La intención es que durante este mes, en todas las comunidades cristianas o de forma individual, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.
La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios. De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos.
También nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están relacionados y lo que leemos hoy se continua con lo de mañana. La lectura diaria de los textos (para lo cual Liturgia Cotidiana es una excelente herramienta) constituye una "puerta segura" para escuchar a Dios que nos habla en la Biblia.
La lectura orante de la Palabra nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
Lectura
Meditación
Oración
Compromiso
La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida.
POR QUÉ CELEBRAMOS EN SEPTIEMBRE EL MES DE LA BIBLIA
Porque en un día, 26 de septiembre de 1569, se termina de imprimir totalmente la Biblia en español llamada "Biblia del Oso".
SEPTIEMBRE: MES DE LA BIBLIA
Iniciamos el mes de la Biblia en recuerdo de san Jerónimo quién fuera su primer traductor al lenguaje vulgar, entonces era el latín, cuya Fiesta celebramos el 30 de septiembre.
No estamos ante un libro que una vez que lo hemos leído deja de tener interés.
En su lectura nos encontramos con la Palabra de Dios que tiene una actualidad permanente, porque fue dicha para todos los hombres y de todos los tiempos.
No se trata de un libro de historia para conocer el pasado, sino de una palabra que ha sido dicha para mí y me tiene, por lo mismo, como destinatario.
Su versión castellana de la Biblia, fue conocida como La Biblia del Oso, por aparecer un dibujo, en su portada, de este animal comiendo miel desde un panal y se publicó al fin en Basilea, en el año 1569. Los lideres cristianos y el Consejo Municipal de esa ciudad habían apoyado la obra con todas sus fuerzas, y como muestra de gratitud, Casidoro de Reina dedicó un ejemplar a la Biblioteca de la Universidad de Basilea.
Se tiraron de esta primera edición 2.600 ejemplares, pero a pesar de los obtáculos que había para su venta, en 1596 ya se había agotado totalmente.
SEPTIEMBRE: MES DE LA BIBLIA
Iniciamos el mes de la Biblia en recuerdo de san Jerónimo quién fuera su primer traductor al lenguaje vulgar, entonces era el latín, cuya Fiesta celebramos el 30 de septiembre.
No estamos ante un libro que una vez que lo hemos leído deja de tener interés.
En su lectura nos encontramos con la Palabra de Dios que tiene una actualidad permanente, porque fue dicha para todos los hombres y de todos los tiempos.
No se trata de un libro de historia para conocer el pasado, sino de una palabra que ha sido dicha para mí y me tiene, por lo mismo, como destinatario.
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