YA ES SEMANA SANTA

YA ES SEMANA SANTA
Ver pinchando la imagen

Páginas

sábado, 5 de julio de 2025

ORACION DE LA MAÑANA, DOMINGO XIII, XIV Y XVI

DOMINGO XIX

PAN VIVO, EN UN MUNDO MUERTO 
 Fortaleces, con tu pan, al que hambriento de otros panes cae bajo el peso de su propia debilidad. Nos sacias, Señor, con tu ternura y, cuando falla el calor humano, te haces encuentro, caricia, abrazo, respuesta y amor entregado 
 Eres pan vivo, Señor, en un mundo que, creyéndose seguro, es zarandeado al viento de su propio egoísmo. Eres pan vivo, Señor, que, cuando se recibe con fe, produce el milagro del amor sin farsa el milagro de la fe sin fisuras el milagro de las manos abiertas el milagro de darse sin agotarse 
 Eres pan vivo, Señor, y quien te recibe, vive eternamente quien te recibe, cree y espera quien te come, ama y se entrega quien te comulga, perdona y olvida 

 Eres pan vivo, Señor; ayúdame a responderte con mi fe enséñame a ver más allá de mí mismo condúceme hasta tu regazo para que, allá donde yo vaya, siempre contigo me encuentre. Y, cuando yo crea sentirme demasiado vivo, haz que, con tu pan, comprenda que el mundo está demasiado muerto cuando es incapaz de reconocerte como el pan vivo y verdadero sustento. Amén.

D
¡Creemos, Señor, pero aumenta nuestra fe! Fe para verte como Hijo de Dios Fe para recibirte como el enviado del Padre Fe para dejarte compartir nuestra existencia Fe para transformarnos con el pan de la vida Fe para llenarnos de felicidad con el pan de la Eucaristía Amén.
L
También nosotros somos esclavos, en muchas ocasiones, de las emociones, apegados a los sentimientos que experimentamos en presencia de Dios.
M

Para entrar en el Reino de los cielos, hace falta un pasaporte: ser pequeño. Ésta es la identidad que nos distingue delante de Dios; la virtud que más nos acerca a Él.
X
Señor, te doy gracias por tu gran generosidad frente a nuestra flaqueza. Tú sabías lo difícil que es para nosotros la “convivencia”. Por eso nos dejaste tu presencia a la hora de rezar juntos. “Yo estoy en medio”. Si Tú estás en medio de nosotros, nuestra oración será auténtica.
J
Señor, Tú sabías muy bien que el perdón era totalmente necesario para la vida de comunidad. Por eso, en la oración del Padre Nuestro nos dijiste que teníamos que pedir cada día el pan: el pan material para “vivir” y el pan espiritual del perdón para “convivir”. Es imposible una vida de comunidad sin capacidad de perdonar. Señor, dame el don de saber perdonar de corazón a mis hermanos.
V
«¡Qué regalo más hermoso envía hoy nuestra tierra al cielo! Con este gesto maravilloso de amistad —que es dar y recibir— se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, lo humilde y lo sublime. El fruto más granado de la tierra está allí, de donde proceden los mejores regalos y los dones de más valor. Encumbrada a las alturas, la Virgen Santa prodigará sus dones a los hombres».
S
Y así, acariciando a un niño, quieres acariciar a todos los niños del planeta donde todavía no se les reconocen sus derechos. Hazme sensible a tantos niños del mundo que son explotados, vendidos, exiliados.

DOMINGO XVI TIEMPOO ORD



QUIERO DARME, SEÑOR 

 Como Marta, allá donde mi mano sea necesaria, y como María, al silencio para estar contigo Como Marta, para mitigar la sed del sediento y, como María, para llenarme del agua viva de tu pozo 

 QUIERO DARME, SEÑOR

 A Ti, que sales al encuentro del que te busca y, también, allá donde mis hermanos reclaman mi presencia 

A Ti, que buscas la mirada de mis ojos y, a Ti, sin vivir de espaldas al necesitado de cariño Sí, Señor; quiero darme y entregarme 

Como, Marta, en los mil detalles de cada jornada y, como María, arrodillándome ante el Misterio de tu Palabra Como, Marta, no olvidando mis dones de generosidad y, como María, no dejándote siempre para el final 

 QUIERO DARME Y ENTREGARME, SEÑOR Sintiendo el gozo de ofrecerme con lo poco que tengo y, sabiendo que estando Tú conmigo no me faltará nunca tu aliento en mi caminar Déjame, Señor, como Marta servirte con lo que soy Déjame, Señor, como María sentarme a tu lado Déjame, Señor, como Marta agasajarte Déjame, Señor, como María mirarte a los ojos

 QUIERO DARME Y ENTREGARME, SEÑOR

D

Soy Maria cuando me invitas a reposar en el camino......en esa pequeña parada te encuentro a Ti.

