«Las "Jornaditas", nueve días para contar el viaje de la Virgen y San José desde Nazaret a Belén»...
Cada año, del 16 al 24 de diciembre, las tradicionales 'Jornaditas', una Solemne Novena en la que se cuenta, a través de imágenes, el camino de la Virgen María y de San José desde Nazaret a Belén como preludio del nacimiento del Niño Jesús.
CUARTA JORNADA. 19 DE DICIEMBRE
Esta es la cuarta jornada, y el pozo de Siquén,
donde se contemplan los nuevos trabajos de nuestra Reina y Señora caminando unos ratos a pie y otros en el jumentillo y el Santo José tirando de las bestiezuela.
Los pies descalzos y ampollados; donde habiendo llegado puedes considerar este día cómo teniendo a la vista aquella fuente de agua nuestra soberana Reina, viendo que se acercaba su dichoso parto, la devoción con que desenvolviendo el fardito del ajuar del Divino Niño, hincada de rodillas, lava la camisita y los pañitos en que había de envolver aquel rico tesoro de los cielos.
Mira y contempla aquel fuego de amor en que se abrazaba su corazón, con los deseos de ver entre sus brazos a aquel Verbo hecho carne, para nuestro remedio.
Meditación del día
La meditación del cuarto día de nuestra Novena de Navidad está dedicada a la SINCERIDAD.
Se trata de una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso asfixiante de la hipocresía y con la fuerza de la integridad.
Sólo en la verdad somos libres como lo dijo Jesucristo (ver: Jn 8, 32). Sólo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en medio de la crisis y los problemas.
Con la sinceridad nos ganamos la confianza de los demás y con la confianza contribuimos al entendimiento y la unidad entre todos.
El amor es incompatible con el egoísmo y la soberbia. El corazón soberbio rechaza el amor y se aferra a ‘su verdad’, que está lejos de la ‘Verdad’.
Si la Navidad nos acerca a la verdad es una ‘buena Navidad’: una fiesta en la que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo (ver Jn 1, 9). Jesús es la Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas y nos mueve a aceptar a Dios como “Camino, Verdad y Vida” (Jn 14,6-14). Pidámosle al Señor que nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad, de modo que produzca confianza entre quienes nos rodean.
Señor, la Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.
Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para acabar con el odio y sembrar justicia y paz. Oh, Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estás tú, y allí también es Navidad. Amén.
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