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No hay mayor grandeza que .......................amarte Señor
Me llamaste Señor a caminar siempre contigo y ante Ti yo digo: Creo en Ti Señor. Dame tu visa, dame la gracia, dame tu mano quiero ir contigo, vivir contigo siempre mi Señor Te amaré Señor, Te amare Señor solo encuentro la paz y alegría muy cerca de Ti. Señor , nos rodean muchas complicaciones y tal vez , tal vez, nos olvidamos del Amor de Dios porque pensamos más en nosotros mismos.
QUINTA SEMANA DEL TIEMPOO ORDINARIO
El Señor no nos pide hacer milagros, sino simplemente poner a disposición lo que somos y lo poco que podemos aportar, si quien salva, si quien realiza la obra es Él, y que detalle que quiera contar con nuestra pequeñez, Él es el que nos enseña a mirar a las personas no ya sólo con nuestros ojos y sentimientos, sino desde su perspectiva.
APARTATE, SEÑOR!
Que, mis pecados, hacen que me sienta como alguien que traiciona a Aquel que es Dios bajado del cielo.
Que, mis pecados y mi vida vacía, me impiden amarte como mereces me condicionan seguirte como Tú exiges me imposibilitan servirte como, Tú Señor, requieres Bueno, Señor, Tú sabes como soy o me quieres así....o ayúdame en este momento inquieto
"Rema mar adentro y echad las redes para pescar". Hoy son muchos los que responden a la llamada y se ponen en camino. En los momentos de noches oscuras donde pierdo todo....confia y vuelve a echar las redes y deja que Tu Dios intervengas en mi vida y darás fueza.
En el capítulo de esta historia, cada proceso de esta llamada, se cierra cuando alguien, libremente mira a Dios a los ojos y le dice: "Aquí estoy, mándame" ¿Tu has respondido a su llamada?
L
Los israelitas tenían sed de curación y se acercaban al Templo y estar con Dios. Yo hoy Señor tengo necesidad de curación pero eres Tu Señor el templo en la Nueva Alianza y estás muy cerca de mí.
M
Señor, me siento muy bien contigo. En ningún momento me siento agobiado por tus leyes o normas cuando sé que son expresiones del amor.
Señor se que estas cerca de mi y me hablas. Quieres que ame como Tu me amas que abrace tu cruz y la levante con amor.
X
Hoy, antes de terminar mi oración, quiero pedirte que me des un corazón limpio, un corazón bueno, un corazón transparente. Nosotros que contaminamos los ríos, ensuciamos los mares, talamos los árboles, te pedimos que no contaminemos también la “ecología del corazón”. Que nunca ensuciemos ese corazón tan bello que tú nos has dado. Haz nuestros corazones semejantes al tuyo.
J
Señor, que me dé cuenta de lo pequeño que soy y de lo necesitado que estoy de tu misericordia y de tu amor.
Señor, en este tiempo de oración contigo quiero que me des la fe de esta mujer cananea, la fe de una mujer que nunca ha estado en el templo de Jerusalén, ni sabe nada de los libros de la Biblia
Una mujer que pone su corazón y todo su ser en la plegaria; una mujer que ha rezado poniendo delante de ti su vida desgarrada por el dolor de su hija gravemente enferma. Dame, Señor, la gracia de rezar así, poniendo mi vida rota y maltrecha delante de ti.
V
Jesús nos invita, como al sordomudo a vivir con Él, nos aparta fuera de la vista de los demás, y nos acoge en su corazón, para curar nuestras enfermedades físicas y espirituales.
Señor, hoy vengo a la oración para pedirte una cosa: que sepa escuchar. No te digo simplemente que oiga, sino que escuche, que te oiga no sólo con el oído externo sino con el oído interior, con el oído del corazón. Si oigo con el oído del corazón, tus palabras quedarán dentro de mí, serán una buena semilla, darán su fruto y me llevarán a la acción, a buscar lo que Tú quieres de mí.
Que María, cuya memoria hoy celebramos en su advocación de Ntra. Sra. de Lourdes, nos conceda que, como Ella, estemos siempre atentos y con el oído abierto para escuchar la Palabra del Señor y meditarla en nuestro corazón, y de este modo contribuir a reunificar este mundo tan fragmentado.
S
El Señor no nos pide hacer milagros, sino simplemente poner a disposición lo que somos y lo poco que podemos aportar, si quien salva, si quien realiza la obra es Él, y que detalle que quiera contar con nuestra pequeñez, Él es el que nos enseña a mirar a las personas no ya sólo con nuestros ojos y sentimientos, sino desde su perspectiva.
El Señor nos impulsa a partirnos, repartirnos con el mismo espíritu vivido en la Eucaristía para los demás y, por tanto, a ser ejemplo de entrega, caridad y oración.
Podemos tocar a Dios todos los días en la comunión sin que pase nada en nosotros.
Pero si un día lo tocamos con fe, puede cambiar totalmente nuestra vida y como Simeon y Ana acoger tu Luz de la revelación.
J
La meditación de hoy no me deja tranquilo en mi casa, sino que me invita a salir. Por eso te pido valor para entender el cristianismo como salida. Tú has salido del Padre y has venido a este mundo para enseñarnos a salir. Saliste del Padre, del corazón del Padre, de la ternura del Padre. Haz que yo salga al mundo con el corazón lleno de amor, de solo amor y nada más que amor.
V
Descansamos cuando estamos con las personas que amamos: descansa el niño en los brazos de su madre y el amigo con el amigo y el esposo con su esposa. Y el hombre -varón y mujer- descansa con su Dios. “Nos has hecho, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en Ti” (San Agustín).
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