Dia 21
María no hace milagros pero esta cerca del Señor de los Milagros
María intercede a Dios para que se nos conceda lo que pedimos
PETICION
LOS PIES DE MARÍA
Van al ritmo de tu pensamiento: tengo que salir Caminan con el timón de tu fe Sorprenden por la rapidez de tu disposición Avanzan sin tener más horizonte que el llegar para servir.
Madre, van siempre hacia Dios y corriendo para no llegar tarde Se resienten cuando se detienen, y sanan cuando peregrinan
Siempre están en movimiento fecundamente avanzan constantemente se mueven y sin pereza para dejar tu casa.
También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y con gran prontitud te pones en camino hacia la casa de Isabel, ella te necesita .........no lo piensas y te pones en camino.
El secreto de tus pies no será acaso, María, los hermanos que te esperan ¿No será, María, y que no puedes permanecer sin hacer el bien
Gracias, María, has venido a visitarme
Como tu prima Isabel yo también necesito de tus atenciones: mi corazón anhela una caricia de madre mis ideas necesitan ser ordenadas mi cabeza un regazo donde repostar un momento. Gracias, María, por tanto y tanto.
Ave Maria Gratia plena Maria,
DIA 20
María no hace milagros pero esta cerca del Señor de los Milagros
María intercede a Dios para que se nos conceda lo que pedimos
PETICION
CORAZÓN INMACULADO DE MARIA OBRA MUESTRA DE DIOS.
Todos conocemos el símbolo del “corazón”, que es lo más profundo de nuestro ser, la sede de todo lo que nos es precioso, pero ante todo, la fuente de nuestro amor.
Abrimos nuestro corazón únicamente a nuestros amigos íntimos y sólo a los más queridos les decimos: “¡Tú estás en mi corazón! ¡Mi corazón late por ti! Yo te doy mi corazón, etc”.
A través de la devoción a su Corazón, la Virgen nos revela un aspecto muy profundo de su amor maternal. Además, su Corazón se convierte en nuestro hogar, nuestro refugio y nuestro camino.
La Madre de Dios nos trata como a los seres que más ama, a quienes considera dignos de compartir su amor. Si pensamos un poco sobre nuestra condición de miserables pecadores, malos e indignos hijos, no podemos dejar de admirarnos por tanta condescendencia.
La grandeza, sublimidad e importancia de su Corazón Inmaculado, revelado a nosotros, pobres hijos de Eva, es explicada por el Mismo Señor, cuando le dice a Sor Lucía: “Con inmensa ansiedad deseo la propagación del culto y la Devoción al Inmaculado Corazón de María, porque este Corazón es el imán que atrae las almas a Mí; es el foco ardiente que emana hacia el mundo los rayos de Mi luz y Mi amor; es finalmente la fuente de donde salen hacia el mundo las aguas de vida de Mi misericordia.” (carta de la Hermana Lucía al Obispo Gurzy, 27 de mayo de 1943).
Estas palabras reflejan el intenso deseo de Nuestro Señor de presentar al mundo a su Santa Madre en toda la extensión de su maternidad espiritual.
Estas palabras incluso expresan el increíble amor de Dios hacia nosotros, al querer ir hasta los límites para salvarnos, pobres pecadores.
Pero si Nuestro Señor tiene tal deseo, ¿cómo podemos ser tan perezosos, indiferentes, y despreocupados, viendo que hay tanta gente que desconoce por completo el misterio del Corazón de la Inmaculada? Nuestro Señor nos ofrece además una importante precisión: Él desea ambas cosas, el “culto” y la “devoción”:
Ave Maria Gratia plena Maria,
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