NOCHEBUENA
ANTE EL PORTAL Quisiera ser un ángel, para pregonar la presencia del Niño en Belén. Quisiera ser, una y otra vez, pastor para sentirme rico y ofrecer lo poco que tengo al que es, tanto y tan poco, en Belén.
Quisiera ser Rey Mago, y dejar los reinos de mi seguridad llevando oro para Aquel que es Rey incienso para Aquel que es Dios y mirra para Aquel que es hombre. Quisiera ser Rey Mago para observando a María no marcharme sin mirar al Hijo de Dios.
Quisiera ser estrella y alumbrar a los hombres al encuentro con Jesús Quisiera ser José para, con mano firme y sólida, no perder al Dios Enmanuel. Quisiera ser portal, para que, hoy y mañana, el año que viene y siempre Dios se dignase nacer en mí.
Quisiera ser cuna de Jesús para, como María, tener su mismo privilegio: mirarle, contemplarle, cuidarle y hacerle el centro de mi vida. Amén
NAVIDAD
En esta ciudad de Pamplona y en este mundo, cargado todo de piedra y de historia, debilidad y grandeza, orgullo y humildad, fuerza y fracaso; todo penetrado todo por el frío y también por el calor del fuego. Esta noche no celebramos sólo una fecha. Hoy miramos a la luz. Una luz pequeña, frágil y casi invisible y por eso mismo imparable.
La Navidad no hace en palacios ni tampoco en rincones por miedo a la gente que vive de espaldas al Misterio. La Navidad nace en la noche incluso cuando el miedo aprieta, las puertas se cierran o el odio grita, cuando parece que Dios...guarda silencio.
Pero DIOS no calla, aunque algunos les cueste callar un poco en estos días; Dios se hace niño, carne, cercano. Allá, en una iglesia encendida por las velas, entre piedras y bóvedas que nos hablan del cielo se adentrarán los corazones cansados para escuchar una verdad incómoda: el odio no es más fuerte que el amor y las ideologías no podrán nunca suplantar el deseo de ser hermanos y no adversarios.
El odio divide y el amor reúne El odio señala y el amor abraza El odio mata y el amor salva ¿Qué es Navidad? Es el grito de Dios diciéndonos que no tengamos miedo, que no estamos solos y que todavía existe la esperanza.
Todo esto no se puede quedar en los altares (qué más quisieran algunos); hemos de salir a las calles, atravesar con este mensaje nuestras casas y curar por tanto nuestras heridas cuando algunos se empeñan en reabrirlas.
Que Pamplona, tu pueblo y tuV ciudad, tu casa o tu familia, tu trabajo o tus amigos, tu alma o tu entraña no sea algo inerte y sin vida, que sea una esperanza viva. Mientras haya una luz en cada corazón, un cristiano en cada edificio, pueblo o ciudad DIOS siempre se las ingeniará para recordarnos que sigue naciendo. ¡FELIZ NAVIDAD!
J
Esto es lo que podemos pedir a Jesús para Navidad: la gracia de la pequeñez. “Señor, enséñanos a amar la pequeñez. Ayúdanos a comprender que es el camino para la verdadera grandeza”.
V
Fue lo que le sucedió a San Esteban, el primer mártir cristiano. Por seguir y predicar lo mismo que su maestro Jesús, le sucedió lo mismo que a él, y le mataron lo mismo que él… y su final fue el mismo que el de Jesús, resucitando a una vida nueva de total felicidad. Jesús nos invita a perseverar con él hasta el final.
S
Esto nos interpela a nosotros, nos llama a abrirnos al Dios que se revela en lo pequeño: en la encarnación, en el pesebre, en el taller del carpintero, en aquel joven rabino sin estudios, en el Crucificado y en aquellas pobrezas y pequeñeces que cada uno conoce.



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