L

Jesús insiste en “aquí hay uno que es más”. Jesús es más que Jonás (profeta) y es más que Salomón (rey). Él es la señal definitiva. No tenemos que esperar a nadie más.

 ¿Podríamos decir con San Pablo que Cristo vive plenamente en mí, en mi vida? ¿Podríamos predicar como Jonás con el riesgo de ser perseguidos y desacreditados?
M
Ver y escuchar, porque se trata de eso. Ver al Señor resucitado y al mismo tiempo, escuchar lo que nos dice para llevarlo a los demás. Para ello hay que dejarse adentrar en una experiencia de amor,
X

Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo poda, para que dé más fruto. El sarmiento podado llora savia; parece que se le va la vida. Pero todo viñador sabe que esa es la manera de que dé más fruto. El instrumento mejor de una buena poda es la Palabra de Dios. Palabra de Dios, savia de nuestra oración primero, para luego ser savia de vida.

J

Has abierto mis ojos y mis oídos para interiorizar tu palabra. Esa palabra tuya tiene fuerza para cambiarme, para transformarme, para salvarme. ¿Qué sería de mí si Tú no me hablaras? Tu palabra es lámpara para mis pasos, luz para mi oscuridad, miel para mis días amargos. ¡Gracias, Señor, ¡por tu palabra!

V

“No sabéis pedir”. ¿Es posible que haciendo oración todos los días, me digas que no sé pedir? Con humildad, debo confesar que es así. 

 Dime Tú cómo tengo que pedir. Haz que yo esté dispuesto a beber la copa que Tú ya has bebido.

S

esta parábola tiene que hacernos reflexionar sobre mi vida y mis actitudes respecto a Dios, el Decálogo, el Mandamiento nuevo del Amor y cómo puedo hacerlo Vida en mi vida y en la de mis hermanos los hombres, tanto los que están en el camino como los que están entre las zarzas... y esperar confiados en que mi palabra y mis actos lleven en verdad al Señor a este mundo difícil al que nos toca amar y servir.


 DOMINGO XV


El prójimo: prueba de nuestra fe 
–Prójimo es aquel que necesita de nuestro compromiso y de nuestra palabra, de nuestro consejo y de nuestra presencia. Lo contrario y lo más fácil, a veces, es dar un rodeo a las personas y a los acontecimientos, a los problemas y a las cruces que salen a nuestro encuentro: “ojos que no ven…corazón que no siente”
 –Prójimo es aquel que creyendo vivir en la verdad ha sido asaltado por los delincuentes de la mentira y de la farsa. –Prójimo es aquel que no puede o no sabe sostenerse por sí mismo; el zarandeado por el ladrón poderoso don dinero o el humillado por los usurpadores de conciencias y de las grandes verdades –Prójimo es aquel que, de la noche a la mañana, ha sido arrojado en el abismo de la incredulidad o de la desesperanza, de la tristeza o del desencanto por la vida
 –Prójimo es aquel que ha sido despojado de lo que era resorte y apoyo en su existencia por aquellos que cabalgan en el caballo del poder y del “todo vale” para que la sociedad se quede sin moral ni ética alguna
 –Prójimos son, en definitiva, las personas que salen a nuestro paso en mil circunstancias y con mil nombres y apellidos. Si Jesús, el Buen Samaritano de primera división por excelencia, salió al borde del camino para recogernos a los que estábamos perdidos. Si cargó con nosotros y pagó con la moneda de su propia sangre por nosotros…
 ¿No debiéramos de interpelarnos si en nuestro cristianismo no nos atrincheramos en la doctrina olvidando su trasfondo?

D

Dios es Abbá, es decir, Dios es amor. Y el amor no es entender, es sentir, conmoverse, acercarse, dar la mano, ser positivo, aceptar…

L

. No quieres falsos amores, sino el “verdadero amor”. No quieres falsas felicidades, sino la “verdadera felicidad”. No quieres que haga muchas cosas y yo descuide mi persona. Tú deseas que “me haga a mí mismo”, es decir, me cambie, me transforme, me realice. Dame tu gracia porque “sin Ti no puedo hacer nada”.

