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viernes, 30 de abril de 2021

SAN MIGUEL DE ARALAR, RELICARIO , FRONTAL DE ESMALTEY LEYENDA

 FRONTAL DE ESMALTE

Preside el presbiterio un frontal de esmaltes románico que es pieza cumbre de la esmaltería europea. Se conservó en la capilla interior del Santuario hasta 1765, año en que pasó al actual frontal.

 Fue objeto de robo de los esmaltes en 1979, habiéndose recuperado en gran parte.

Elaborado probablemente en el último tercio del siglo XII (1175-1185) cuando Sancho VI el Sabio patrocina en Navarra numerosas iniciativas artísticas, en estrecha colaboración con el obispo de Pamplona, Pedro de Artajona “el Parisino”.
Llegó a pensarse por el Padre Burgui que había sido un regalo de Sancho el Mayor al Santuario en 1028. Arigita lo había fechado en el siglo VI.



 Se trata de un retablo de cobre sobredorado sobre soporte de tablas de haya, cincelado, esmaltado y decorado con pedrería semipreciosa y está considerado como uno de los más bellos ejemplos artísticos del medievo.



 Intervinieron probablemente dos artistas, uno burgalés-riojano, el otro limosino, aunque no existe unanimidad sobre su autoría.
 La calidad de los esmaltes, el tono y la ejecución recuerdan al silense y llegó a pensarse que procedía de Silos o de Limoges. 



Sus medidas son 2 metros de longitud por 1,14 metros de altura en su parte más elevada. Se conservó en la capilla interior del Santuario hasta 1765, año en que fue restaurado en Pamplona y pasó entonces al actual frontal del presbiterio.



 En la parte inferior hay una lectura que dice:“Este precioso Retablo de Láminas de metal dorado y Esmaltado con su imagen de la Virgen del Sagrario de la Cathedral de Pamplona, a que es anexo este Santuario de San Miguel, estubo antiguamente en la obscuridad de su Capilla, de donde se sacó, se limpió en Pamplona, y para que su vista mueba a deuocion, fue colocado assi en esta Capilla maior, en el año 1765”. 



En octubre de 1979 unos ladrones despiezaron el retablo destruyendo buena parte del armazón metálico. Las piezas se fueron recuperando poco a poco encontrándose el retablo en el Museo de Navarra en Pamplona.





RELICARIO



La iconografía de san Miguel in Excelsis es muy particular, dado que no se representa pesando a las almas o matando al dragón, como es lo habitual, sino portando sobre su cabeza la Cruz. 



De esta forma se representa en el relicario, realizado en 1756 para sustituir al anterior, que fue robado y, desafortunadamente, destruido.


 En el interior de su cabeza se conservan las reliquias: unos trozos de la cruz que mostró el arcángel para matar el dragón.

 Era necesario llegar a San Miguel, protagonista esencial del conjunto de fe, tradiciones y leyendas que lo bordan a la ladera de la montaña. Y ese San Miguel mítico, litúrgico y espiritual se concreta en una imagen de plata con alma de madera, que ha sido desde la Edad Media un objeto tan adorado como preciado. Tal y como lo vemos hoy, aparece ya representado, por ejemplo, en un capitel del siglo XIII de la portada de la parroquia de Berrioplano, demostrando ya entonces su disposición viajera.

 El revestimiento actual de plata que vemos en la fotografía data de mediados del siglo XVIII; fue realizado por el orfebre pamplonés José de Yábar. Más allá de su valor espiritual, la cubierta de plata lo consolidó en el imaginario popular como una enorme riqueza. Se documentan robos o intentos de robo en 1620, 1687 y 1797. Las más recientes investigaciones han desvelado que el alma de madera conserva restos de ciprés rojo, originario de Palestina, y fechable en el primer siglo de nuestra era. Una reliquia ancestral.

