Saulo de Tarso, fariseo fanático, discípulo de Gamaliel, fue desde muy joven perseguidor de la Iglesia naciente.
------------Murillo
Saulo, (...) respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se presentó ante el Sumo Sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas y Damasco. (...) Iban caminando, y próximos ya a Damasco, de repente le circundó un resplandor del cielo, y cayendo a tierra, oyó una voz que le decía "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Y preguntó: "¿Quien eres, Señor?" Y Él dijo "Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate y entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer". De esta manera se narra en los Hechos de los Apóstoles (9, 1-7)
---------- GHERARDI, Cristofano ·
Al tercer día en Damasco, un viejo cristiano llamado Ananías se presentó frente a Saulo, diciendo ir enviado por el propio Jesús, e imponiéndole las manos lo curó de su ceguera. Después de esto, el que se había dedicado a perseguir, detener e incluso exterminar a los cristianos, transformó profundamente su pensamiento religioso y su comportamiento.
Antes de partir de Damasco se hizo bautizar en la fe en Cristo, aunque hasta el día de su muerte, Saulo/Pablo se refirió a sí mismo como judío, pues para él la gran revelación había sido que Jesucristo completaba el judaísmo, no lo anulaba.
Desde este momento comienzan las legendarias aventuras de San Pablo de Tarso como protoevangelizador y cimentador de la iglesia cristiana, algunas de ellas en solitario y otras junto a peces tan gordos como Pedro o Santiago. Muchas de estas aventuras dan cada una para una película normal o para tres de Peter Jackson, y la muerte de Pablo será tan asombrosa como lo fue toda su vida. Pero todo eso, amiguitos, es harina de otro costal. Saulo quedó ciego varios días y milagrosamente recuperó la vista con los cuidados de la comunidad cristiana.
Se convirtió y adoptó el nombre de Pablo
CONVERSIÓN DE SAN PABLO
CARAVAGGIO
Iglesia de Santa María del Popolo de Roma
El caballo es un percherón robusto y zafio, inadecuado para el joven soldado que se supone era Saulo.
Y para rematar las paradojas, el ambiente es nocturno y no el del mediodía descrito en los escritos de San Pablo.
Por otro lado tenemos la luz irreal y masiva que ilumina de lleno a Saulo, pero no al criado. La mole inmensa del caballo parece venirse encima del caído, que implora con los brazos abiertos.
Los ojos del muchacho están cerrados, pero su rostro no expresa temor sino que parece estar absorto en el éxtasis. Siguiendo estas claves, Caravaggio nos desvela magistralmente la presencia de la divinidad en una escena que podría ser completamente cotidiana.
La conversión de Pablo, una de los temas preferidos por los pintores barrocos debido a la movilidad y la tensión que recoge el momento.
-----Juan De Valdés Leal Fecha: 1660 h. Museo: Museo BB.AA. Lyon
Un cuadro del pintor Caravaggio.
Colección Odescalchi Balbi, Roma, Italia
----------- Jacopo Negretti Palma el Joven
Tintoreto
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