaise-Dieu, en la Auvernia.
La reina Constanza de Borgoña, de origen francés y esposa del rey Alfonso VI, le llamó para que sustituyese la liturgia mozárabe por la romana.
Su experiencia de viajero por la ruta jacobea de Le Puy, le convierte en pionero de la hospitalidad peregrinos y menesterosos. Su permanencia definitiva en Burgos le pone en contacto con las gentes y sus problemas.
A todos trata de servir con su reconocida grandeza de alma. Acoge a pobres y peregrinos y funda el monasterio de San Juan Evangelista, en el que introduce la regla benedictina,y del cual fue su primer Prior.
Fundó en Burgos el monasterio benedictino de San Juan Evangelista, donde se dedicó a atender a los peregrinos del camino de Santiago.
En 1085, durante la reconquista de Toledo, animó al ejército castellano para que se introdujese en la ciudad a través del río Tajo.
Falleció en el año 1097 y fue enterrado en el monasterio de San Juan. Más tarde, su tumba fue trasladada a la iglesia de San Lesmes.
Su entrega al servicio de los pobres y enfermos le mereció el ser considerado santo.
La iglesia de San Lesmes se edificó en el siglo XIV sobre los restos de la capilla de San Juan Evangelista.
Es de estilo gótico, aunque su fachada no tiene apenas decoración, salvo por la portada, el rosetón y el campanario.
El templo tiene dos portadas.
Portada Sur
En los laterales, una Anunciació
Portada de los pies de la iglesia, puerta principal
Puerta, rosetón y espadaña
INTERIOR DE LA IGLESIA
Nave Central
Ante el presbiterio, en el centro de la nave central, se encuentra un sepulcro de San Lesmes que no es su sarcófago original sino una pieza realizada en el siglo XVI pero de composición arcaica de la que sólo se conserva el yacente, con birrete y báculo abacial con rostro y telas que denotan un tratamiento todavía gótico, en la que se conservan restos de la policromía original.
Sin llegar a la riqueza ornamental de los sepulcros de Gil de Siloe, la habilidad en el tratamiento del hábito y de las almohadas hacen pensar que su autor sí conocería la obra del de Miraflores.
Su púlpito de piedra está considerado el mejor de Burgos.
púlpito, colocado en el primer pilar entre la nave central y la del Evangelio justo antes del crucero, se atribuye a Juan de Salas, discípulo de Diego de Siloe, fechado a mediados del siglo XVI. Presenta pie de columna abalaustrada y ambón decorado con medallones con una Virgen con Niño flanqueada por los Santos Juanes. La presencia de un escudo con las llagas de San Francisco y una escuadra y un compás nos informan de que el escultor estaba afiliado al gremio de artistas de cantería, puesto bajo la protección de San Francisco de Asis.
A los pies del templo, un coro alto ubicado a los pies de la nave central, es una destacada obra plateresca atribuida al taller de Diego Guillén, aunque otros autores también mencionan a Juan de Salas, al que también adjudican el púlpito.
Se organiza mediante arco carpanel y bóveda muy plana de complicada crucería.
Retablo del altar mayor
siglo XVIII
En la parte de la Epistola
sepultura del lado de la Epístola del altar mayor perteneció a las familias de los Medinas, Lermas y del Castillo. Se organiza mediante arcosolio de medio punto con blasón en la clave y festoneado con siete querubines, con lápidas funerarias de don Fernando de Medina y doña Beatriz de Castillo, los fundadores, y de su hijos, don Ventura de Medina y la esposa de éste, doña Francisca de Lerma, en el interior de la jamba derecha. La urna sepulcral está labrada con tres arquitos conopiales con las efigies de San Lesmes en el centro flanqueado por San Buenaventura y San Juan Bautista. Los yacentes de los fundadores están tallados en pizarra con cabezas y pies de alabastro.
El arcosolio central de este mismo lado perteneció al mercader Diego del Campo, fallecido en 1504, encargado por su hija, Inés del Campo. Muestra arco de medio punto rodeado de otro conopial profusamente decorado con una escultura de San Cristóbal en el centro flanqueado, a la derecha, por una donante con toca, túnica y manto y un rosario en la mano ante San Miguel Arcángel, y San Antonio Abad siendo tentado por el demonio a la izquierda. En tímpano del arco cuenta con una Virgen con Niño y el sarcófago presenta yacente y frente con el escudo familiar con tenantes salvajes.
Nave de la Epístola
Entrada al templo
El retablo de la Santa Cruz,
Además de por su indudable calidad artística, destaca por permanecer en su destino original, permitiéndonos explicarlo y justificarlo dentro de su contexto, el de una capilla familiar privada con finalidad funeraria, hablándonos de cómo durante el siglo XV la creciente burguesía se fue incorporando a los usos nobiliarios costeándose capillas funerarias propias, normalmente en sus mismas parroquias, monumentos funerarios que nos hablan de su poder económico pero también de sus gustos.
En vez de lo habitual, una pieza mueble, en este caso el retablo está encajado en el muro, rodeado de un arco semicircular de piedra con angrelado vegetal, a su vez enmarcado por otro arco conopial sobre el que se ubica un Calvario, un asunto habitual que remata las calles centrales de los retablos.
una de las joyas de la parroquia y un encargo ex profeso realizado en un taller de Amberes por García de Salamanca, del que se conoce una intensa actividad económica con Flandes, Lisboa y Medina del Campo, y que, según su testamento, otorgado en 1510, poco antes de morir, adquirió la capilla con fines funerarios. Los sepulcros de García de Salamanca y su esposa ocupaban el centro de la capilla, ante al retablo.
Pero en la década de 1960, después del Concilio Vaticano II, cuando también se acometieron otras muchas obras en la iglesia en las que se cambiaron de sitio varios de los sepulcros, el enterramiento de la capilla de la Santa Cruz, que estaba a nivel del suelo, fue desmantelado para ubicar un altar en el que celebrar de cara a la feligresía, y las lápidas con las estatuas yacentes de los difuntos se colocaron en el muro de la Epístola en posición vertical, donde todavía continúan. En la actualidad, ante el retablo se encuentra la pila bautismal.
Nave del Evagelio
Un maravilloso crucificado
Además, esta iglesia alberga varios retablos y el museo parroquial, con cuadros y lienzos, ubicado en la capilla de Ruiz de Camargo.
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