RUESTA -- SAGÜESA
RUESTA
A partir de un castillo de frontera, fundado por los musulmanes y refundado por los primeros aragoneses, se fue formando desde el siglo XI la villa de Ruesta.situada en el camino de Santiago;
a comienzos de los años sesenta de nuestro siglo.
El desarrollo eligió este valle del río Aragón para la construcción del embalse de Yesa.
Sé inundaron las mejores tierras y, como los habitantes de Tiermas o Escó, la gente se marchó de Ruesta, 1959.
Pero mucho antes del embase los peregrinos subísn al pueblo-fortaleza, muy importate en el antiguo Reino de Aragón, y obtenían cobijo e el priorato de Santiago de Ruesta construido a la salida del pueblo.
De aquí bajaban un puente de piedra sobre el Alagón y cruzaban a la ptra orilla y seguían por Tiermas su ruta hacia poniente.
Durante treinta años, Ruesta ha sido un pueblo muerto.
Cada día, se ha hundido un tejado, ha caído una fachada. Dentro del casco urbano, el castillo, los restos de la muralla y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción,
son hitos históricos y ejemplares arquitectónicos con un valor propio indudable.
Dos casas se restauran para albergue.
Sobre el abultado empedrado viario de Ruesta y echando la vista atrás para contemplar la última panorámica de un pueblo del pasado reciente, colonizado por la masa arbórea y que se niega a sucumbir a la ruina y al despoblamiento total, descendemos hasta una pasarela apoyada en pilares de piedra que permite salvar el río Regal.
Pasado el camping o, más bien lo que fue de él, ya cerrado, llegamos junto a la ermita de Santiago, templo románico abandonado a su suerte.
Al paso por la ermita le toma el testigo una pista forestal, que se encargará de guiar nuestros pasos en la subida al monte Fenerol.
No hay pérdida. Sólo hay que prestar atención a un desvío de noventa grados hacia la izquierda que puede pasar desapercibido (Km 2,7).
Tomado el desvío, la subida contenida se endurece sobremanera. Según vamos ganando altura el bosque queda a nuestros pies y podemos deleitarnos con una bonita panorámica del pantano de Yesa, el despoblado de Tiermas
y la barrera rocosa de la sierra de Leyre.
La cima navarra de Arangoiti (1.356 mt), al fondo a la derecha y coronada por sus repetidores, domina Leyre.
Comenzamos a descender por un terreno abierto donde se entremezcla la vegetación rasa de media montaña con las siembras de cereal. Undúes de Lerda aún dista cinco kilómetros.
Tras un tramo de calzada romana se nos exige un peaje para entrar en Undués: un esforzado repecho.
El camino hacia el bar y el albergue, hasta la fecha de los mejor preparados del Camino Aragonés, está señalizado.
UNDUÉS DE LERDA
Es el último pueblo aragonés, donde se asoma el Camino para descender a tierras navarras, me llamó la atención sus palacios y casas blasonadas, sus calles empedradas y la iglesia de San Martín del siglo XIV.
La importancia que tuvo antaño esta localidad aragonesa que controlaba el comercio de la frontera de los reinos de Aragón y Navarra, y estando abierta a todas las corrientes culturales y sociales que entraban a través de la ruta jacobea.
Aragón llega a su fin y, según los datos del GPS, ya hemos avanzado 98,8 kilómetros desde Somport (Km 14,6).
Al frente, al fondo, se sitúa la sierra de Peña con su parque eólico. Más adelante entramos en una pista de concentración que nos acompaña durante cerca de una hora y que, con muchas ganas, abandonamos por la izquierda.
Un leve cambio de dirección salimos a una pista asfaltada que atraviesa una zona conocida como Llano del Real, salpicada de fincas rústicas.
Pasado el puente de la variante entramos en Sangüesa.
SANGÚESA
Dejamos a mano izquierda la plaza de toros y de frente, por la calle Magdalena, llegamos a la rotonda donde está expuesto el portal de Carajeas, una de las puertas de la muralla del siglo XIII.
Seguimos de frente para entrar en la calle Enrique de Labrit, donde se encuentra el albergue.
Niña María
Hace 4 días
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