La iconografía de San Miguel de Aralar portando la cruz sobre su cabeza es única en España, aunque puede tener sus precedentes en arcángeles bizantinos de San Vital de Rávena (siglo VI), que portan sobre sus cabezas con ambas manos un disco con el cordero, símbolo de Cristo. Esta iconografía es antigua pues la reproduce un capitel románico de la iglesia la Purificación de Nuestra Señora de Berrioplano fechado en el siglo XII.

La llegada a Pamplona años anteriores

Eb el ayuntamiento



La imagen recorre decenas de localidades navarras todas las primaveras y es recibida por los vecinos y autoridades locales.








LEYENDA


Aunque no es el objetivo principal de esta reseña, resulta obligado resumir el origen de la vieja leyenda que motivó la construcción del primitivo santuario del sigo VIII mencionado y que se conserva "envuelto" y arropado por las paredes del edificio actual; si bien la devoción al arcángel San Miguel en Aralar tiene una antigüedad superior que se atribuye al impulso dado por Carlomagno en el siglo IV, para sustituir otros cultos paganos que se mantenían vigorosamente.



La leyenda de San Miguel de Aralar San Miguel es uno de los centros de espiritualidad más conocidos de Navarra y lugar de leyendas como la de Teodosio de Goñi. 
 En Navarra, antes de existir los reyes de Navarra, vivía en el siglo VIII en el valle de Goñi, un caballero llamado Teodosio, Buruzagia de la comarca, casado con Dña. Constanza de Butrón, seór de la comarca.
 Poco después de casarse, Teodosio tiene que abandonar su casa para dirigir la lucha contra los árabes. 

 Dña. Constanza quedó sola en su palacio con los padres de Teodosio, a los que tuvo la deferencia de hacerles dormir en la habitación señorial, pasando ella a otra más pequeña. 




Cuando Teodosio volvía de la guerra victorioso a su castillo, se le apareció el diablo disfrazado de Basajaun (“El Señor de los Bosques”) que le hizo creer que su mujer le engañaba con un criado. 

 Teodosio, fuera de sí, se lanza a galope hacia su casa. Al amanecer penetra en su palacio y se dirige decidido y enfurecido a su habitación matrimonial con la daga desenvainada. Entra en la alcoba y apuñala retiradamente a las dos personas que dormían en su lecho convencido de que eran su esposa y el amante de ésta. 

 Creyendo haber vengado el agravio, sale de casa y sobrecogido se encuentra con su esposa que salía de misa, aterrado, conoce que quienes dormían en su cama y a quienes había asesinado eran sus padres. Atemorizado por el crimen, va a Pamplona a pedir perdón al Sr. Obispo quien, horrorizado, le envía a Roma para que sea le propio Papa quien le absuelva de su pecado. 

 Teodosio, arrepentido, va de peregrino a Roma y el Papa le absuelve, poniéndole como penitencia el arrastrar unas gruesas cadenas hasta que por un milagro divino se le desprendieran. Esto sería el signo inequívoco del perdón divino. 

 Teodosio, estando retirado en Aralar, un día vio salir de una sima un gran dragón que amenazaba devorarlo, Teodosio, indefenso, cayo de rodillas e imploró la protección de S. Miguel, exclamando ¡San Miguel me valga!.




En aquel momento, entre gran estrépito, apareció el Arcángel, quien mostrando la cruz sobre su cabeza venció y mató al dragón al grito de ¡Quién como Dios! ¡Nor Jaungoikoa bezala! En aquel mismo momento, Teodosio quedó libre de las cadenas, perdonado por Dios, que le dio una reliquia. Imagen de San Miguel de Aralar - Turismo en Navarra Imagen de San Miguel de Aralar 




 Ya libre volvió a su casa de Goñi donde le esperaba su esposa. Y ambos, agradecidos a Dios, erigieron un santuario al Arcángel en lo alto de Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis, en el que se guardan las cadenas y se venera la reliquia de San Miguel.

Como prueba de agradecimiento, Teodosio y Dª Constanza, hicieron construir el santuario primitivo, datado entre el siglo VIII y IX, aunque lo único que está documentado es que no fue consagrado hasta el año 1074.



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