La Virgen del Buen Consejo acompaña al Papa León en el vuelo
La imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo se encuentra en el avión que lleva al Papa León XIV en su primer viaje apostólico internacional.
Su santuario fue justamente el destino de su primer viaje fuera del Vaticano tras ser elegido Papa.
El 10 de mayo, poco después de su elección, León XIV visitó el Santuario de la Madre del Buen Consejo en Genazzano, a las afueras de Roma, para encomendar su pontificado.
Según la tradición, el 25 de abril de 1467 una nube descendió sobre una antigua iglesia de Genazzano y, al disiparse, apareció una delicada imagen de la Virgen con el Niño sobre una fina lámina de yeso.
Tras su aparición, un sacerdote registró más de 160 milagros, desde curaciones hasta conversiones. Durante la Segunda Guerra Mundial la iglesia fue destruida en gran parte, pero la imagen quedó intacta y hoy se venera en una capilla central.
https://youtu.be/gCocb3auMck?si=1sngnxlWTwCyOLE_
PLAZA DE LOS MARTIRES
Dos mosaicos recuerdan las visitas de Juan Pablo II y de Benedicto XIV al Líbano Por: Eduardo Berdejo En la plaza frente al Patriarcado Maronita, dos mosaicos recuerdan las visitas de Juan Pablo II (1997) y Benedicto XVI (2012) al Líbano. Hoy, esas imágenes vuelven a cobrar sentido en Beirut con la visita del Papa León XIV.
https://youtu.be/e2Drjglz1bU?si=gLXMVTgh5YBZ0ghj
En la carpa instalada en la Plaza de los Mártires de Beirut para el encuentro ecuménico e interreligioso con León XIV, representantes cristianos y musulmanes se alternaron, destacando la necesidad de fortalecer la unidad nacional en el Líbano. El Líbano es una nación de coexistencia y pluralidad religiosa, lo cual enriquece la vida cotidiana. Las guerras artificiales en nombre de las religiones no expresan la verdad de la religión, que se fundamenta en la sacralidad del ser humano.
El Patriarca siro-católico, Ignacio Youssif III Younan, dio la bienvenida al Pontífice. Espera, ante todo, que su visita contribuya a establecer la paz y la estabilidad en el Líbano y otros países de Oriente Próximo, y recuerda que coincide con dos acontecimientos históricos: el 1700 aniversario del Concilio de Nicea, con motivo del cual las Iglesias libanesas organizaron encuentros ecuménicos, y el 60 aniversario de Nostra Aetate y su llamado al diálogo interreligioso.
«Nuestros pueblos, por encima de todo, anhelan la estabilidad política, una paz constructiva y una auténtica fraternidad humana entre todos los ciudadanos», afirma el Patriarca Siro-Católico, convencido de que la presencia de León «nos animará a fortalecer» el «compromiso de vivir juntos en un espíritu de diálogo interreligioso sincero, diciendo la verdad con caridad y respeto mutuo», en fidelidad a sus raíces. De ahí el compromiso de «caminar juntos», «inspirados por la esperanza», y «convertirnos en constructores de una paz auténtica en el Líbano y en todos los países de Oriente Medio».
"Bienaventurados los pacificadores"
El saludo del Patriarca sirio católico es seguido por cánticos del Evangelio y el Corán, seguidos de la proyección de un reportaje titulado "Bienaventurados los pacificadores", que presenta iniciativas, experiencias e historias de vida que demuestran cómo la coexistencia de diferentes religiones, como la que se vive en el Líbano, "es una experiencia enriquecedora para toda la humanidad".
El vídeo expresa la esperanza de que, tras varios conflictos, el país pueda lograr una completa "purificación de la memoria", una "sanación de la memoria libanesa tras la guerra". Se espera que la visita del Papa León "sea un verdadero impulso en este camino hacia la construcción de un futuro estable".
El vídeo presenta a una serie de personas que relatan su vida cotidiana, cristianos y musulmanes que conviven y sueñan con un diálogo más amplio y una coexistencia más pacífica. Entre las iniciativas destinadas a mejorar esta coexistencia, se ilustra en las escuelas un programa de educación para la ciudadanía activa, que incluye la diversidad.
Difundir el mensaje del Documento sobre la Fraternidad Humana Ocho líderes religiosos tomaron la palabra por turnos.
La Tierra de los Cedros, un puente entre Oriente y Occidente
En un discurso improvisado, el Catholicós Aram I , representante de la Iglesia Ortodoxa Armenia en el evento celebrado en la Plaza de los Mártires, reiteró la riqueza que surge del encuentro de la diversidad en la Tierra de los Cedros. Señaló que la diversidad se manifiesta en la unidad, que preserva y enriquece esta diversidad al servicio de un Líbano unido, soberano e independiente.
Para el líder armenio ortodoxo, dentro de la nación, «la coexistencia entre musulmanes y cristianos constituye la base», «el rasgo distintivo» de su singularidad, y a su vez, la «unidad en la diversidad y el espíritu de coexistencia» que la distinguen la convierten en «un puente entre Oriente y Occidente». El reto que enfrenta el pueblo libanés es mantener su diversidad «y mantener una sólida coexistencia entre musulmanes y cristianos, profundizando y articulando concretamente» la unidad nacional.
Más de 15.000 jóvenes participan en uno de los eventos más esperados de la visita de León XIV al Líbano
https://youtu.be/Y6TlYmKhKcM?si=eHRC4bf65PWynpIL
En un mundo que lucha por reconocerse en el espejo por lo "desfigurado" que está, donde nada parece echar raíces, poniendo plazos incluso al amor, los jóvenes conservan un don tan fugaz como poderoso: el tiempo. Hay "un tiempo para todo", nos recuerda el Libro de Qohelet, y en la juventud se abren espacios para soñar, organizar y crear una paz que el paso del tiempo no pueda arrebatar. Que arraigue, sí, porque sus raíces son tan profundas como sus ramas.
Como un cedro del Líbano. Es este paralelismo —un árbol milenario que inspira a las nuevas generaciones reunidas, como en una JMJ en miniatura, en las alturas de Bkerké con vistas a la bahía de Jounieh— el que sirve de telón de fondo a las palabras del Papa León XIV. Desde el escenario instalado en la plaza frente al Patriarcado Maronita de Antioquía, el Pontífice se dirige a los jóvenes, envueltos en las banderas de su patria mientras ondean las blancas y amarillas de la Ciudad del Vaticano: los escucha, responde a sus preguntas y, junto con ellos, les hace una "promesa de paz", que se asemeja al "resplandor del amanecer" que se vislumbra en la "noche oscura" que vive la humanidad.
"¡Ustedes tienen tiempo!" ¡Assalamu lakum! “¡La paz esté con ustedes!”
El Papa saluda en árabe a los jóvenes presentes, provenientes no solo del Líbano, sino también de Siria e Irak. Durante el encuentro, algunos compartieron sus historias, hablando de “valentía en el sufrimiento”, “esperanza en la decepción” y “paz interior” en tiempos de guerra. Son experiencias con las que todos pueden identificarse, pero en el caso del Líbano, cuentan la historia de un país afligido por profundas heridas, “que luchan por sanar”, porque trascienden las fronteras nacionales y se entrelazan con complejas dinámicas sociales y políticas.
“Queridos jóvenes, quizá lamenten haber heredado un mundo desgarrado por guerras y desfigurado por injusticias sociales. Y, sin embargo, en ustedes reside una esperanza, un don, que a nosotros adultos parece escapársenos. Ustedes tienen tiempo. Tienen más tiempo para soñar, organizar y realizar el bien. ¡Ustedes son el presente y en sus manos ya se está construyendo el futuro! Y tienen el entusiasmo para cambiar el curso de la historia. La verdadera resistencia al mal no es el mal, sino el amor, capaz de curar las propias heridas mientras sana las de los demás”.
Miles de jóvenes se reúnen en Bkerké, Líbano, para uno de los momentos más esperados de la visita del Papa León XIV a este hermoso país: un encuentro con los jóvenes en la plaza frente al Patriarcado Maronita.
"Tengan tiempo para cerrar los ojos"
Destaca el ejemplo brillante, aún más resplandeciente en la "luz tenue en la que eligió refugiarse", de San Charbel, considerado el santo patrón del país. Su representación con los ojos cerrados, "como para contener un misterio infinitamente mayor", inspiró un himno que León XIV cita:
“Oh, tú que duermes y tus ojos son luz para los nuestros, sobre tus párpados ha florecido un grano de incienso”.
En un mundo dominado por "distracciones y vanidad", el Papa invita a los jóvenes a reservar tiempo para "cerrar los ojos" y contemplar a Dios, que "a veces parece silencioso o ausente", pero se revela a quienes lo buscan en silencio. Siguiendo el ejemplo de San Charbel y haciéndose eco de la invitación de Benedicto XVI a los cristianos de Oriente, León XIV nos anima a «cultivar continuamente la verdadera amistad con Jesús a través de la oración».
Poco antes del esperado encuentro del Papa León XIV con miles de jóvenes en Beirut, el escenario de la plaza que está delante del Patriarcado de Antioquía de los maronitas se transformó en un potente acto teatral que mezcló belleza, esperanza y el estremecedor eco de la guerra que aún marca la vida cotidiana del país.´
El espectáculo, preparado por un grupo de jóvenes, ofreció una narración visual que emocionó al Pontífice.
Sobre el escenario, varios jóvenes aparecieron estudiando y tocando la guitarra, mientras globos multicolores se elevaban lentamente hacia lo alto, símbolo de sueños, proyectos y anhelos de paz.
Pero la armonía duró apenas unos segundos. La música se vio interrumpida por el estruendo de disparos y explosiones, reproducidos mediante efectos de sonido. Los jóvenes se dispersaron, se ocultaron, cayeron al suelo o se cubrieron el rostro, como reflejo directo de las experiencias que muchos libaneses han vivido durante años de conflicto.
El espectáculo también incluyó una mención a la terrible explosión del puerto de Beirut hace cinco años que dejó más de 280 muertos y de la que todavía hay más dudas que respuestas. Los testimonios relataron la experiencia de fe en medio de la guerra: cómo los jóvenes libaneses han visto la mano de Dios sostenerlos en el sufrimiento diario. Otro testimonio hablaba del desafío de perdonar y reconstruir.
Finalmente apareció una gran paloma de la paz, mientras se ejecutaba una danza acompañada por un himno de alabanza. Hace 6 horas y 32 minutos



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