M

No basta con ser seguidor de Jesús, sino que hay que vivir como tal. Aquellas personas que hemos recibido su Palabra, la buena noticia del reino, somos testigos de los signos de su presencia en medio de nuestro mundo, debemos caminar en la humildad de quién ha recibido el don de conocer un poco más a Jesús de Nazaret e intentar vivir en dinámica constante de conversión.

X

Hoy, Jesús, vengo a rezar no para pedirte nada, sino para agradecerte todo lo que has hecho conmigo. Y quiero unir mi alabanza a la tuya y dar gracias al Padre por ser tan bueno y tan generoso. Sólo le interesa que lo pasemos bien, que disfrutemos de todo lo que Él ha creado, que vivamos alegres y seamos felices.

J

para cada uno de nosotros, Jesús nos anuncia que su carga y su yugo son ligeros, porque no suponen dominio, ni poder, ni opresión, ni exigencia, sino la oferta de una concepción de la vida que encuentra su sentido en un Dios que nos ama y que nos llama al amor.

V

Jesús hoy nos invita a vivir en la libertad de los hijos de Dios, a poner por encima de todo el amor y la misericordia.

S


Ante tantas preocupaciones sociales y eclesiales, que inquietan nuestro corazón, tenemos que mirar siempre a Jesucristo, aprender su estilo, confiar en Él, que vocea ni pisotea, que no impone ni obliga, que pasa con suavidad, discretamente, humildemente, sanando y haciendo presente el Reino.



DOMINGO XIV





 AYÚDAME A PONERME EN CAMINO 

 Aunque, el horizonte, me parezca oscuro Aunque la recompensa, ante el mundo, sea estimada en nada Aunque falten fuerzas y no existan recursos Aunque muchos piensen que, lo que traigo, no es nada o muy poco 

 AYÚDAME, SEÑOR, A PONERME EN CAMINO 

Dejando a un lado lo que me paraliza Dejando a un lado lo que me esclaviza Dejando a un lado lo que divide en dos mi corazón Dejando a un lado lo que dificulta el pregonarte 

 AYÚDAME, SEÑOR, A PONERME EN CAMINO 

Sin sacar excusas, cuando no recojo fruto Sin sacar excusas, cuando me falta el aliento Sin sacar excusas, cuando no soy aplaudido Sin sacar excusas, cuando no soy reconocido 

 AYÚDAME, SEÑOR, A PONERME EN CAMINO Desprendiéndome de todo aquello que materialmente no me sirve Desprendiéndome de mí mismo Desprendiéndome de las muletas de la vergüenza o la cobardía Desprendiéndome de todo prestigio personal para hacerte presente 

 AYÚDAME, SEÑOR, A PONERME EN CAMINO Poniendo tu mano, sobre los enfermos Anunciando tu reino, sobre los abatidos Llevando tu Buena Noticia, sobre los pesimistas Alimentando con tu Palabra, a los muertos espiritualmente Alimentando con tu Eucaristía, a los débiles por el pan del mundo Amén.

D

Tenemos que hacer por el Evangelio, por Cristo y por su Iglesia. Una Iglesia que solo tiene una palabra en los labios, un deseo en el corazón: "¡Shalom, paz a vosotros!" La mies es abundante, porque la paz de Dios ha de manifestarse. Y si la Iglesia tiene que vivir el Evangelio, es para salvar la cosecha.

L

Dos personajes distintos los que reciben la misericordia de Jesús pero con algo en común.... Se acercan con humildad y fe. Las manos sirven para hacer daño, pero en Jesús las manos sirven para tocar, para transmitir salud y vida. Miremos con atención nuestras manos: ¿Han servido para bendecir o para hacer daño? ¿Las hemos usado para ayudar o nos han servido para abofetear al prójimo? Hagamos que nuestras manos sean las manos con las que Dios quiere terminar su obra creadora. Esa es nuestra misión: amar con el corazón y bendecir ayudando con nuestras manos.

M

Nosotros mismos podemos experimentar esa desorientación en nuestros círculos más próximos, con personas que caminan mudas aunque hablen mucho, alejadas de Dios por el pecado.

Jesús se rodea así de colaboradores, que sean capaces de llevar la luz de su Palabra a todas las naciones, una vez haya vuelto al Padre, y ser transmisores de la infinita misericordia que Dios les ha infundido a través de Jesús.

