TERCERA SEMANA , TIEMPO ORDINARIO
LLÁMAME PORQUE ES MI HORA, SEÑOR
Que, ahora más que nunca, tengo ganas de conocerte y, siguiéndote como lo bueno y noble, arrojar tantas redes que me convierten en esclavo. ¡Deseo tanto el encontrarte, Señor! No pases de largo de la orilla de mi vida y si por lo que sea no te respondo, no dejes de insistir, Señor. Tal vez, el ruido de la comodidad, me impide salir o saltar con rapidez a tu camino Tal vez, la seducción de lo fácil, no me deja escuchar la dulzura de tu voz Tal vez, mi mundo y mis caprichos, me confunden y me mantienen en un mar sin fondo en una habitación sin más vida que lo efímero en una realidad que, mañana, ya no existirá.
¡LLÁMAME PORQUE ES MI HORA, SEÑOR! Porque tengo miedo de que pases de largo de que, viéndome tan ocupado en lo mío, no quieras contar conmigo Porque tengo miedo de que ilusionado por lo que veo no distinga lo grande que es tu Reino Porque tengo miedo de que amarrado en mis redes no pueda soltarme a tiempo de ellas y ser libre contigo para siempre.
¡LLÁMAME PORQUE ES MI HORA, SEÑOR! Que, hoy más que nunca, me siento Iglesia Que, hoy más que nunca, creo y espero en Ti Que, hoy más que nunca, quiero dejar algo por Ti Que, hoy más que nunca, deseo ser pescador de otros mares y en otros puertos Como padre o madre, sacerdote o labriego, profesor o anciano, niño o joven, estudiante o contemplativo arquitecto o religiosa, obrero o empresario….. Pero siempre contigo, Señor. ¡Contigo y por tus mares!
L
¡Hay que optar por el amor y la fe como fundamento de nuestra unidad en torno a Cristo!
Hay un hijo de hombre que lo ha vencido para siempre. Por eso el pecado mayor que puede cometerse es arremeter contra el Espíritu Santo, todo lo demás qaueda sujeto a la misericordia infinita de Dios. Sólo quien rechaza al Espíritu y prefiere mantenerse alejado queda fuera de la compasión divina, reo de muerte eterna. Que base mi fe Señor en un aIglesia unica con necesidad de unidad.
M
Aumenta mi fe mi esperanza para en tus manos poner mis necesidades. Aumenta mi amor para ser tu testigo.
X
A ti vengo, Señor, para detenerme en ti. Quiero disponer de aquello más alto de que todo hombre puede disponer: tiempo contigo.
Tu Palabra siembra Seor peroalgunas veces cae entre abrojos pero otras veces caes en buena tierra y fructicica. No me abandones Señor.
J
Como S. Pablo estoy muy lejos, voy demasiado deprisa y en muchos momentos no te cnocía. hoy puedo cedirte que te conozcoy te doy gracias de todo corazón. Eres gran amigo y de fiar.
V
Tu Reino Señor es un don gratuito que tu me das.
Yo por mi parte tengo que desarrollar mi sensibilidad y educarla para descubrir la presencia de Dios en nuestra vida.
S
Señor Jesús, te invito en estos momentos a que subas a mi barca y tomes el timón de mi vida para afrontar las tempestades que se me presenten ¡Mi alma está sedienta de ti! (Sal 42)
SEGUNDA SEMANA T. ORDINARIO
IRÉ CONTIGO, SEÑOR
Para sabiendo y viendo dónde vives y cómo vives vivir para Ti, contigo y para los demás. Porque, mis días, no siempre están colmados de vida ni, mis labios, desgranan palabras de verdad Porque, mis caminos, no siempre son los tuyos ni, mis verdades, son la Verdad de tu Reino.
IRÉ CONTIGO, SEÑOR
Para servirte anunciando tu Evangelio y, pregonándolo de balde, saber que es lo más grande que me puede ocurrir lo más grandioso que, en tu nombre, yo puedo hacer
IRÉ CONTIGO, SEÑOR
Y, donde tú vayas, contigo y por Ti lo haré: Si hay sufrimiento, seré mano tendida Si brota el llanto, desdoblaré el pañuelo de mi consuelo Si no amanece, irradiaré la luz de tu presencia
IRÉ CONTIGO, SEÑOR
Porque, ir agarrado de tu mano, es sentir que el cielo me aguarda Es creer en un mañana mejor Es añorar esa Ciudad sin lágrimas ni dolor
IRÉ CONTIGO, SEÑOR
Y, cuando vea dónde y cómo vives, sabré que el AMOR lo puede todo entenderé que el AMOR lo vale todo comprenderé que el AMOR lo inunda todo
IRÉ CONTIGO, SEÑOR
Porque, vivir dónde tu vives es tal vez, y con mucho, el mejor lugar donde ser feliz y permanecer para siempre Amén.
