TUS MANOS MADRE, GRANDES Y PEQUEÑAS
Son grandes, porque en ellas, todos cabemos Son pequeñas, porque en ellas, se desborda el Misterio de Dios
Son limpias y cuidadas porque ellas, fueron bendecidas desde el principio por Dios
Son orantes, porque ellas, supieron juntarse para alabar al Creador
Son señales, porque ellas, siempre nos enseñan el camino hacia Jesús
Son decididas, porque ellas, no se echaron atrás ante las dificultades Son amantes, porque ellas, amaron con locura
Son delicadas, porque ellas, acariciaron el tesoro más preciado: Jesús y también nos acaricien a nosotros ........tus hijos de Siruela.
Que nuestra Espera Madre sea como ese sonido del agua de la fuente de la plaza tan metido en nuestros corazones
Y NO ME CANSE, SEÑORA, DE ESPERAR
Tu llegada y tu luz, tu mensaje y tu poder tu presencia y tu salvación hasta aquel día en el que cerrando los ojos pueda proclamar a los cuatro vientos: ¡SIEMPRE HAS SIDO MI LUZ, SEÑOR!
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