J

Recibido el encargo de llevar a todos el amor de Dios, anunciándolo no sólo con palabras, sino con el testimonio concreto de caridad delicada, abierta y universal. Concluye tu oración preguntándole a Cristo cómo puedes corresponderle y trabajar más por Él. 

A Cristo le basta tu pequeñez. Dale tu sí generoso y disponible; el resto lo hace Él.

V

Señor, hoy necesito aprender a ser generoso contigo. Toda mi vida quiero que sea una respuesta esplendida al amor que Tú me has dado. No quiero recrearme contemplando las obras de mis manos, pues bien sé que yo no tengo nada que no lo haya recibido. Y sólo cuando me siento un puro regalo tuyo, puedo yo ser un regalo para los demás.

S

Señor, hoy sólo quiero pedirte en este rato de oración, que siempre se cumplan en mí tus deseos: “no está el discípulo por encima del Maestro”. Has puesto la meta demasiado alta como para poder no sólo superarla sino ni siquiera igualarla. Tan solo te pido que cada día me parezca un “poquito más a Ti”, que me sienta un “poquito” más cerca de Ti; que esté un “poquito” más entusiasmado contigo. ¡Un poquito más!


DOMINGO XIII DE T. PRDINARIODO



¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR! (San Pedro y San Pablo) 
Que sostenga un poco más tu Iglesia, con la fuerza y el calor de tu Palabra Que me haga sentir, de arriba abajo, y de abajo arriba, tu presencia y tu poder, tu presencia y tu voz, tu energía y tu confianza en mí. ¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR!
 Como Pedro, que diga quién eres Tú: ¡El Mesias! Como Pedro, que confiese sin temblor: ¡Eres el Hijo de Dios vivo! Como Pablo, que de los mil caballos en los que voy montado, Señor, caiga para que descubra, una y otra vez, que caminas a mi lado y no me abandonas, Señor.
 ¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR! Útil y siempre abierto y buscando tu voluntad Firme y agarrado a tu Gracia Recio y embellecido por la oración Limpio y resplandeciente por la luz de la fe. 
¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR! Como Pedro, con los poros de las limitaciones Como Pablo, con la experiencia de dos mil años 
¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR! Que sostenga, con mi pobreza, la gran riqueza del Evangelio En el que edifiques, en mi debilidad, el imperio y la grandeza de tu Reino.
 ¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR! Como Pedro, sin miedo a ser destruido ni derrumbado por el enemigo de la fe Como Pablo, aventurero y abierto para elevar, sobre mí mismo, lo que muchos todavía no conocen: A JESUCRISTO
 ¡QUIERO SER UN PILAR, SEÑOR! Y que Tú, cuando quieras y como quieras, edifiques cuando quieras y como quieras. Amén.
L

Invita a no vivir de lo antiguo, a no quedarnos fijados mirando para atrás, sin} o a lanzarnos a lo que está por delante... detrás de Jesús. Porque Él vivió todo esto. Sin tener dónde reclinar la cabeza. A la intemperie.

Estamos llamados a ser testigos de ese amor, a contagiar nuestra fe, la esperanza y dar frutos de amor.

M

Cuando te encuentres con la tempestad que te cambia la vida....no pierdas la paz, recuerda que Jesús dirige tu barca y con El eres más fuerte.

X

Gracias por tu poder sobre los elementos de la naturaleza y, sobre todo, tu poder para liberar al hombre de todo lo que le oprime, le envilece, no le deja ser persona.

J

«Tenemos que tocar las llagas de Jesús, debemos acariciar las llagas de Jesús, tenemos que curar las llagas de Jesús con ternura, tenemos que besar las llagas de Jesús, y esto literalmente. Pensemos, ¿qué pasó con San Francisco, cuando abrazó al leproso? Lo mismo que a Tomás, que su vida cambió».

V

Pidamos al Señor por la intercesión de San Mateo, que tengamos la valentía de proponer la vocación a los jóvenes de nuestro entorno. Ellos, aún sin saberlo, buscan a Dios, porque buscan la felicidad, muchas veces llamando a puertas equivocadas. Ayudémosles a encontrar el camino de la alegría verdadera, la que sólo Dios puede dar.

S

Señor, te agradezco la frescura del evangelio. No habla ni de miedos ni de tristezas. Hablas de bodas, de comidas, de encuentros, de amistad, de fraternidad. Contigo, Señor, se acabó la religión de la distancia, la religión de la tristeza, del sentimiento de culpabilidad, de vivir como esclavos. Contigo está la juventud, la alegría y la fiesta. Contigo, da gusto vivir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario