BELÉN NAPOLITANO DEL SIGLO XVIII
Una de las más interesantes novedades en la Navidad 2012-2013 en Madrid es, sin duda, el Belén Napolitano que el ayuntamiento expone en el Palacio de Cibeles.
Del 05 de diciembre de 2012 al 05 de febrero de 2013.-
Exposición del conjunto belenístico propiedad de la familia García de Castro, uno de los ejemplos más acabados del barroco escultórico y popular del siglo XVIII, y que procede de una colección formada a lo largo de décadas de coleccionismo e investigación.
El belén que ahora puedes ver en el palacio de Cibeles se compone de un total de 600 piezas, de las que 300 son figuras humanas y de animales, procedentes de los tres belenes que trajo Carlos III cuando accedió a la Corona de España, y que tras su muerte se repartió entre sus sucesores.
Durante tu visita podrás comprobar la gran riqueza artística de este belén, así como gran tamaño de sus figuras, denominadas pastori, que tienen una altura de 30 a 40 centímetros.
Aspectos destacados del mismo es la excelente reproducción del mercado, con los puestos de carne, pescado y frutas, así como las muy cuidadas vestimentas de las figuras, en la que no faltan los encajes.
El Nacimiento se sitúa en el centro del belén, en un “portal” formada por una columnata clásica, propia del estilo barroco, y con una infinidad de ángeles.
La singularidad de las figuras alegóricas del año viejo y el entrante, la sofisticación de las damas y los caballeros principales, conjuntos de los que destacan las ricas vestimentas, el carácter diverso de los tipos populares que recogen las escenas de taberna o de mercado, la naturalidad de los encuentros casuales en la calle, el carácter exótico de los cortejos que acompañan a las figuras de los Magos, todo ello contribuye a hacer de este conjunto mostrado uno de los belenes barrocos más importantes del mundo.
Hace 350 años, el rey Carlos III trajo desde Nápoles un suntuoso nacimiento como regalo para sus hijos. Este fue el principio de una costumbre en palacio: la de montar en Belén cada año.
El Napolitano constituye uno de los modelos más significativos de la tradición belenística barroca en Occidente.
Nacido y definido en el siglo XVIII, es un ejemplo paradigmático de una forma única de mezclar lo cortesano y lo religioso, lo sofisticado y lo popular
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