EL 5 DE AGOSTO
La Iglesia celebra hoy LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
La Basílica de Santa María la Mayor, situada en la cumbre de la colina del Esquilino, es una de las cuatro Basílicas papales de Roma y es la única que ha conservado la antigua estructura paleocristiana
Una tradición muy antigua nos cuenta que fue la Virgen quien inspiró la construcción de la iglesia en el Esquilino, es decir, el lugar en donde Ella quería que se realizara su morada: apareció en un sueño al patricio Juan y al Papa Liberio, pidiéndoles la construcción de la iglesia en su honor, en el lugar que Ella indicaría milagrosamente.
La mañana del 5 de Agosto de 358 la colina del Esquilino apareció llena de nieve; el Papa definió el perímetro de la nueva iglesia y Juan se ocupó de la financiación.
En el siglo V es reconstruida por Sixto III (432-440). Este mismo Papa es el que consagra el templo a la Virgen. Desde este momento el nombre de María se va a hacer inseparable de este templo.
Este templo que renueva Sixto III en honor de la Theotokos es el eco romano de la definición de los padres de Efeso. La ciudad entera se apresta a levantar y hermosear esta basílica.
Se levanta un arco de triunfo y sobre la puerta de entrada se lee una inscripción que empieza con estas palabras: "A ti, oh Virgen María, Sixto te dedica este nuevo templo... " En el siglo VII una nueva advocación le nace a esta iglesia: Santa María ad praesepe, Santa María del Pesebre. La maternidad de María acaba por llevar la devoción de los fieles al portal de Belén, a Jesús. Como siempre: por María, a Jesús.
En esta basílica el Papa proclamó a la Virgen como Reina de cielos y tierra. Se alberga aquí a la Virgen María, salvadora del pueblo romano «Salus Populi Romani».
En varias situaciones de gran necesidad se le ha sacado en procesión. En una ocasión acabó con la plaga en Roma. Desde el comienzo de su pontificado, Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de María, Salus, como testimonio de su gran devoción.
Bajo el santuario de la Basílica de Santa María la Mayor está la cripta de Belén donde se encuentran enterradas figuras destacadas de la historia católica.
Tiene un altar y asientos para celebrar la eucaristía.
Aquí se guarda la reliquia de una cuna que se cree utilizada en la natividad de Jesús.
Los papas celebraban la misa del gallo todas las Nochebuenas, y se enseñaban los maderos del pesebre en el cual había nacido el Hijo de Dios y trozos de adobes y piedras que los peregrinos habían traído de Tierra Santa.
Aquí celebró su primera misa como sacerdote san Ignacio de Loyola el 25 de diciembre de 1538. Más tarde creó la Compañía de Jesús.
En la cripta de Belén está enterrado san Jerónimo, doctor de la iglesia, quien tradujo la Biblia al latín en el siglo IV (la Vulgata).
El cuerpo del papa san Pío V fue enterrado aquí; Gian Lorenzo Bernini también descansa en la basílica. Su tumba se halla bajo una gastada losa de mármol blanco, a la derecha del altar.
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