L
“Fueron, vieron .... y se quedaron con Él”
Quedarse con Él es tomarlo, en adelante, como único Maestro. Es dejar atrás la duda, ese ir dando tumbos sin sentido por el pecado y por la muerte, y entrar en la Buena Noticia que nos salva. Ha bastado, por nuestra parte, el gesto de abrir la puerta, y Él se nos ha entrado en el corazón: se nos ha manifestado.
M
Cuando el amor de Dios ha irrumpido en tu vida ya no hay motivos para la tristeza. Es la hora de la fiesta, porque Dios ha venido a quedarse para siempre. La venida de Jesús, su vida, su predicación y sus acciones dividen la historia en dos.
X
Mis ratitos contigo, sean mirar a Dios, mis ojos en los suyo, mi corazón en su corazón y mi pensamiento en tu mente y así seré... Vino nuevo.
J
Señor que mi actuación como tu seguidora sea intentar hacer lo que Tu. Siempre vivir en presencia del Padre.
Te sigo por necesidad y porque sin Ti estoy perdida.
V
Mi vida transcurre entre estos dos verbos: "estar" y "enviar". Ahí se fragua un buen cristiano, estando a los pies de Jesús, sintiendo su amor, celebrando los sacramentos, saboreando en el silencio de su oración la certeza de su presencia. Y, todo, para darse a los demás, para vivir a merced de los hermanos y anunciarles con la vida que Dios nos ama, que está de nuestra parte. Que nos quiere, libres, felices y dichosos.
S
De San Sebastián impresiona su valor y su testimonio cristiano
PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Que también, en mí Señor, se inaugure como en Ti un nuevo tiempo de misión y de trabajo. Que la presencia de Dios y del Espíritu y de toda tu persona, se haga presente en mí, de tal manera que, viviendo con alegría mi ser cristiano, sea semilla de aquella gran sementera que es tu Evangelio Que también, yo Señor, renazca a una vida nueva.
L
Dame la gracia Señor de seguir tu llamada. Un gran regalo.... Me has llamado por mi nombre y te has fijado en mi.
M
Me acerco a Ti Señor para que todo lo que no sea de Ti salga de mi.
X
Así obraba el Señor: oraba con frecuencia en la soledad, en lo secreto, alejado del tumulto.
Todos lo buscaban. También nosotros hoy buscamos compasión, un hombro sobre el que llorar, alguien en quien desahogarnos. Todos podemos ofrecer compasión al hermano atribulado. Pero para ello necesitamos reforzar la propia fuente de esa compasión que no es otra que la oración.
Jesús nos enseña, con su actitud, de dónde proviene esa compasión: de la oración, del tiempo de calidad entregado a Dios para que actúe con su poder en nuestras vidas.
J
Señor me conoces y sabes todo de mi, tu consejo diario es tu Palabra. En los momentos de sufrimientos y enfermedades me ofreces tu hombro y fuerza para soportarlo.
Que cuando surja la altivez me llenes de humildad..
V
comprender que nada de lo que tengo es mío. Todo es regalo tuyo: la vida, la salud, el amor, la gracia. Pero Tú amas mi fragilidad. Enséñame a ser agradecido. En el día, deberían de faltarme horas para agradecerte los dones y favores que me haces. Yo sé que sin ti no puedo hacer nada. ¿Cómo me atrevo a recrearme en las obras de mis manos? ¿Por qué atribuirme algo que no me pertenece? Hazme sencillo y humilde,
S
Señor, el hecho tan sencillo e inmenso de que te hayas fijado en mí y me hayas elegido, ha sido lo más bonito que ha ocurrido en mi vida. Hoy necesito encontrarme contigo para darte gracias. No sólo acepto tu llamada, la agradezco y la celebro cada día.
En este nuevo año no sólo quiero escuchar tu Palabra sino hacerla vidaen mí. Para eso necesito tu gracia.
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