evangelio según san Juan 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: «Este es de verdad el profeta». Otros decían: «Este es el Mesías».
“ Jamás nadie ha hablado así ”
Como ayer, el Evangelio de hoy nos presenta los cuestionamientos acerca de la identidad de Jesús. Se nos muestra cómo a causa de sus acciones y predicaciones, motiva un desconcierto entre todos aquellos que lo escuchan, algunos estaban intrigados sobre quién era en realidad: ¿un profeta o el Mesías? Esto demostraba que Él los impresonaba mucho.
Pero no podían aceptarlo tan definitivamente como el Mesías. Pero ¿por qué? Tal vez porque no podían asimilar ni aceptar que el Mesías fuese de Galilea y mucho menos que proviniera de una familia humilde; tampoco aceptaban que pusiera en entre dicho las poderosas estructuras dominaban Jerusalén en aquella época.
Hay que tomar partido. Vivir de la fe exige optar.
La piedra angular se había convertido para unos en obstáculo, para otros en fundamento de la construcción.
Muchas veces, quienes se niegan a recibir la salvación, se aferran a sus preconceptos y, con eso, se cierran más aún. Jesús sufrió, como muchos otros, el rechazo a causa del lugar del cual provenía. Y así también en ocasiones actuamos nosotros, en esta cuaresma vale la pena que nos preguntamos si ¿hay alguien en mi vida a quien yo haya condenado sin escuchar su versión de la historia?
Jesús será siempre la pregunta planteada a la fe: "¿Para vosotros, quién soy yo?" ¿Piedra de tropiezo o piedra angular? La fe es combate, es lucha, es estar en búsqueda permanente. ¿Tu ya has optado por Él?
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