En el Evangelio de hoy nos encontramos con la curación de los diez leprosos, donde se nos resalta la obediencia y el agradecimiento.
El hecho de que sea el único con espíritu agradecido para volverse hacia Jesús es todo un aviso para quienes se creen con algún mérito por mantenerse en la fidelidad a Dios y a su Iglesia.
Todos nosotros caemos en esa soberbia alguna vez: nos creemos con derecho a… que se nos cure, se nos sane, se nos consuele, se nos alegre, se nos recompense.
Obedecen: “Id a presentaros a los sacerdotes”, y “mientras iban de camino, quedaron limpios”, se fiaron de la palabra dada y se pusieron en camino para realizarla, y es cuando experimentan la acción en ellos, es la fe la que salva al hombre, “tu fe te ha salvado”, y es la fe la que nos hace ser agradecidos, nos hace ver que todo no nos es debido, que es un don, un regalo que incluso cuando llega a través de diversidad de acontecimientos o formas, siempre, proviene en definitiva de Dios, el que esta detrás, es quien tanto nos ama. ¡Que gran tesoro se esconde en una pequeña palabra: “gracias”!.
Este pasaje evangélico podía ser no más que un relato de curación pero del evangelista Lucas hace de este texto un himno a la fe: solo uno se da cuenta que la fe comienza cuando un hombre se echa a los pies de Jesús para glorificar a Dios.
Este relato podía ser una hermosa exhortación a saber dar gracias a Dios por los beneficios que recibimos, pero sólo uno de entre los diez se vuelve para darle gracias a Jesús.
TU Y YO
Es importante dar gracias Dios, como hizo el paralítico, y gracias por todo.
Dar gracias por todo incluido los accidentes, están en el plan de Dios....El esta cerca, nos mira t nos cuida como una madre.
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