YA ES SEMANA SANTA

YA ES SEMANA SANTA
Ver pinchando la imagen

Páginas

sábado, 9 de agosto de 2025

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

  DOMINGO

“ No temas, pequeño rebaño ”



según San Lucas 12, 32-48 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. 

hoy, el Evangelio nos recuerda y nos exige que estemos en actitud de vigilia «porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Lc 12,40). Hay que vigilar siempre, debemos vivir en tensión, “desinstalados”, somos peregrinos en un mundo que pasa, nuestra verdadera patria la tenemos en el cielo.

Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. 

Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. 

Saberse en posesión de un tesoro, proporciona unas energías tan fuertes que esa persona es incapaz de vivir adormilada.

Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los hombres que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. 

Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. 

Según la mentalidad del mundo: ¡tanto tienes, tanto vales! Las personas son valoradas por el dinero que poseen, por su clase y categoría social, por su prestigio, por su poder. ¡Todo eso, a los ojos de Dios, no vale nada!

Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.

 Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». 

Con el Evangelio de hoy Jesús intenta avisarnos del peligro que todos corremos de amodorrarnos; quiere que nunc abajemos la guardia. Para ello recurre a tres parábolas: la del esposo, la del ladrón y la del amo. Para que nunca nos adormilemos es necesario poner atención a los pequeños detalles de cada día. Quizá son cosas que nadie tiene en cuenta, como tantos pequeños y escondidos actos de servicio con los que facilitamos la buena convivencia.

Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». 

Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? 

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. 

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. 

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


¡Ten la inteligencia evangélica para discernir cuál es el verdadero tesoro! Que las riquezas de tu corazón no sean los dioses de este mundo, sino el amor, la verdadera paz, la sabiduría y todos los dones que Dios concede a sus hijos predilectos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario