La escena está inspirada en el pasaje bíblico que dice: "Tenía que pasar por Samaria. Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, próxima a la heredad que dio Jacob a José, su hijo, donde estaba la fuente de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó, sin más, junto a la fuente; era como la hora sexta.
Alonso Cano
Los samaritanos no tenían nada que ver con los judíos; no eran del pueblo elegido. Y esto ya significa algo: aquella mujer, que representaba a la Iglesia, era una extranjera, porque la Iglesia iba a ser constituida por gente extraña al pueblo de Israel.
Alonso Cano
Llega, pues, a sacar agua. Jesús le dice: “Dame de beber”. Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Respondió Jesús y dijo: Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le pedirías a Él, y Él te daría a ti agua viva... Quien bebe de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le diere no tendrá jamás sed... Señor dame de esa agua para que no sienta más sed ni tenga que venir aquí a sacarla." (San Juan IV. 4-22)
Anonimo, Museo del PradoDice Jesús: No importa que seas mujer. No importa que seas samaritana y no te hables con los judíos. No importa que tengas otra religión. Tú le importas a Dios. Dios te ama y tú eres hija suya. Hoy puede ser para ti un gran día. Créetelo. Deja el agua de este pozo que no calma tu sed. Tengo para ti un manantial que nunca se agota. Bebe siempre de esta agua.
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